Sánchez ofrece a Casado revisar el estado de alarma el 9 de marzo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. Foto: Congreso de los Diputados
photo_camera El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. Foto: Congreso de los Diputados

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofreció este miércoles al líder del Partido Popular, Pablo Casado, hacer una “primera revisión” del estado de alarma dentro de cuatro meses (9 de marzo) en el marco del Consejo Interterritorial de Salud −que reúne al Ministerio de Sanidad con los consejeros autonómicos del ramo−.

Así lo adelantó en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso de los Diputados, dirigiéndose directamente al líder de la oposición. “El Gobierno de España está por la unidad” y “tender la mano”, subrayó Sánchez, y en este ámbito enmarcó esta nueva propuesta a los populares para intentar recabar su apoyo.

Con el afán de que el PP pueda apoyar el estado de alarma, Sánchez ofreció a Casado que, “dentro de cuatro meses”, el Consejo Interterritorial de Salud, donde está representado el Ministerio de Sanidad y los consejeros autonómicos del ramo, “si estipulan que no es necesaria ya la alarma, el Gobierno revisará su decisión y levantará el estado de alarma”.

Incidió en que el Gobierno está actuando “de manera contundente” contra el virus con “toda las armas constitucionales” a su alcance y en base a la cogobernanza con las comunidades autónomas, pues son las “competentes” en el ámbito sanitario y a quienes hay que ofrecer “todas las medidas y recursos legales y materiales” para salvar vidas, empresas y empleos.

En este sentido, agradeció la actitud adoptada por quienes desde la oposición han “optado por el camino del diálogo, el apoyo” y sin renunciar a la “crítica constructiva”. En cambio, censuró que el PP “desde el principio de la pandemia” haya cometido “error tras error” al denegar un instrumento constitucional legal como el estado de alarma y hablar de “dictadura constitucional”.

“O es dictadura o es constitucional. Las dos cosas es imposible”, sentenció. En todo caso, quiso lanzar a Casado su propuesta de revisar dentro de cuatro meses la continuidad o no del estado de alarma. El Gobierno mantendrá este mecanismo si el Consejo Interterritorial de Salud determina que se debe continuar dos meses más (9 de mayo). Si no, se levantaría dos meses antes.

“Creo que en eso podremos encontrar amplio apoyo”, dijo Sánchez, a lo que Casado le replicó que “lo que acaba de decir ahora mismo es eludir el Parlamento”. “Menos ‘Aló presidente’ y más venir aquí siempre que tiene que dar cuenta de cosas tan relevantes como la excepcionalidad constitucional”, aseveró el presidente del PP.

Sánchez replicó que “ahí está la propuesta” y que el Gobierno decidirá qué hacer con el estado de alarma “en función” de lo que decida en cuatro meses el Consejo Interterritorial de Salud. Desde La Moncloa se muestran seguros de que tienen los votos para sacar adelante la prórroga pero que, como gesto de “solidaridad” de Sánchez a Casado, el presidente lo que ofrece al PP es la revisión concreta a los cuatro meses para que el estado de alarma sea aprobado con el máximo respaldo posible.

Sin embargo, Casado aprovechó su intervención en el Congreso de los Diputados para reclamar de nuevo a Sánchez que acepte las ocho semanas de estado de alarma y pedirle que abandone “la radicalidad” para “escuchar más a Felipe González y obedecer menos a Pablo Iglesias”. “Aún está a tiempo de aceptar nuestra propuesta”, insistió.

Casado aseguró que su mano sigue tendida y que la “pelota está en el tejado” de Sánchez. “Suya es la responsabilidad, por mí no quedará”, señaló, defendiendo la alternativa presentada por el PP para regular la movilidad en los próximos tres puentes y podría ayudar a salvar las Navidades.

Según el presidente de los populares, supone “una cacicada” la aprobación por parte del Gobierno de un estado de alarma de seis meses “sin control judicial ni parlamentario” y que “desborda nuestro Estado de Derecho”. Así las cosas, urgió a Sánchez a abandonar “el cesarismo del ordeno y mando” porque “se lo debe” al millón de contagiados y a los 60.000 fallecidos.