El fotoperiodista Gervasio Sánchez se encuentra inmerso en la presentación de su último proyecto “Vidas Minadas. 25 Años”.

El fotoperiodista Gervasio Sánchez se encuentra inmerso en la presentación de su último proyecto “Vidas Minadas. 25 Años”. Después de la inauguración de la exposición en La Lonja, que se podrá disfrutar hasta el próximo 7 de enero, este martes presenta el libro bajo el mismo nombre. En él recopila un total de once historias con unos personajes que ha ido siguiendo a lo largo de todos estos años y que guardan una característica en común: son víctimas de las minas antipersona en la posguerra con un impacto que es para toda la vida.

PREGUNTA.- ¿Cómo surgió el proyecto de Vidas Minadas?
RESPUESTA.- Es un proyecto que empecé en 1995 cuando acudí para un encargo que me hizo una revista del corazón en Angola y me encontré allí con una situación brutal en la que decenas de miles de civiles estaban siendo víctimas de las minas antipersona en zonas donde la guerra se había acabado y había supuesta paz. Gran parte eran campesinos que volvían a los territorios donde habían vivido antes de la guerra y que se encontraban que no podían cultivar las tierras o si las cultivaban se arriesgaban a saltar por los aires por culpa de las minas.

La verdad que yo me quedé muy impresionado e hice un reportaje, lo publiqué y posteriormente en diciembre de 1995 y en 1996 fui a Camboya y a Bosnia y allí me encontré con historias de niños que habían sido víctimas recientes de minas. Con estos trabajos me acerqué a ocho ONGs, que en aquel momento estaban liderando la campaña española contra las minas, y les propuse un gran trabajo de documentación sobre este problema y tres de ellas me dijeron que sí. No fue hasta 1997 cuando presenté Vidas Minadas por primera vez y de ahí surgió la posibilidad de hacer cinco años en el 2002, Vidas Minadas 10 años en 2007 y Vidas Minadas 25 años en el 2023 porque se tuvo que posponer un año por la pandemia.

P. ¿Cómo resumirías estos 25 años de Vidas Minadas?
R.- En la exposición hay nueve historias, pero en el libro son once, incluso hay otras dos historias que no he podido continuar. Son nueve países, de ellos tres asiáticos (Camboya, Irak y Afganistán) tres latinoamericanos (El Salvador, Nicaragua y Colombia) dos africanos (Mozambique, Angola) y uno europeo (Bosnia Herzegovina). Todos los protagonistas (entre ellos hay dos camboyanos, dos afganos y el resto es uno de cada país) son todos víctimas civiles de las consecuencias de las minas en la posguerra. Cuando la guerra ha acabado, regresan a sus casas y se encuentran con el drama de las minas. Esta es la idea un poco general de lo que ha sido la situación para todas las personas que participan en este proyecto.

El eje central de Vidas Minadas es contar la guerra no acaba tras firmar el acuerdo de paz, sino que cuando la gente regresa a su hogar, se encuentra con el drama de las minas

P.- ¿Qué mensaje quieres transmitir a la gente tanto con la exposición como con el libro?
R.- Yo hago mi trabajo y luego que cada uno saque las conclusiones que quiera sacar. Es demostrar que las guerras no acaban cuando dice Wikipedia, que por mucho que se firme la paz en un trozo de papel, el impacto de la violencia continúa. Es decir, si mañana se firma la paz en Ucrania, cuando regresen los que se han ido de su zona de combate se van a encontrar con un problema serio con las minas y con otras armas sin explosionar y esto va a provocar muchos accidentes sobre todo entre los más pequeños que no entienden que no se puede tocar material bélico porque te puede matar. Entonces lo que yo intento es mostrar que una persona que es mutilada por una mina, de alguna forma ese impacto es para toda la vida.

P.- ¿Quiénes son los protagonistas de Vidas Minadas?
R.-En este proyecto hay de todo: dobles amputados, amputados de una pierna por debajo de la rodilla, que es lo mejor que te puede pasar para que no tengan que articular la rodilla, hay una niña ciega, bueno una joven que yo conocí cuando era una niña, un chico que perdió un ojo y casi la visión en el otro y una mano y toda su cara quedó destrozada en Bosnia, también cuando era un niño. Son personajes que sufren las consecuencias de la guerra para siempre. Y aunque no esté de moda el tema y haya pasado el momento que da rentabilidad política de esos temas, incluso cuando las ONGs no quieren participar en esta temática porque no son rentables mediáticamente, yo continúo haciendo este trabajo de documentación.

