Jesús Vallejo: "De Zaragoza echo de menos la cercanía y la nobleza de la gente"

Vallejo pasó de jugar en unas categorías inferiores a debutar con el equipo de su ciudad
photo_camera Vallejo pasó de jugar en unas categorías inferiores a debutar con el equipo de su ciudad

El zaragozano Jesús Vallejo es un futbolista diferente. Su cercanía, su sencillez y su humildad así lo demuestran. El central del Real Madrid, cedido en el Wolves, ha obtenido el Europeo con la Selección Española sub-21. El mérito es colectivo, pero Jesús ha sido capitán y se ha hecho un hueco en el 11 ideal del campeonato. Ahora, afronta la próxima campaña a tope.

Pregunta.- ¿Cómo afronta esta temporada?
Respuesta.-Con muchas ganas. Con el Real Madrid no hicimos una buena temporada colectivamente, pero con la sub-21 ganamos el Europeo, que nos da mucha energía. La temporada que viene la afronto a tope. Además, estos días de descanso me han servido para desconectar y recargar pilas.

P.- Tras este gran europeo, ¿cree que es el año para asentarse definitivamente?
R.- Uno siempre piensa que va a ser su año. Cada temporada que empiezo, pienso que tengo que hacer una gran campaña. No es algo que me suceda ahora, lo hago desde que estaba en el Real Zaragoza. Siempre quiero jugar mejor y superarme. Creo que tiene que ser la mentalidad del futbolista.

P.- Pasó de jugar en unas categorías inferiores a debutar con el equipo de su ciudad, y ese mismo año le ficha el Real Madrid. ¿Cómo se vive desde dentro?
R.- Sientes muchísima ilusión. Ves que todo el trabajo que has hecho desde pequeñito, que todo el esfuerzo que han hecho tus familiares, tus padres y la gente que te quiere para que un día puedas llegar, se ha hecho realidad. Es una recompensa al trabajo bien hecho y hay que valorarlo porque es muy difícil y no todo el mundo puede conseguirlo.

P.- Estas situaciones las vive gente joven que, muchas veces, sin haber madurado, se ven con un alto nivel de vida y de fama. ¿Podría llegar a ser contraproducente para un futbolista?
R.- En la vida, los valores son muy importantes. Es fundamental que te hayan educado bien desde pequeño en casa, en el colegio, en el club formativo… Yo tuve la suerte de que, tanto en casa como en el colegio, me enseñaron muy bien, me transmitieron los valores importantes, y en el Real Zaragoza me los reforzaron.

P.- Usted asumió galones rápidamente…
R.– En este sentido, para mí fue fácil debutar en el primer equipo del Real Zaragoza, poder ser capitán y, posteriormente, fichar por el Real Madrid. Aunque sea algo que a otro le puede descentrar, yo estaba tranquilo. Tenía claro lo que tenía que hacer, y todo esto se debe a que me enseñaron muy bien desde pequeñito. También fue gracias al Real Zaragoza, que me transmitió los valores adecuados.

P.- En el Real Madrid ha llegado a compartir vestuario con Cristiano Ronaldo. ¿Se imaginaba hacerlo con esa gente que veía por la tele de niño?
R.- Cuando era pequeño no me planteaba estas cosas. Simplemente quería disfrutar y jugar con mis amigos. No pensaba en ser profesional. Cuando llegas al juvenil con el Real Zaragoza y te empiezan a llamar para hacer la pretemporada, te das cuenta de que estas metido en algo importante, que realmente te puedes dedicar al fútbol profesional. Ahí empiezas a pelear por todo. A partir de entonces, uno siempre se plantea lo máximo. Cuando estaba en el Real Zaragoza, siempre tenía el objetivo de hacerlo lo mejor posible para que mi carrera fuese positiva.

Vallejo recibió el reconocimiento en el Ayuntamiento de Zaragoza de toda la ciudad

P.- Hábleme del vestuario. ¿Las superestrellas son más “humanas” cuando tratas con ellas todos los días?
R.- Cuando compartes vestuario con compañeros así, te das cuenta de que son personas normales que trabajan mucho. Ves que no están ahí solo por la calidad que tienen, que también, sino por todo el esfuerzo y la dedicación que han puesto en su día a día para ser mejores. Si te estancas, vas hacia atrás.

P.- Volvamos a sus orígenes, ¿qué significa Zaragoza para usted?
R.- Es la ciudad en la que me he criado. Tengo a mis amigos allí, a mi novia, a mis padres… Es mi ciudad. Siempre que tengo tiempo y me apetece descansar voy a Zaragoza porque es donde más cómodo me siento.

P.- ¿Y el Real Zaragoza? ¿Es de los que piensan que le gustaría retirarse en el club que le ha visto crecer?
R.- El hecho de que me planteen esa pregunta ya me ilusiona. Significa que he causado buena impresión aquí, que se hicieron las cosas bien, tanto en categorías inferiores como en el primer equipo. Solo de pensarlo es una ilusión tremenda. Quién sabe si el día de mañana puedo estar allí, pero es algo ilusionante.

P.- ¿Cómo vivió el día que le hicieron el reconocimiento tras lograr el europeo?
R.- Fue un sorpresón. No me lo esperaba. Me dijeron que iba a tener un acto con el alcalde, pero no me esperaba nada así. Estoy muy agradecido a toda la gente que vino: a mis padres, a mis familiares, a mi novia y a las peñas. También a los representantes del Real Zaragoza que pudieron venir. Fue muy emotivo, me emocioné porque fue inesperado. ¡Hasta el discurso lo improvisé! Solo tengo palabras de agradecimiento para toda una ciudad que soy consciente de que me quiere mucho.

Vallejo recuerda la emoción que sintió el día del reconocimiento

P.- La improvisación la tendrá que controlar más ahora…
R.- En el fútbol de tan alto nivel está todo mirado con lupa. Ante cualquier pregunta y en cualquier situación tienes que estar vivo y atento para no cometer errores. No puedes fallar ni dentro ni fuera del campo.

P.- A pesar de que vivió buenos momentos en Zaragoza, es imposible no recordar uno muy duro: la final del playoff en Las Palmas. Ese vestuario estaba muy unido. ¿Con quién guarda relación?
R.- Me llevo muy bien con Cabrera y con Rico, con Alcolea y Jorge Ortí, con los canteranos de esa época… Guardo muy buena relación con mucha gente de ese vestuario y con personas que me ayudaron dentro del club. Tengo grandes amigos gracias al fútbol.

P.- Por último, dígame las tres cosas que más echa de menos de Zaragoza
R.- Lo primero las relaciones, a mi familia y a mis amigos. Lo segundo es la comida, que en Zaragoza se come muy bien. Y por último, echo de menos la cercanía y la nobleza de la gente de Zaragoza.