
El programa de Formación para el Empleo de Zaragoza Dinámica (Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial de Zaragoza) ha arrancado ya con el inicio de clases de 24 de los 62 cursos que componen la oferta para el año académico 2019/2020.
La directora de Zaragoza Dinámica, Rosa Plantagenet, ha destacado el importante papel que cumplen los cursos para que jóvenes desempleados “no se queden atrás” y puedan encontrar trabajo, gracias al certificado profesional que se otorga con su realización.
En total, 400 alumnos recibirán formación en uno de los cinco centros de que dispone Zaragoza Dinámica y que están especializados en alguna de las 15 áreas profesionales que abarca el programa. A los ya conocidos centros Salvador Allende, Oliver y Río Gállego se han sumado para esta edición dos nuevas instalaciones en Casco Histórico y en Torrero.
Pregunta.- La oposición ha lamentado recortes en esta edición…
Respuesta.- Se ha hecho una reordenación porque había que hacerla, con un ajuste de mayor eficiencia y eficacia. Había dos cursos que eran nuevos y todavía no estaban organizados. Los cronogramas son difíciles de ajustar y lo hemos hecho principalmente con los calendarios y los profesores. La oposición siempre aprovecha para hacer críticas, pero la verdad es que estamos bien. Mi antecesora en su primer año comenzó los cursos más tarde.

P.- ¿Qué labor desempeña Zaragoza Dinámica en la ciudad?
R.– Es un instituto que lleva muchos años funcionando y es poco conocido. Algunos centros llevan 25 años dedicados a la formación de personas jóvenes y desempleados. Es decir, todos aquellos que en un momento dado buscan una cualificación. Zaragoza Dinámica recoge el espíritu en su nombre porque estamos dinámicamente adaptándonos a los tiempos, formando a las personas, a los desempleados y a los jóvenes, insertando y orientando laboralment,e que es nuestro gran objetivo y esperando que nadie se quede atrás.
P.– ¿Tienen algún centro que destaque?
R.- Emblemático en nuestro caso es el Río Gállego, que ha celebrado 25 años y que ha formado a una serie de sagas que han podido alcanzar un empleo gracias a la formación recibida.
P.– ¿A quién va dirigido?
R.- A todas personas que están desempleadas y han cursado estudios de Secundaria, que han acabado y que en un momento dado no saben muy bien dónde orientarse. Ofrecemos cursos por ejemplo en carpintería, climatización, fontanería, jardinería, hostelería… Tenemos cinco centros especializados para formar.
P.- ¿Cómo se apunta uno?
R.- Tienen que estar apuntados en el Inaem para acceder a nuestros cursos de formación para el empleo. Tenemos 65 líneas formativas donde se les da algo muy importante, que es el certificado de profesionalidad. Estas personas cuando acuden a nuestros cursos tienen el certificado profesional para poder ser carpintero, cocinero… Tenemos un convenio con el Inaem y ese convenio nos lo homologa.
P.- ¿Hay algún límite de edad?
R.- No hay ningún límite de edad, eso es lo primero que quiero transmitir. Normalmente se les pide una serie de estudios básicos o secundarios porque los cursos van por escalones y no es lo mismo acceder al certificado de formación 1, 2 o 3. En principio, son jóvenes desempleados y también tenemos personas que en un momento dado, por otro tipo de circunstancias de la vida, han quedado sin empleo y buscan un reciclaje. En algunas especialidades tenemos medias de cuarenta años. Es decir, tenemos de todo.
P.– ¿Hay que pagar algo?
R.- Son cursos gratuitos. Algunos son subvencionados por el Inaem, pero es el Ayuntamiento quien apuesta por esta formación. No queremos dejar a nadie atrás, queremos que todo el mundo pueda acceder y la formación es muy importante. El momento actual que vivimos es difícil, se exige una profesionalidad a los sitios donde vas y nosotros tenemos que dotar a las personas con unos certificados de formación.

P.– ¿Encuentran trabajo las personas una vez que finalizan los cursos?
R.- Tenemos, simultáneamente, lo que llamamos un club de empleo que se dedica a orientar y a insertar en la Azucarera. Orientan a cada uno según sus circunstancias personales. También hay un departamento de inserción que se pone en contacto con las empresas, es como una bolsa de trabajo y ayudan. Hay éxito y calculamos que un 60% que llega a la inserción.
P.- ¿Cuántos alumnos participan?
R.– El año pasado participaron 2.000 personas y este año nos han llegado ya 2.500 preinscripciones. Se inscriben más que las plazas de los cursos que tenemos.
P.- También dependen de ustedes los centros sociolaborales.
R.- Es algo que está muy unido a los barrios de Zaragoza y hay uno por barrio. Todas las personas jóvenes que en un momento dado tienen dificultades para seguir una trayectoria de educación normalizada y no pueden seguir en la ESO pueden formarse en estos centros. Hay algunos muchachos o muchachas que se quedan fuera del sistema y nosotros les tenemos que ayudar, no se pueden quedar fuera. Se llama educación externalizada y nos los mandan desde los institutos. Estos centros son muy queridos porque desarrollan una labor encomiable. Están las aulas taller donde pueden aprender pintura, fontanería, repostería y, a la vez, matemáticas, cálculo, lengua…