
La Dirección General de Transporte resolvió a finales de septiembre un procedimiento sancionador frente a una cooperativa de transportes en la Comunidad aragonesa cuyo funcionamiento no respondía al régimen jurídico de aplicación a las cooperativas de transportes, a pesar de que se presentaba como tal. Una forma de “dumping social” que Tradime, la Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Mercancías de Aragón, había denunciado hace varios años por la competencia desleal que provoca en el sector del transporte.
Para el presidente de Tradime, José Antonio Moliner, esta resolución “le hacía mucha falta al sector del transporte. Sin embargo, Moliner asegura que este primer y fundamental paso le debe servir al Gobierno central para terminar con “esta sangría de competencia desleal y de esclavitud de trabajadores”. También hace un llamamiento a los sindicatos recordando que “son trabajadores los que están sufriendo esto, aunque los perjudicados seamos todos”. El presidente de Tradime anima a los autónomos a denunciar, a que no den el proceso por perdido y espera, con ilusión, una unificación de criterios a nivel europeo que le gustaría ver pronto.
Pregunta.- Recientemente, Transporte ha sancionado a una cooperativa de Aragón por no ajustarse a la legislación. ¿Cree que desde las administraciones se ha dado un paso más para acabar con las falsas cooperativas?
Respuesta.- Es un paso más y, además, es fundamental. Un paso que tiene que servir al Gobierno de España para delimitar esto de una vez por todas y terminar con esta sangría tanto de competencia desleal como de esclavitud de muchos trabajadores.

P.- Llevan muchos años denunciando el dumping social, ¿cómo afecta a la figura del transportista la competencia desleal?
R.- En primer lugar estas personas son trabajadores, no transportistas. No tienen un título de transportista que les capacite para ello; por tanto, no están capacitados y no saben cómo hacerlo, cómo trabajar, a qué precio, qué coste tiene el transporte… Crean una distorsión en el mercado que al transportista, que tiene su empresa y sus trabajadores, le crea un trauma económico increíble.
P.- Tras la sentencia, ¿se han acercado hasta Tradime otras asociaciones nacionales para interesarse por esta resolución?
R.- Aunque parezca increíble, no. No se ha acercado nadie, únicamente de manera muy tímida Trasdisna, pero parece que hay algo desde Madrid que los ata como un barco al muelle y no se desatascan de ahí.
Con la experiencia que tengo, lo que he visto y oído, muchas de estas asociaciones se han convertido en asesorías. Es muy triste decirlo pero también hay que echarles un poco de culpa a los socios que a veces no empujan lo que debería. También los comprendo porque la ilusión a veces se va cuando ves que te engañan frecuentemente.
P.- ¿De dónde viene ese engaño?
R.- De Madrid, en los altos estamentos del Transporte, el Comité Nacional de Transportes. Cuando ves que tantas veces sales desengañado es normal que pierdas la ilusión pero desde aquí les animo a todos a que sigan, que seguiremos y conseguiremos quitarnos todo este estigma de competencia desleal tanto de las empresas buzón como el paquete de Movilidad que, gracias a Dios, nos va a echar una mano como en esto de las cooperativas que, además, no existen en ningún lugar de Europa.

P.- ¿Qué papel han jugado los sindicatos en este proceso?
R.- Habría que hacer un llamamiento a los sindicatos. Son trabajadores los que están sufriendo esto, los perjudicados somos todos, pero los explotados son trabajadores. Tradime es una asociación empresarial y estamos luchando pero también querríamos que los sindicatos, en este sentido, nos echaran una mano porque esto, más o menos, es como las industrias cárnicas y tienen que tener el mismo fin: desaparecer y esos empleados ir al régimen general de la Seguridad Social, con eso se acabaría esta lacra.
P.- ¿Cómo funciona este entramado?
R.- En resumen son trabajadores que son explotados. Una serie de personas sin escrúpulos los engaña para que les entregue un dinero. Tienen que pagar y estar esclavizados durante dos años porque si no ese dinero lo pierden. Yo no he visto casos de esclavitud más claros.
P.– ¿Puede un autónomo del transporte denunciar estas situaciones?
R.- Por supuesto. Si nosotros hemos denunciado esto es por las documentaciones que nos han traído los trabajadores. No han ido a los sindicatos o si lo han hecho no les han atendido en las condiciones oportunas y Tradime sí lo ha hecho. Hemos visto el problema: somos empresarios pero somos personas y luchamos con ellos por los dramas humanos que se han generado en torno a esto, tanto por ellos como por nosotros.
P.- ¿Por qué cree que no dan el paso?
R.- Porque lo dan por perdido. Se ven tan indefensos ante la maquinaria tan grande con la apisonadora burocrática más la posibles amenazas de esta gente que además tienen mucho dinero y poder.

P.- En el mes de febrero, a través de las eurodiputadas Isabel Garcíe e Izaskun Bilbao, trasladaron este debate a Europa, ¿han recibido alguna respuesta?
R.- De momento no. Sabemos que la burocrática europea va muy despacio y muy lenta, pero tenemos fe como con el paquete de Movilidad. Eso sí, seguro que España será el país que más tarde lo ponga en movimiento. En Francia, por ejemplo, ya se ha implementado, se están acercando poco a poco a él, aproximándose para poner cada cosa en sus sitio.
No es una competencia leal que yo page 800 euros y un rumano 50 euros. O que aquí se pague el 21% de IRPF en una sociedad y allí el 15%. O que las ITV allí las pasen por correo, que es la seguridad vial de todos… y lo peor es la condición de vida de estas personas que viven meses y meses metidos en un camión. Invito a cualquiera a que pase un fin de semana en un camión y que lo multiplique por tres meses a ver si eso es calidad de vida.
P.- ¿Cree que esa unificación de criterios llegará en algún momento?
R.- Me gustaría verlo cerca, es mi sueño y el de muchos transportistas pero es muy difícil porque hay muchos intereses y dinero por medio. Los cargadores ven siempre en el transporte la forma de ahorrar porque el mercado está saturado y distorsionado por esta competencia desleal y hasta que no se comprenda por la sociedad que un transporte digno y seguro tiene un precio no conseguiremos nada.
P.- ¿Cuál es la radiografía del sector en este momento?
R.- El transporte está viviendo unos momentos complicados. En muchas fábricas no nos dejan entrar a los servicios y como todo el mundo tenemos unas necesidades. El sector todavía no se ha despertado, estamos en un 75%-80% y muchos trabajadores siguen en ERTE, hay muchos camiones parados y es un problema que posiblemente se verá un poco más a larga distancia. Posiblemente, el primer semestre del año que viene será muy malo en el transporte.