El Comité de Honor que presidirá el rey está formado los máximos representantes institucionales y deportivos

El Rey Felipe VI comenzó su tradicional discurso de Nochebuena con un sentido homenaje hacia las decenas de miles de personas que han muerto en España durante el año 2020 como consecuencia de la pandemia de Covid-19. A todos ellos, “quiero ahora recordar con emoción y con todo respeto”, dijo en un discurso marcado por las palabras de distanciamiento que marcó contra el Rey emérito Juan Carlos I.

El jefe del Estado dedicó sus primeras palabras a las familias más afectadas por el coronavirus, consciente de que esta Nochebuena tiene lugar en “circunstancias verdaderamente excepcionales debido a la pandemia” y que eso provoca que la mayoría de los ciudadanos no puedan reunirse con sus seres queridos, como hacen tradicionalmente cada año.

“En miles de hogares hay un vacío imposible de llenar por el fallecimiento de vuestros seres queridos, a los que quiero ahora recordar con emoción y con todo respeto. Un recuerdo que llena de sentimientos muy profundos nuestros corazones”, destacó.

Del mismo modo, el Rey Felipe VI reclamó “fortalecer el tejido empresarial y productivo” de España ante las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19 y pidió expresamente “protección” para los autónomos, comerciales y empresas más golpeados por la crisis como paso previo “imprescindible para crear empleo”. El monarca recordó que España ha vivido otras grandes crisis “a lo largo de las últimas décadas ante dificultades también graves” pero se mostró convencido de que tanto entonces como ahora se va a poder “superar”. “Ni el virus ni la crisis económica nos van a doblegar”, sentenció.

Distancia con el Rey emérito

Por otro lado, Felipe VI marcó distancias con el Rey emérito ante los escándalos financieros que acechan a Juan Carlos I y ratificó su compromiso con “los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman” a los representantes públicos, ya que considera que “nos obligan a todos sin excepciones” y están “por encima incluso de familiares”. El jefe del Estado se desmarcó así del comportamiento de su padre, a quien la Fiscalía del Tribunal Supremo y la Agencia Tributaria están investigando por presuntas irregularidades durante los últimos seis años en la percepción de dinero y en gastos personales con cargo a tarjetas bancarias de empresarios amigos.

El monarca actual dedicó apenas dos párrafos de las 1.697 palabras de su intervención a expresar oficialmente su compromiso ético en el ejercicio de la vida pública justo en el año en el que han salido a la luz abundantes informaciones periodísticas sobre los manejos de dinero de su padre, que han llevado a que desde dentro del Gobierno se abra incluso una campaña de desgaste a la monarquía y a favor de la instauración de la república por parte de los ministros de Unidas Podemos.

Don Felipe no habló de su padre y tampoco había fotografías suyas en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela, desde el que esta vez retransmitió su mensaje navideño a los españoles. De hecho, desde su proclamación como rey en 2014 sólo ha aparecido Juan Carlos I en dos ocasiones.

Finalmente, en medio de los ataques de una parte del Gobierno y de sus socios contra la monarquía y los símbolos de la Transición, que la Constitución de 1978 es “el fundamento de nuestra convivencia social y política y, por lo tanto, “todos tenemos el deber de respetar” su historia de “éxito para la democracia y la libertad”. “Nuestra Constitución nos garantiza nuestro modo de entender la vida, nuestra visión de la sociedad y del ser humano, de su dignidad, de sus derechos y libertades. Una Constitución que todos tenemos el deber de respetar, y que en nuestros días es el fundamento de nuestra convivencia social y política”, dijo.

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