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Pepe Rodríguez se trasladó esta semana hasta Panticosa para dar a conocer la historia de su restaurante, fundado en 1934 en Illescas (Toledo)

La gastronomía se ha convertido en uno de los motores del turismo rural para algunas localidades y entornos. Ir a determinado pueblo a comer en un restaurante o concreto o conocer el origen de los alimentos que se comen día a día están ganando multitud de adeptos entre los ciudadanos, siendo ya un importante reclamo turístico en los territorios. Bien lo sabe el chef de El Bohío y jurado en Masterchef, Pepe Rodríguez, que esta semana se trasladó hasta Panticosa para dar a conocer la historia de su restaurante, fundado en 1934 en Illescas (Toledo).

P.- Comentaba en su intervención en el V Congreso Mundial COMTUR de que para montar un restaurante de prestigio te ibas antes a La Castellana que a un pueblo de carretera. ¿Puede la gastronomía convertirse en un impulso para esos pequeños pueblos que quieren hacerse un hueco?
R.- Seguro que sí. Ya hay sitios probados donde la gente va a sitios a comer y están perdidos en una montaña o detrás de un valle con una carretera insufrible. El primer ejemplo quizá fue El Bulli, que era el acceso más limitado y peor del mundo, y cuanto más difícil estaba la carretera más ganas teníamos de ir allí. Eso es más complejo y complicado, porque tiene sus temporalidades y momentos. Hay que hacerse un nombre muy grande e importante para atraer a gente de toda España a sitios rurales para que gente de toda España vayan a esos sitios rurales para que pueda funcionar. Es más fácil que pueda ser en Barcelona, Valencia o Madrid, y conlleva un sacrificio. Los anglosajones cuando hablan de negocio dicen tres palabras: “location”, “location”, y “location”.

P.- Aquí se hablaba de las oportunidades que surgían con el turismo gastronómico. ¿Percibe ese repunte del interés en la sociedad por este tipo de turismo?
R.- Sí, lógicamente. No sabría decir si son 25, 20, 18 o 33 años, pero mucha gente hace turismo gastronómico. En El Bohío tengo gente que me lo dice, que viene a “Puy du Fou” en Toledo que está funcionando muy bien y viene a comer y a verte. La gente tiene una relación especial con la gastronomía. España es un país gastronómico donde se come y se bebe muy bien, y es parte de nuestra cultura. Casi no hay mayor placer, y más lo compartes con tu familia, mujer o hijos. Sentarte a una mesa es algo humanizador y casi espiritual. Ahora la gente va buscando grandes restaurantes y luego ve la iglesia o su avenida. Hay un turismo gastronómico en el mundo entero.

P.- El enoturismo es un ejemplo. Muchas compañías ofrecen visitas por sus viñedos o sus bodegas
R.- Todos nos damos cuenta de que casi no es tan importante poner en valor el producto como el productor, y explicarle al cliente de dónde viene el queso, que es de una quesería de aquí lado, que nos trae la leche directamente… Cada vez se pone más en valor al productor, que si este vino está hecho de esta forma, si tenemos un concierto con la bodega para visitar… Se trata de juntar experiencias alrededor que la gastronomía para que haya un atractivo mayor que solamente comer porque son las 14.00 horas. La experiencia debe ser completa. En eso estamos, en poner en valor al productor y el producto que el mismo cocinero o restaurante.

Pepe Rodríguez ha atendido a Aragón Digital en su visita a Panticosa para participar en el V Congreso Mundial COMTUR

“HUESCA HA SIDO UN DESTINO GASTRONÓMICO IMPORTANTE”

P.- ¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza cuando le nombro Aragón, gastronómicamente hablando?
R.- Me vienen muchas cosas. He alternado por Aragón y he tenido amigos con restaurantes. Huesca ha sido un destino gastronómico importante. No había restaurantes con estrella Michelín en Zaragoza y ya los había en Huesca. Conozco el ternasco, la chireta, y muchas otras cosas que tiene Aragón. Tiene todo el Pirineo que es un destino turístico maravilloso, y ha habido sitios donde se ha comido extraordinariamente bien. Es una zona muy reconocida en España. Se pondrá más en valor cuantos más cocineros importantes haya en Aragón. Si no hay ningún restaurante importante, habrá menos turismo gastronómico. ¿Por qué funciona tan bien San Sebastián? Porque hay 400 estrellas Michelín, que tiene un reclamo importante. Eso le hace que te entren ganas de ir. Aragón se hará importante cuantos más cocineros y restaurantes con estrella Michelín haya. Será un destino más importante para el gourmet o para el que se deja y hace viajes buscando la gastronomía.

P.- La carne, el vino, la trufa, el jamón de Teruel… Tenemos mucho bueno
R.- Totalmente. Me dejaba cosas importantes, como la trufa de Teruel. Se hacen vinos importantes, hay bodegas reconocidas, que han hecho unas inversiones extraordinarias para que se conozcan, como el Somontano. Hay de todo, con una industria trufera maravillosa. No se consumía trufa en España y ya venían los franceses a comprarla aquí. Ellos sí que saben consumar. Nos hemos dado cuenta de que tenemos un producto maravilloso, que se cría aquí y es de nuestra zona. La trufa es un santo y seña de la industria aragonesa.

P.- Desde hace 3 años, el Gobierno de Aragón utiliza la marca Aragón Alimentos Nobles para destacar la nobleza de los productos como elemento diferenciador. ¿Comparte esta característica?
R.- Eso es un eslogan. Ellos verán si reciben un feedback importante al cabo de los años y si el mensaje cala. Productos nobles, ¿y por qué no? Como los de Castilla-La Mancha o Extremadura. Cada Gobierno busca un eslogan y hace lo mejor posible para que el público acuda a su región. No podría criticarlo. Claro que son muy nobles, como los de cualquier otro sitio. Es una gastronomía como toda la española, popular, hecha de recursos, en la que los cocineros los ponen en valor para hacerla más elitista, sofisticada y ponerla al día. Si eso cala y sirve a las instituciones y empresas agroalimentarias, bienvenido sea.

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