P.- ¿Por qué elegiste Zaragoza para la inauguración de la exposición?
R.- Yo vivo en Zaragoza y me enfada muchísimo que siempre todo empiece en Barcelona o en Madrid y que Zaragoza, Bilbao, Valencia o San Sebastián sean segundos platos. En el año 2019 cuando llegó el gobierno de ese momento me entrevisté con Sara Fernández y le dije que si la exposición se pudiese inaugurar en La Lonja yo me pelearía para que fuese el primer sitio. Yo quería hacerlo en noviembre, pero me dijeron que en Zaragoza mejor en el Pilar. Yo sabía lo que era el Pilar porque en el 2004 presenté un proyecto en la Lonja con Ricardo Calero el día que empezaban y sabía que las Fiestas del Pilar multiplican el número de visitas. Y este tema era importante. Al decirme que podría estar hasta el 7 de enero dije que adelante. Impuse que primero Zaragoza, después Madrid y después Barcelona y evidentemente las dos querían ser las primeras, pero les conseguí convencer.

P.- Hoy presentas el libro «Vidas Minadas. 25 Años». ¿Qué va a encontrar la gente en este trabajo?
R.- Bueno en el libro hay dos historias que son más recientes. Hay una camboyana que yo la empiezo con una fotografía que saqué a un niño recién mutilado en el 2007 y que la pongo al final del libro de 2007 y pensaba que era importante volver a recuperar esa historia y ver cómo quince años después ha cambiado su vida. Y luego otra historia de una chica de Afganistán que conocí en la época de los talibanes cuando era una adolescente que había perdido las piernas por culpa de una mina y me pareció interesante. Yo la conocía porque durante el proyecto que hice sobre mujeres de Afganistán me topé con ella, empecé a relacionarme con ella y la he seguido. Ahora ya es una madre. Al final las nueve historias que yo he presentado pertenecen al origen de Vidas Minadas. Dos de ellas hechas a partir del 2006 y luego hay otras dos más recientes que no las he incluido porque no había suficiente espacio.

P.- ¿Qué supone para ti hacer un proyecto como Vidas Minadas?
R.- Soy muy dado a hacer este tipo de proyectos que rompen un poco los tiempos en los que los medios de comunicación se instalan muchas veces de manera errónea para mostrar las consecuencias de la guerra. Yo creo que hay ser más profundo en todas las maneras de plantear las cosas, batallar por los temas y esto en los medios cada vez se hace menos. Yo ahora mismo he tenido dos entrevistas con dos radios importantes y son dos de veinte minutos cuando hace veinte o quince años me entrevistaban 45 o 50 minutos. Están obsesionados con que la gente cree que se aburre o se pasan de radio cuando escuchan una historia más allá de quince minutos y eso es falso completamente. Yo he estado haciendo entrevistas ahora con youtubers que duran cuatro horas y media y los jóvenes, a los que siempre se les achaca que no tienen interés por nada, las consumen fantásticamente y se las tragan enteras. Los medios tradicionales están perdiendo la batalla de la audiencia de manera estúpida porque hay cuatro impresentables en la cúpula de los medios que no tienen ni idea de lo que es el periodismo. De hecho, hay gente que hasta lo reconoce.

P.- Anunciaste el otro día que habría Vidas Minadas 50 Años. ¿Se podrá hacer realidad?
R.- Es una forma de decir que todo esto continúa. Yo en 2007 ya dije también de hacer un Vidas Minadas 20 años o 25 años y todo el mundo se reía, pero lo he hecho. De hecho, tendría que ser Vidas Minadas 26 años y en realidad si parto de la primera foto que hice para este proyecto que aparecía en el libro, se podría llamar Vidas Minadas 28 Años tranquilamente. La gente se ríe, pero se ríen porque no me conocen. Por ejemplo, en el 2011 presenté “Desaparecidos” y anuncié que iba a preparar un proyecto en España sobre los desaparecidos españoles para presentar en el 2036 y ya solamente quedan 13 años y sigo con ello.

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