Carmelo González:“En la actual era logística necesitamos que la información llegue antes que el camión"

Carmelo González es presidente de Fetraz y del Comité Nacional de Transportes
photo_camera Carmelo González es presidente de Fetraz y del Comité Nacional de Transportes

Más del 95% de las mercancías que circulan por España lo hacen en camión. Ellos, los camiones, pertenecen a un histórico sector que hoy lucha por ensamblarse a los nuevos tiempos. Los digitales. Para ello, el Ministerio lanzó un concurso en el que sería seleccionada la nueva Oficina de Transformación Digital, que sería la encargada de asesorar y ayudar a empresas y pymes del sector del transporte y la logística en su proceso de adaptación digital. Tras abatir a candidaturas de incluso grandes entes públicos, resultó seleccionada la Federación de Empresas de Transportes de Mercancías de Zaragoza (Fetraz).

Su presidente desde hace casi 15 años, Carmelo González, quien (a pesar de haberse pasado la vida viviendo -como dice el chiste- de los alrededores de Bilbao), se define como un aragonés “reciclao”, preocupado por la evolución a la que asiste –sin todavía demasiada agilidad- un sector que considera “imprescindible”. Se muestra esperanzado por el rumbo que habrá de tomarse en tiempos venideros, si bien crítico. Todavía queda mucho por hacer y por luchar. Eso sí, parece que a Aragón le sonreirá la suerte, pues hoy tiene un estratégico aliado dentro del propio Comité Nacional de Transportes, que sin duda trabajará por despejar –barriendo para casa- las piedras del camino.

Pregunta.- ¿Cuál es la labor principal que llevan a cabo en Fetraz?
Respuesta.- Componemos una Federación en la que aglutinamos las mayores empresas de transporte de Zaragoza -las de mayor volumen-, computando un total de cerca de 2.900 camiones y 4.700 trabajadores. Zaragoza es una región atípica, porque, pese a que la población es pequeña, tenemos empresas con un potencial de facturación muy importante, y eso nos atribuye el peso logístico que ahora tenemos dentro de la Península. No es una frase mía, pero, de alguna manera, Zaragoza es la “ciudad 300”: Son 300 kilómetros de los principales centros industriales y productivos del país. Estamos a 300 de País Vasco, Cataluña, Valencia o Madrid, con lo cual, estamos en un sitio estratégico desde el punto de vista logístico y, por extensión, para lo que es el sector del transporte.

El 96% de las mercancías que circulan en España lo hacen por carretera

P.- Ahora que habla de Zaragoza como importante nodo logístico, ¿cómo la ha visto evolucionar en los últimos años?
R.- Pues, pese a que yo luego tienda a enfadarme, hay que dejar claro que el Gobierno de Aragón ha invertido mucho estos años en vertebrar el territorio, para convertir a Aragón en centro logístico. Sin ir más lejos, tenemos a Plaza, que es una de las mayores plataformas logísticas a nivel europeo, dando soporte a todo tipo de industrias. Además, Zaragoza aloja el segundo aeropuerto en transporte de carga en España, por detrás de Madrid. Después, se ha ido potenciando Teruel y Huesca. En ese sentido, tenemos un peso fantástico y hemos evolucionado muchísimo. También se avanza en el ámbito ferroviario, pues en el momento en que se consiga incluir a Zaragoza en la conexión del corredor Mediterráneo con el Atlántico, el potencial será aún más importante. Eso sí, es un tipo de logística en la que tenemos que participar los camiones, pues somos nosotros los que deberíamos subirnos al tren –no tanto los contendores-. Subiendo nuestra carga al tren podrían paliarse dificultades horarias o de desplazamiento actuales. Es lo que se llama ferroutage o autopista rodante.

P.- Ha mencionado que en ocasiones tiende a enfadarse. ¿A qué se refiere?
R.- Me enfado porque el territorio se ha vertebrado logísticamente y es fantástico, pero es una inversión logística, digamos, inmobiliaria, pues esos centros logísticos los llenamos las empresas de transportes –pues aportamos también servicios logísticos-. Sin embargo, el de la carretera somos un sector olvidado, tanto por la administración autonómica como central. Somos un sector que generamos mucho empleo, impuestos, y se nos debería atender en mayor medida de lo que hasta la fecha se nos ha atendido. Por lo menos en Aragón.

P.- Desconocía que hubiese tal sentimiento de malestar por parte del sector…
R.- Demandamos que la administración nos escuche y atienda. Es verdad que las arcas están como están, pero sí hay cosas que podrían mejorarse. Lo que no puede ocurrir es que ahora tengamos dificultades en la circulación de vehículos porque haya un problema de recurso humano en la administración. Un vehículo cuesta 90.000 euros y no debe ni puede estar parado.

P.- ¿No contrasta bastante esa falta de labor humana con la apuesta por la digitalización que tanto se está promocionando?
R.- Correcto. La digitalización es obligatoria y necesaria para este y todos los sectores, porque nos va a ayudar a hacer las cosas mejor, a tener una trazabilidad de los servicios y papeles, y, desde mi punto de vista, no va a quitar personas o puestos de trabajo. Negativo. Vamos a tener la capacidad de hacer las cosas mejor, en menos tiempo, controlando y analizando todo mejor. Todo, además, en una era logística en la que necesitamos que la información llegue antes incluso que el camión. Entonces, en base al nuevo ROT, la administración tiene la obligación de ayudarnos a digitalizar todos los servicios: Las tarjetas de transporte y su renovación, las sanciones y sus comunicaciones, etc. Eso sí, en ese mundo digital también se necesita a gente detrás que valide esa información, porque, sino, seremos malos digitalizados.

