Marc Aguado: “Tengo claro que todavía no significa nada haber debutado con el Real Zaragoza”

Marc Aguado entrena habitualmente con el primer equipo. Foto: Real Zaragoza
photo_camera Marc Aguado entrena habitualmente con el primer equipo. Foto: Real Zaragoza

Poco a poco, la cantera del Real Zaragoza continúa dando pequeños destellos de jóvenes futbolistas que guardan mucho fútbol en sus botas. El último brillo llega de Marc Aguado, joven diamante en bruto que, a sus 19 años, ya ha vestido la camiseta del primer equipo zaragocista. Él tiene claro que no existe una relación entre ese debut y asentarse en el fútbol profesional, y solo se centra en la campaña con el filial, donde lucharán por el ascenso a Segunda B.

Pregunta.- ¿Cómo se encuentra después de haber debutado ya con la camiseta del Zaragoza?
Respuesta.- Al principio no me lo creía, pero ahora ya lo tengo totalmente asimilado. Tengo claro que mi equipo es el filial. Debo seguir trabajando para tener una oportunidad de vez en cuando si así lo consideran.

P.- ¿Cree que irán llegando?
R.- No lo sé. Lo cierto es que esa primera vez no lo tenía previsto. Si tienen que llegar, ya llegarán. Como dije al final de ese partido, todos los jugadores del filial y los de los equipos de abajo, están muy preparados. Cualquiera que tenga la oportunidad lo va a hacer bien, estoy seguro.

P.- Estará muy ilusionado al ver que todo el trabajo de tantos años va dando sus frutos. ¿Ve que se puede llegar al fútbol de primer nivel?
R.- Por poder, se puede llegar, pero desde pequeño ya me dijeron que era muy difícil. El primer varapalo que me llevé fue cuando jugaba en el Stadium, en benjamines. No entré en el Real Zaragoza y tuve que pasar allí dos años más en alevines. Me vinieron muy bien. Después entré en el infantil, y desde entonces me cambió la vida.

P.- ¿Se veía más cerca de llegar lejos?
R.- Entras en el Real Zaragoza y piensas que queda muy poco para llegar al fútbol de primer nivel porque ya estás en una estructura profesional. El primer año ya me di cuenta de que había muchos jugadores muy buenos, mucho mejores que yo. Con el trabajo todo se iguala, aunque también hay un factor suerte que es clave, además de estar preparado en ese momento.

El centrocampista debutó en Tarragona ante el Nastic en Copa del Rey. Foto: Real Zaragoza

P.- Pase lo que pase siempre podrá decir que ha jugado con el primer equipo del Real Zaragoza.
R.- Desde luego. Recuerdo que entrenamos el día anterior con el primer equipo Ahmed, Jannick, Francés, Baselga y yo. Baselga y yo nos fuimos con el grupo de los titulares, que no iban a ir convocados a Tarragona. Él me dijo que no creía que fuésemos nosotros, que los que se habían quedado trabajando con el resto del grupo serían los tres cambios del día siguiente.

P.- Poco confiaban en debutar esa tarde…
R.- En la segunda parte del partido nos llamó Roberto Cabellud a los dos para ir a calentar. Pensamos que sería para entrar en caliente y que luego sacaría a los tres que iban a jugar. De repente, nos dijo que íbamos a ser los primeros en entrar. Nos miramos Baselga y yo como diciendo “qué pasada”.

P.- ¿Y qué pensó en el momento de saltar al campo?
R.- Lo primero que hice fue santiguarme. En verano falleció mi abuela y me decía que ojalá debutara cuando ella estuviera viva. Fue en la primera persona en la que pensé. Después me acordé de todos mis familiares, de mi novia y de mis amigos. En general, me acordé de todos los que han estado siempre conmigo, apoyándome en los momentos buenos y en los difíciles.

P.- ¿Qué consejos le daban dentro del vestuario?
R.- Guitián, Ros… Todos los que han visto a otra gente debutar, que tienen experiencia y saben cómo tratar a los jugadores de la cantera me dijeron que estuviera tranquilo, que tenía mucho fútbol dentro y que lo sacara. Que no tuviera nervios y que tirara para adelante, que lo iba a hacer bien seguro.

