José M. Alcubierre: "La actual ley de la cadena alimentaria está arruinando al productor"

Con el final de 2019, Alcubierre ha cumplido también un año al frente de UAGA-COAG
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Aragón volvió a registrar en 2019, según datos de UAGA-COAG, un incremento de su producción agraria, que creció hasta los 4.002 millones de euros impulsada por el ascenso meteórico de un sector porcino que sigue de dulce (7,5% más de producción en 2018). Sin embargo, son las explotaciones de cerdos las que maquillan una situación difícil de la agroalimentación aragonesa, que se desplomaría sin el porcino hasta caer más de ocho puntos.

Una situación crítica de la que la asociación de agricultores y ganaderos ya lleva tiempo advirtiendo. Su secretario general, José María Alcubierre, advierte de que la situación no es nueva y pone el foco la necesidad de regular una ley de la cadena alimentaria “vacía” que arruina a los productores y encarece el precio final para los consumidores.

Pregunta.- La producción agroalimentaria crece en su conjunto, pero con un fuerte contraste.
Respuesta.- El gran contraste es el sector porcino, que está ahora en una situación dorada y repunta año tras año. De hecho, actualmente el 44,6% de toda la producción final agraria es este sector. Pero si se deja al lado el porcino, es cuando se ve que el resultado de resto de sectores decae de una manera importante, con un resultado negativo del 8,5%. Hoy por hoy el sector porcino tiene tanta fuerza que ha tirado del resto de sectores, como son la fruta, la ganadería extensiva, el vacuno…

El porcino continúa con un fuerte crecimiento en la Comunidad

El único sector que ha funcionado relativamente bien más allá de esto es la almendra, que a pesar de la caída de producción el precio está bastante bien, pero el resto está en una situación crítica.

P.- ¿A qué se debe esta época dorada de porcino?
R.- A que se están haciendo las cosas bien. Unas buenas producciones año tras año, la genética cada vez está mejor, con un buen sistema de gestión e integración en las granjas, unido también a una demanda internacional importante como el caso de China, donde la crisis de la peste porcina eleva la demanda.

P.- ¿Es bueno este auge tan importante con respecto a otras ganaderías?
R.- Que funcione una ganadería está muy bien, no tenemos que echarnos piedras en nuestro propio tejado. Hace quince años se hablaba de que Aragón no tenía capacidad o no hacía las cosas bien porque no llegaba a ese valor añadido en el porcino. Ahora se han incrementado mataderos, tenemos integradoras tanto públicas como cooperativas, y ese valor añadido está revirtiendo en Aragón.

El sector frutícola acumula varios años negativos desde la aplicación del veto ruso

¿Hay que avanzar? Por supuesto. Tenemos que mejorar sobre todo en la gestión de estiércoles y purines, donde se debería hacer una labor entre todos y ya se está haciendo. De hecho, este 2020 es el último año donde se permite echar el purín en abanico y se hará ya de una manera localizada. Se tiene que avanzar mucho pero se están dando pasos para seguir siendo punteros.

Eso nos lleva también a un control mayor cada vez mayor tanto de enfermedades como de aprovechamiento de una manera ordenada y circular de los ciemos y purines, porque al final nos beneficia a todos. Cada vez vemos más como las granjas de porcino aplican el purín de manera ordenada y vale para que haya menos fertilizantes químicos en el campo, y esa cebada que fertiliza va a una cooperativa que hace el pienso para la granja. Es una situación importante de economía circular que tenemos que seguir perfeccionando.

P.- Sube la producción de porcino, pero es también la única que aumenta sus precios. ¿Por qué?
R.- El precio viene marcado por la demanda, y ahora la distorsiona China, que está tirando los precios al alza. También influyen los hábitos de consumo, que están progresando hacia una urbanización de los consumos. Vamos a unos consumos inmediatos, hace 20 años en los hogares había unos consumos más elaborados, pero ahora la tendencia es a lo contrario, con productos de consumos inmediatos.

Las ensaladas ahora no se compran para cortarlas y limpiarlas en casa, se compra una bolsa para ir directo a un bol y ya está. Ya no se hacen pizzas en casa, se compran hechas para poner en el horno. En ese sentido, la carne de cerdo ha sabido adaptarse muy bien a ese sistema de consumo inmediato, tanto con elaborados como bacon o embutidos como en platos ya preparados, y lo ha hecho mejor que otras carnes que necesitan un proceso más largo desde que se compran hasta que se comen.