Fetraz fue seleccionada por el Ministerio como Oficina de Transformación Digital del sector del transporte

P.- Y para ello están ustedes, para ejercer de embajadores de la Oficina de la Digitalización y traer la revolución al sector.
R.- Efectivamente, Fetraz apostó por la iniciativa que lanzó Red.es del Ministerio, aunque puedo decir que no fuimos con mucha convicción, porque competíamos con otras entidades o entes públicos mucho más grandes que nosotros. También te digo que algo debimos de hace bien, porque resultamos elegidos –los únicos en Aragón- para ser designados como Oficina de Transformación Digital. Como tal, nuestra labor es ofrecer asesoramiento y ayuda a empresas y pymes que tengan el código Cenae (Clasificación Nacional de Actividades Económica) en sus etapas y procesos de transformación digital. Es algo de lo que nos sentimos muy orgullosos.

P.- Y ahora que están más involucrados en ello, ¿cómo va el índice de digitalización de las empresas de transporte aragonesas?
R.- Nos está costando mucho, por lo que se está llevando a cabo una labor de mentalización en todas aquellas empresas que acudan a nosotros. Aunque, quisiera hacer un matiz importante: En este país nuestro, la media de camiones por empresa no llega a cuatro. Es cierto que muchas pueden llegar a tener 1.000 o 600 camiones, y a esas la digitalización les ha venido, digamos, por obligación años atrás. Sin embargo, la labor “gorda” ha de recaer en esas pymes que necesitan un empujón para que se suban a este carro. Al carro de lo digital. Es la misión más importante que estamos haciendo ahora mismo en Fetraz. Como digo, cuesta, pero ciertamente estamos notando bastante afluencia a los eventos que se están organizando.

P.- Parece un buen síntoma…
R.- Yo creo que sí, además se nota interés en la participación, en las consultas, etc. Se van a organizar 24 eventos formativos a lo largo del año y la verdad es que hasta la fecha estamos contentos. Lo hemos cogido con ganas.

P.- Como caso práctico, por ejemplo, ¿qué tipo de mecanismo de digitalización podría implementarse en una grúa?
R.- Exactamente los mismos que en el resto, porque todos necesitan permisos para trabajar o circular. Hoy es imprescindible tener toda la documentación de material o personal en archivos digitalizados, para una correcta coordinación de actividades empresariales. O tenemos todo organizado, o lo demás será imposible, además, por ley. Y para ello es necesario un trabajo de digitalización importante. En nuestro caso, aún más, porque ya ni siquiera las tarjetas de trasporte existen en físico. Ocurre por tanto lo mismo en carga fraccionada como en discrecional.

P.- ¿Cómo contempla usted el futuro?
R.- Bueno, hoy me he levantado con ánimo (ríe). Es que, si no, diría “negro”, porque todavía hay muchos retos por delante. Pero llega un momento en que hay que dejar de llorar. Somos un sector tremendamente regularizado, pues tenemos normas para todo. Además, ahora regula Europa. Eso no hay que olvidarlo. A mediados de año hubo un principio de acuerdo en el Parlamento Europeo diferente al de la Comisión Europea; cuando se apruebe a final de año, probablemente, tendremos todavía más normas –y nuevas- que afectarán al sector. A todo esto se une la problemática de la falta de conductores profesionales y, en ese sentido, no hemos sido capaces de hacer atractivo al sector, bien sea por condiciones laborales o salarios. Por otro lado, se añade un dumping social importante; nos vamos a mercados en los que la competencia que viene de Rumanía o Bulgaria es sensiblemente más económica. Lo que es el coste de conductor. Tampoco hay que olvidar la afección directa de la oscilación de los precios del carburante; nos afecta cualquier suspiro. Sin ir más lejos, hace unas semanas hubo un atentado en el Estrecho de Ormuz (Golfo Pérsico) contra dos petroleros cuyo efecto ha sido la subida del 5% en el carburante.

P.- Muchos retos, como usted afirma…
R.- Muchos, pero una cosa ha de quedar clara y se ha de asumir desde el propio sector: El transporte es imprescindible. El mundo se mueve con el camión. En España el 96% de la mercancía se mueve por carretera y ese porcentaje sigue subiendo, porque el tren todavía no es los suficientemente competitivo o económico como la carretera. Esa imprescindibilidad la tenemos que demostrar dando servicio, aunque también haya que luchar a nivel administrativo. Ahí están los retos, pero ahí también seguiremos nosotros peleando.

P.- ¿Cómo llegó hasta aquí, a presidir Fetraz?
R.- Uf (suspira). Casi no me acuerdo. Aquí, en Aragón, llevo casi 15 años. Y puedo decir que soy un aragonés “reciclao”. Soy bilbaíno. Vivo, como dice el chiste, de los alrededores de Bilbao, pero, como “uno es de donde pace”, y mi mujer es de aquí… Además, aprovecho para decir que tenemos la suerte de que el presidente del Comité Nacional de Transportes, que es el órgano interlocutor con el Estado, también es de aquí. Que soy yo (ríe). Con esto quiero decir que ahora tenemos la oportunidad de tocar lo que se debe tocar. Y se hará con plena capacidad de diálogo.