P.- ¿Qué tal lo vivió su entorno?
R.- Mis amigos no se lo podían creer. El día anterior, ellos habían salido de cumpleaños y yo jugaba a las doce. Me dijeron que se levantaron solo para ver el partido y que había sido increíble, que no se podían imaginar cómo podía estar ahí. Cuando hablé después para los medios me llegaron a decir que hablaba igual que en las presentaciones de inglés de segundo de bachiller (risas).

Aguado saltó al terreno de juego en la segunda parte del Copa del Rey contra el Nástic. Foto: Real Zaragoza

P.- Pero no serían los únicos que contactarían…
R.- Hubo muchos. Sobre todo lo hicieron excompañeros, no solo en el Real Zaragoza, también de la selección aragonesa y del Stadium Casablanca. Además, se pusieron en contacto conmigo rivales a los que me había enfrentado. Hay que entender que este no es un premio solo para mí. Yo soy el que más lo disfruto, pero lo es también para mis compañeros. Sin ellos no hubiera podido hacer nada, no podría ser quien soy y también tengo que agradecérselo.

P.- A estas edades tan tempranas, ¿puede ser peligroso que el corazón vaya más rápido que la cabeza y no saber asumir estas circunstancias?
R.- En mi caso no. Tengo claro que soy un crío y que todavía no significa nada haber debutado con el primer equipo del Real Zaragoza. Tengo que estar centrado en el filial y ser consciente de que igual no me vuelve a llamar el equipo hasta dentro de dos años. Estoy muy tranquilo con ese tema.

P.- ¿Cómo ve la temporada en Tercera?
R.- Empezamos un poco regular porque teníamos varios jugadores nuevos. La plantilla estaba más o menos hecha, pero se incorporaron varios jugadores. Comenzamos un poco mal porque no estábamos del todo centrados, pero a medida que íbamos avanzando nos centrábamos más. Espero que podamos conseguir el objetivo final.

P.- ¿Cómo es la relación en el Deportivo Aragón?
R.- Increíble. Cuando llevaba unos días sin entrenar con ellos y sin pisar el vestuario, lo echaba de menos. Ellos son muchísimo más que mis compañeros. Son gente con la que trato fuera del fútbol y que se perfectamente que si ellos o yo salimos del Real Zaragoza, siempre vamos a estar al lado.

P.- En Zaragoza se ve que hay una cantera diferente…
R.- Es que lo que se vive en Zaragoza no se vive en ningún sitio. Ves a otros filiales y cada uno es de un lugar diferente. Aquí no. Somos prácticamente todos de Aragón. Con la generación del 2000 llevo jugando desde que era benjamín, ya sea con ellos o contra ellos. Haber crecido con esa gente lo es todo para mí.

P.- Vamos, que son una familia de verdad.
R.- Sí, y eso se refleja en el campo. Vemos el ascenso como algo muy complicado porque la Tercera División es muy difícil. Cuando era juvenil de último año ya jugué en el filial, y la gente me decía que jugase en el juvenil, que podría enfrentarme a equipos como el Barça. Desde aquí me decían que no, que fuese al filial. Fuera me insistían en que la Tercera era muy fácil, que nos íbamos a pasear. Luego llegamos al primer partido en Tarazona y nos dieron por todos los lados. Yo dije “madre mía…”.

P.- No tiene nada que ver una Tercera División con una categoría juvenil.
R.- Es que el División de Honor es muy bonito, pero no es fútbol real. El fútbol de verdad es ir al campo del Borja y mantener la puerta a cero contra gente que te saca 20 kilos. Ahí está el fútbol real, el de verdad.

P.- ¿Se ven capaces de llegar a esa regularidad necesaria para ascender?
R.- Hay muy buenos equipos, como el Teruel, que va más hacia arriba, pero el resto de equipos lucharemos por tener un puesto en el playoff. Ahí ya sabemos que puede pasar de todo. Tan pronto te puede tocar un equipazo que te elimine a la primera como que te puedes plantar en la tercera. Ya se verá.

P.- Por último, ¿dónde se ve de aquí a cinco años?
R.- Lo único que quiero es estar aquí, en el Real Zaragoza, me da igual donde. Si es en el primer equipo mejor, pero no tengo problema en seguir en el filial. Quiero seguir, sentirme cómodo y disfrutar del fútbol.