UAGA-COAG denuncia diferencias de hasta un 600% entre lo que percibe el productor y lo que paga el consumidor

P.- Eso en cuanto al precio que paga el consumidor, pero ¿existe alguna regulación en el precio que recibe el ganadero o el agricultor?
R.- No, pero nosotros apostamos por ello. Entendemos que tiene que haber un comercio mundial y un intercambio de mercancías entre países. Pero sí entendemos que tenemos que trabajar todos en igualdad de condiciones, y cuando vienen productos de otros sitios se tienen que mirar con el mismo rigor con el que se miran aquí y se tienen que diferenciar.

Cuando viene fruta de Sudáfrica sabemos que las materias fitosanitarias que se emplean aquí no se usan. El caso más extremo es el de la miel, que obliga a poner una etiqueta que diferencie la miel de Europa o de fuera, pero cuando hay un 1% de miel europea ya pueden poner las dos etiquetas.

Por otro lado, se tendría que regular la cadena alimentaria para poder mejorar, porque está arruinando al productor y poniendo la oferta para el consumidor demasiado elevada. Cuando ha habido abusos en otros ámbitos como el sector hipotecario, en el que existían cláusulas abusivas por parte de la banca, se ha regulado para que no se pudiera hacer. ¿Por qué no se hace en el mercado alimentario? La actual ley de la cadena alimentaria es una ley vacía que no beneficia ni a consumidores ni productores y está encubriendo una situación muy complicada para el sector primario.

P.- Por si fuera poco, este 2019 lo han calificado de “Annus Horribilis” para la fruta.
R.- Es algo prolongado en el tiempo. Desde que comenzó el veto ruso no se está sacando la producción, y la que se saca sale con unos precios completamente abusivos. Explotaciones familiares y sociales que han sido competitivas hasta hace unos años hoy por hoy se está yendo del sector o reconvirtiéndose. Todo esto cuando en los supermercados vemos unos precios con unos diferenciales de hasta el 600%. Estos abusos tienen que corregirse si no queremos que muchas de las explotaciones que hay, no solo en Aragón sino en toda España, se vean mermadas.

En este 2020 debería implantarse como pauta una ayuda pública generalizada al sector, con base presupuestaria, para que pudieran afrontar estos próximos años porque ya hay un endeudamiento importante. Todo apoyado también en un buen sistema público de seguros, reforzando Agroseguro para que cuando ocurra como este año y haya pérdidas por causas naturales excepcionales se cubran por lo menos parte de los costes.

P.- El año ha sido malo en cuanto a la meteorología, pero sin embargo caen cada vez más los seguros.
R.- Eso estamos detectando y así lo hemos comunicado en la Mesa de Seguros. Creemos que es porque las pólizas no están siendo reales con las producciones. Si tienes un coche que vale 10.000 euros, no puedes asegurarlo a todo riesgo por 7.000… No merece la pena. Encontramos seguros que no cubren prácticamente nada de la cosecha y sin embargo su coste es elevadísimo. Agroseguro no está sirviendo para asegurar y debería pensar en cómo se trabaja para ver cómo se puede ayudar al sector agrícola y ganadero, porque así estamos haciéndole un flaco favor.

P.- Lo que sigue batiendo récords cada año es la contratación, ¿qué significa que el trabajo en el campo aragonés siga creciendo?
R.- Prácticamente se ha quedado estable pero ha crecido y hay que remarcarlo. Zaragoza y Teruel han caído a diferencia de Huesca que ha crecido casi un 10%, y eso es significativo porque es la provincia que ha logrado elevar la contratación. Creemos que se debe a que Huesca concentra el 50% de la cabaña aragonesa de porcino y porque cuenta con un regadío que está dando muchos puestos de trabajo y no lo estamos valorando como deberíamos.

P.- El cierre de 2019 también ha supuesto su primer año al frente de UAGA, ¿cuál es su balance y por dónde pasa el futuro?
R.- Hemos intentado hacer las cosas lo mejor posible y defender una agricultura y ganadería con agricultores y ganaderos, con un modelo social y competitiva que históricamente hemos llamado la agricultura familiar. Hemos trabajado en lo que más se nos ha demandado como la fruta, pero sin olvidar el resto y con la mirada puesta en la PAC que va a llegar en 2020.

Vamos a ver si conseguimos de una vez por todas que en toda España haya políticas agrarias que defiendan a agricultores y ganaderos. A personas y no territorios ni a falsos derechos y situaciones fáciles de sofá en las que se cobra por no hacer nada. Vamos a centrarnos mucho en eso y a ver si conseguimos estar al nivel de nuestra gente, de nuestro sector y del mundo rural en general