Alicia Ballesta: "Soy una de las alcaldesas más jóvenes de España”

Alicia Ballesta devuelve la esperanza a un pueblo que se resiste a morir
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Alicia Ballesta cumplirá 23 años este mes de agosto, pero ya ha sido nombrada alcaldesa de Alberite de San Juan, un municipio de la provincia de Zaragoza que pertenece a la Comarca del Campo de Borja.

El municipio de Alberite, con un censo de 64 habitantes, forma parte de los famosos pueblos de la España vaciada: sin niños, sin jóvenes y con un porcentaje ínfimo de población activa. Sin embargo, Alicia está dispuesta a revitalizar un municipio “bien situado y con mucho potencial”.

Una joven que ya está rompiendo tabús y que devuelve la esperanza a un pueblo que se resiste a morir, pues, con la puerta del Ayuntamiento abierta por cuatro años más, seguirá habiendo vida en Alberite de San Juan.

Actual y anterior equipo del Ayuntamiento de Alberite

Pregunta.- ¿Qué es lo que le lleva a la Alcaldía de Alberite?
Respuesta.- Principalmente el lazo afectivo. Aunque he vivido en Borja, mi madre, que sí que es de Alberite, nos ha llevado siempre allí. Así que cuando salía del colegio, en lugar de irme al parque con mis amigos, iba a Alberite, donde también pasaba los veranos.

Antes de retirarse el anterior alcalde, habló conmigo y, aunque yo le dije que quería ser concejal, él me aseguró que había pensado en mí como alcaldesa. A partir de esta conversación, intenté buscar sin mucho éxito a algún alcalde por lo que, poco a poco, comencé a creérmelo y a buscar a mi equipo de concejales.

P.- Un equipo formado por tres personas que, aunque amparados por el PAR, pertenecen a distintas ideologías
R.- El PAR es el partido que, por tradición, siempre ha tenido Alberite y, aunque yo tengo tendencias más de izquierdas, consideré que ya era demasiado cambio el que una mujer joven estuviera al frente del Ayuntamiento como para que, además, se cambiara también el partido de siempre.

El municipio de Alberite, con un censo de 64 habitantes, forma parte de los famosos pueblos de la España vaciada

Creo que el equipo que hemos formado es idóneo. Por una parte está Luis Gimeno, el único joven que vive en el pueblo y que controla el tema agrario y, por la otra, Ángel Ferrer, que maneja las cuestiones urbanísticas al ser aparejador. Por último, mi intención es revitalizar la parte más social del municipio, poniendo en práctica mi formación de trabajadora social.

P.- ¿Cómo ha recibido el pueblo la noticia?
R.- He tenido una acogida bastante cariñosa. Todo el mundo me ha hablado para decirme que me apoyaba y que estaban a mi disposición para lo que necesitara.

Cuando acepté el puesto, el anterior alcalde me dijo que lo que primaba era que la puerta del ayuntamiento se mantuviera abierta, ya que, mientras estuviera abierta, habría vida en Alberite.

Creo que solo el hecho de haber salido como alcaldesa es un gran avance porque en el pueblo todavía hay mucha resistencia a que una mujer esté al cargo de la Alcaldía.

P.- ¿En algún momento le paralizó su edad a la hora de tomar la decisión?
R.- No soy miedosa pero sí que al principio me acompañaba el pensamiento de “dónde va una chica de 22 años que nunca ha gestionado nada”. Pero creo que esas cosas se aprenden y que preguntando no hay ningún problema. Una vez conté con el apoyo de las tres mujeres de mi casa -mi tía, mi abuela y mi madre-, tuve de pronto mucho impulso y esperanza. Otra de las cosas que me da fuerza es saber que es una experiencia vital y laboral muy importante.

