¿Sabían que existía una asociación de empresarios gallegos en Aragón? Es Aegare y su secretario general es Arturo José González (Zaragoza, 1967).
Prefiere que le llamen solo Arturo o Arturo J., como mucho, “porque el nombre completo me recuerda a cuando mi madre me echaba la bronca de pequeño”, dice.
Lo cierto es que ese sentido del humor y su locuacidad y simpatía se ganaron la amistad de la gallega, pero zaragozana de adopción, Sara Dobarro, presidenta de Aegare, que hace cosa de tres años lo propuso para ocupar la vacante de secretario general. Él aceptó de buen grado y anima a que todo el mundo que quiera unirse a la asociación, lo haga: “Será bienvenido; se trata siempre de sumar”.
Entre sus múltiples ocupaciones es fotógrafo profesional, formador y consultor de proyectos europeos. Y no para de viajar con Aegare y con Innetica, una red europea de cooperación social.
Ya a la vuelta de septiembre, su itinerario discurrirá por Bucarest con el proyecto “Youthart”, dirigido a jóvenes europeos que quieran emprender en el mundo del arte; Nairobi, con un proyecto para normalizar la menstruación en la sociedad keniata, y Viena, para tratar el tema de los migrantes que cuidan de personas de la 3ª edad en Europa.
Pregunta.- Cuéntenos, ¿cómo surge Aegare?
Respuesta.– Aegare surge en el año 2011, tal mes como el de julio. Lo fundó Sara Dobarro, una gallega de pro que se vino para estas tierras. Nosotros decimos que “la hemos adoptado”. Es una persona cuyo distintivo personal es querer potenciar las empresas y, evidentemente, lo gallego. Por ello, surgió la idea de Aegare como asociación empresarial dispuesta a ayudar a los gallegos que hay en esta tierra y que los gallegos de esta tierra ayudasen a la propia tierra. Así, sirve de punto de apoyo a empresarios y también para proyectar Galicia y Aragón en España y Europa.
P.- ¿Cuántas empresas están adheridas y a qué sectores pertenecen?
R.- Actualmente somos en torno a 50 socios, entre empresas y profesionales. Y son de lo más variopinto: las hay de temas de consultoría, de diseño, de medicina… Un poco de todo; muy granado y muy bueno.
P.- ¿Y qué tipo de proyectos desarrollan conjuntamente?
R.- Por un parte, Aegare tiene su faceta empresarial en la que se realizan seminarios, conferencias y proyectos para mejorar la actividad y el conocimiento entre los asociados. Y por otra parte, desde hace unos años, estamos desarrollando proyectos europeos con un calado social bastante importante.
Un ejemplo es un proyecto para el colectivo autista llamado “Stop ADS Hazards” que trata de ayudar a personas con TEA a evitar riesgos laborales en diferentes sectores. Aquí colaboramos con Atenciona, una asociación de Zaragoza que son los auténticos expertos en este tipo de trastornos y nos están dirigiendo.
Otro proyecto se llama “YouthArt” y está dirigido a impulsar el emprendimiento de los jóvenes en el mundo del arte. Participan diferentes países de la Unión Europea como Turquía, Hungría, Grecia y Rumanía. La verdad que trabajar así nos permite comprender mejor y ayudar mejor.
P.- ¿Por qué es importante para Aegare desarrollar esa faceta social?
R.- Yo creo que es muy bonito porque parte de los miembros de la Asociación provenimos de la Educación y la Formación. Partiendo de la propia presidenta, que es una gran comunicadora y realiza temas de formación dentro de su faceta científica. Como es periodista, es un faro para nosotros a la hora de difundir. Y los demás que, como decía, venimos de la docencia, consideramos que no solamente se trata de enseñar algo, sino de ayudar a formar personas, y eso a nosotros también nos ayuda a mejorar y a crecer como personas.
P.– ¿Cómo llevan a cabo la labor de representación de Galicia en Aragón?
R.– Realizamos periódicamente actividades con otras asociaciones, tanto empresariales como culturales, de otras partes de España, y en ellas siempre intentamos potenciar la imagen de Galicia. En Aragón, particularmente, es muy fácil, porque es de todos de sobra conocida la vinculación pilarista entre Santiago y Zaragoza; el Camino de Santiago y la Venida de la Virgen. De por sí, los gallegos se hacen muy de querer y máxime con esta especial relación y cariño que desde Aragón hacia Galicia y desde Galicia a Aragón siempre hay.
P.- Y en el plano económico, ¿Galicia y Aragón tienen tejidos empresariales muy dispares?
R.- Como en todas partes, tienen similitudes y diferencias. En Aragón tenemos grandes empresas gallegas, como Inditex, que saben que Aragón es un nudo de comunicaciones de primer orden y que confían en él para hacer llegar sus productos desde Zaragoza al mundo.
Yo creo que existe mucha similitud entre los tejidos empresariales y por eso uno de los objetivos de Aegare es aportar su granito de arena para poder vincular ambos, establecer esa sinergia que nos ayude a mejorar y a crecer, por supuesto.
P.- ¿Qué puede aportar Galicia a Aragón, y viceversa?
R.- Para mí, lo principal que se puede aportar hoy en día es ilusión. Porque el trabajo siempre está ahí, y las ganas y las necesidades de trabajo siempre están ahí. Pero creo que cuando a ese trabajo se le suma ilusión y pasión, en el sentido de poder arrimar el hombro y poder sacar adelante unas regiones, unas zonas, unas comunidades autónomas o un país, pues es bueno el poder apoyarnos unos con otros y salir adelante. O sea que yo creo que la aportación de unos y de otros es la confianza y el mutuo interés por salir adelante.
P.- Aegare ha cumplido este verano ocho años, ¿qué proyectos existen para el futuro y cómo va a seguir creciendo la asociación?
R.– Como he mencionado, estamos inmersos en dos proyectos europeos. Lo bonito es que, además de ayudar, te das a conocer y conoces gente, de manera que otras personas pueden ver cómo trabajamos. De hecho, nos están pidiendo colaborar en otros proyectos de cara al futuro, con lo cual, mal no lo haremos. Yo creo, modestamente, que lo hacemos bien. Sobre todo, porque como decía, ponemos mucha ilusión y profesionalidad.
Aparte de esos dos proyectos en el futuro inmediato, estamos a expensas de lo que podamos presentar y diseñar. Y bueno, siempre se puede mejorar. Nosotros estaremos ahí, al pie del cañón.
