JIM se siente a gusto al frente del equipo

Juan Ignacio Martínez, conocido futbolísticamente como JIM, es el hombre de moda en el Real Zaragoza. Desde su llegada, el conjunto maño ha sumado siete puntos de nueve posibles, y ha logrado dejar atrás los puestos de descenso. El conjunto maño es otro desde que se hizo con el timón, pero deberá mantener la línea hasta el final de la temporada.

Pregunta.- ¿Cómo ve al equipo después de asentarse en Zaragoza?
Respuesta.- Está resultando, cosechado buenos resultados. Ya no tenemos esa autoestima de equipo depre. No era normal que un Real Zaragoza que estaba a punto de subir a Primera División unos meses antes empiece la temporada y esté en zona de descenso. Son hándicaps que merman el rendimiento del jugador.

P.- ¿Cuál es el secreto para seguir en esta línea?
R.- Estamos creciendo con los resultados y con esa autoestima. Espero que sea un punto de inflexión para ir mejorando. Queda toda la segunda vuelta y estamos en el corazón de la zona de salvación cinco equipos con los mismos puntos, cogidos de la mano. El margen de error es muy pequeño para seguir adelante.

P.- ¿Qué problema había en la plantilla para verse en esta situación?
R.- Se han juntado varias cosas. La principal es el resultado. No podemos olvidar que termina una temporada en la que se había depositado mucha confianza en subir a Primera División. Al jugar playoff, empiezas la siguiente con partidos aplazados, por lo que partes desde la zona baja y tu margen a la hora de competir es escaso.

P.- Comenzaron bien, pero el equipo se deshinchó pronto
R.- Empatas con Las Palmas y sumas tres puntos ante el Alcorcón y el Albacete, pero rápidamente pierdes en casa. Aunque lleves menos partidos que los rivales, cuesta verse abajo. Por otro lado, los partidos aplazados son ante equipos como Almería y Girona, que van a estar en la parte alta. En el aspecto psicológico, el jugador se ve lastrado.

P.- Tampoco ha sido ese el único problema…
R.- Se junta con que las incorporaciones de fichajes tienen un proceso de adaptación, pero también se le exige. Especialmente a los de arriba se les pide que metan goles y comienzan a acumular jornadas con el casillero a cero. Son un cúmulo de circunstancias no naturales.

P.- ¿Se está peleando por no descender de forma circunstancial o hay un problema de plantilla?
R.- Estas circunstancias dan un termómetro erróneo al medir si el equipo tiene mas potencial que solo para salvarse. Estamos donde estamos, somos el Real Zaragoza y no podemos mirar solo el escudo. Tenemos que competir como animales para sacar esta situación. Con los jugadores que tenemos estamos dando victorias en partidos muy importantes, como ante el Lugo o el Logroñés. Si algo cae por parte de la directiva, bienvenido sea, pero ahora tenemos que convencer a los jugadores que están de que nos saquen de esta situación.

El entrenador está logrando sacar provecho a la plantilla zaragocista

P.- ¿Tuvo miedo cuando le llamaron de que se le recordase como el entrenador que descendió al Real Zaragoza a Segunda B?
R.- Engañaría si dijera que no, pero hay cosas que todo profesional tiene como suyas: te está llamando el Real Zaragoza.

P.- Avalado por Miguel Torrecilla, el director deportivo…
R.- Con él he trabajado en dos clubes diferentes. Él es quien me ha dado la oportunidad de llegar al fútbol profesional. Estaba en Segunda B, había perdido el playoff de ascenso con el Cartagena y con el Alcoyano, y Miguel Torrecilla confió en mí. Me dice que si quiero ir a Salamanca porque tiene un proyecto y accedí.

P.- ¿Aquí sucedió lo mismo?
R.- Ni me lo pensé. Él estaba en Bélgica. Conoces el Real Zaragoza porque ves fútbol, eres profesional y te debes a ello, y te pones a machacarte. Hay que entender que la adversidad hace para los profesionales oportunidades de trabajo importantes. Ahí están los retos. Este es uno muy bonito y muy emotivo.

P.-¿El Real Zaragoza que se encontró era el que se esperaba?
R.- Hay jugadores que te gustan mucho cuando los tienes de rivales y cuando los tienes como jugadores es otra cosa, porque los estás entrenando día a día. También pasa al revés. Pero en general, veía que la idea de planificación del Real Zaragoza no era mala. En los últimos partidos le habías ganado al Fuenlabrada y casi empatas al Almería. Llegas más justo a Gijón porque el equipo está más cansado, sobre todo al final, aunque estuvo competitivo todo el partido.

P.- ¿Son buenos jugadores?
R.- Veo que hay equipo, que hay mimbres. Cuando el Real Zaragoza ficha futbolistas es porque su currículum les avala. Son jugadores con trayectoria deportiva. Ahí está mi habilidad personal para sacar el rendimiento y que poco a poco nos saquen de la zona baja.

P.- ¿Se va a ver un Real Zaragoza diferente antes de jugar frente al Albacete?
R.- Vamos a tener dos semanas. Nada más llegar, viajamos a Torrelavega, luego jugamos contra el Lugo, paramos y nos fuimos a casa de vacaciones. La semana siguiente era Cartagena, Alcorcón y Logroñés. Los entrenamientos eran de recuperación, competición e información. No plasmábamos nada en el campo. Ahora ya ves que el jugador percibe esos aspectos y lo transmite en rendimiento en el terreno de juego. Eso es lo que quiero trasladar.

P.- ¿Puede concretar qué va a trabajar?
R.- Quiero enriquecer el aspecto táctico para presionar arriba, ensayar la presión alta, con dos jugadores o tres, dependiendo de la circunstancia. También analizar el momento en que el rival sale con tres futbolistas y nuestra salida de balón. Es importante captar conceptos ofensivos y tratar a jugadores individualmente que están con falta de acierto para que vayan cogiendo confianza. Por último, establecer ciertos movimientos que buscamos como automatismos en los tres cuartos de campo. Esa información que damos podemos entrenarla.

P.- La afición está necesitada de un mensaje de aliento, que les digan que estos jugadores no van a desfallecer.
R.- Eso es lo que le digo al vestuario. Soy un hombre de mandar muchos mensajes escritos. Los vestuarios están llenos de papeles, con que lo lea un jugador o dos y sean capaces de transmitirlo a los demás, me vale. Ahora en la Ciudad Deportiva es más complicada la convivencia por el protocolo, por lo que los pongo en puntos concretos, como en La Romareda el día de partido.

P.- ¿Qué les diría a todos esos aficionados a los que defienden en el estadio?
R.- El Real Zaragoza tiene un prestigio, una solera que ojalá nos valiera para salir al campo y ganar con el escudo. Pero sí nos vale para defender con mucho orgullo el reto de luchar por nuestra propia afición y por nuestra ciudad. Eso lo transmito cada día, y si no lo hago yo lo hace Zapater, que es un ilustre. Los canteranos son jóvenes con arraigo y también lo trasladan. Y los que vienen de fuera también saben lo que es este club y su historia.

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