P.- ¿Qué peculiaridades tiene Alberite?
R.- Alberite es peculiar porque la edad media del municipio es de 65 años. La única niña que hay viviendo en el pueblo es Violeta, de 10 años, y los únicos jóvenes, Luis y yo, que en realidad voy y vengo.

Alberite apenas tiene servicios. Cuenta con un bar que abre al mediodía y un par de horas por la tarde, con una tienda que abre solo dos horas por la mañana y con vendedores ambulantes que vienen dos veces por semana con un camión de fruta, carne y congelados. Las piscinas en verano completan todos los servicios del pueblo.

La mayor parte de la población está jubilada y el resto se dedica al campo. Además, otra peculiaridad es que la mayoría de hombres son solteros, por lo que se ha creado un vacío generacional derivado, en parte, en la situación actual.

Más allá de la agricultura de propiedad privada, el problema de Alberite es que no tiene vacantes laborales

P.- Es obvio que uno de los principales objetivos del pueblo es combatir la despoblación, ¿qué piensa hacer para conseguirlo?
R.- Lo primero que quiero hacer es llevar a Alberite a las redes sociales para darle más publicidad. Creo que cualquier persona que quiera venir a vivir aquí lo primero que mirará será Internet.

Por otra parte, ya me he puesto en contacto con una asociación que se llama “Amar zonas rurales” que está trabajando en tres pueblos de la comarca. Una de las cosas que hace esta asociación es crear una bolsa de personas que quieren vivir en pueblos y les ayuda a buscar viviendas, trabajo en la zona…

Por eso, necesitamos rehabilitar viviendas y ofrecerlas a un precio económico, como una especie de alquiler social, para facilitar la llegada al pueblo de la gente que se quiera asentar. Otra idea es crear espacios de coworking, ya que hoy en día la posibilidad de trabajar por Internet es una realidad.

P.- ¿Qué opciones laborales ofrece el municipio?
R.- Más allá de la agricultura de propiedad privada, el problema de Alberite es que no tenemos trabajo, no hay fábricas, granjas ni ningún tipo de oferta laboral. Sin embargo, tenemos una localización perfecta para coger el coche e ir a las fábricas de Borja o incluso a Zaragoza.

No obstante y paradójicamente, Alberite es un pueblo rico porque tenemos los molinos que nos dan dinero. Así que el dinero no es un problema, es más, tenemos que pensar mucho para gastar las subvenciones que nos da la DGA.

Para combatir este problema laboral, una de las ideas es crear la figura del tutor, ya que es cierto que hay gente interesada en la agricultura pero que, al no tener esa tradición en su familia ni tampoco terrenos, les resulta inviable. El objetivo es crear prácticas o cursos para que todos estos hombres de Alberite puedan enseñar sus conocimientos a personas interesadas y que luego, cuando se jubilen, puedan llegar a un acuerdo de arrendamiento con ellos.

Alberite es un pueblo rico, ya que los molinos le revierten mucho dinero

P.- Aunque quizá sea un poco pronto para pensarlo, ¿de qué manera se sentiría satisfecha al acabar la legislatura?
R.-Estaría satisfecha si hubiera aumentado la población y se recuperara la vida en Alberite. Mi objetivo es que las calles vuelvan a tener el color que tenían cuando yo era niña. Para eso, me gustaría preparar jornadas, campeonatos deportivos y eventos que, al fin y al cabo, sirvan de promoción.

P.- ¿Qué significa Alberite para usted?
R.- Para mí Alberite es como una familia grande que te ayuda en todo lo que puede. Somos una gran piña. Además, la gente es muy acogedora y se vuelca desde el primer momento con la gente que viene. Hubo una familia que vino de fuera con pocos recursos económicos y que, por promover que siguiera viviendo en el pueblo, se le dejó la casa gratis. Además, el pueblo incluso le pagó un coche al hombre para que pudiera ir a trabajar a Borja.

Alberite es mi casa y mi intención, cuando tenga rehabilitada mi casa, es ir a vivir aquí.

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