Juan Carlos I celebra su 84 cumpleaños a la espera de una decisión de la Fiscalía que le permita volver a España

El rey Juan Carlos, durante una visita del expresidente de México Vicente Fox a principios de siglo | Foto: Casa Real
photo_camera El rey Juan Carlos, durante una visita del expresidente de México Vicente Fox a principios de siglo | Foto: Casa Real
El rey emérito, Juan Carlos I, cumple este miércoles 84 años sin tener un horizonte cierto sobre su regreso a España. Por el momento, sigue en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) desde agosto de 2020, a la espera de que la Fiscalía española decida el archivo de las tres investigaciones que tiene abiertas. Ese momento será el que despejará definitivamente su posible retorno a casa. La Fiscalía del Tribunal Supremo solicitó en diciembre una prórroga de seis meses para concluir la investigación que tiene abierta tras recibir la documentación solicitada a las autoridades suizas. Esta prórroga terminaría en el mes de junio, pero fuentes del Ministerio público estiman que las pesquisas podrían estar concluidas en febrero o marzo. El hecho de que la Fiscalía de Ginebra (Suiza) haya dado carpetazo a sus investigaciones después de tres años, despeja el panorama judicial de Juan Carlos I. Sin embargo, los fiscales suizos concluyen que no pueden imputar irregularidades por fatal de pruebas y de colaboración de las autoridades de los Emiratos y eso no contribuye a acaba con la sensación que cunde entre los ciudadanos de que las irregularidades existieron y pueden quedar impunes. En España, el exjefe del Estado tiene tres investigaciones abiertas: la primera por el supuesto cobro de comisiones por la adjudicación del AVE de La Meca a un consorcio de empresas españolas; la segunda por el uso de tarjetas opacas alimentadas con donaciones del empresario mexicano y amigo personal del Emérito, Allen Sanginés-Krause; y la tercera por los depósitos ocultos al fisco den cuentas del paraíso fiscal de Jersey. Todos los indicios apuntan que la Fiscalía va a archivar las tres líneas de investigación, evitando así que se judicialicen estos asuntos. Se basa para ello en la inviolabilidad que arropó al jefe del Estado hasta junio de 2014, fecha de su abdicación; en la falta de pruebas que avalen las irregularidades, que ya apuntó la Fiscalía suiza, y la presentación por el rey emérito de dos regularizaciones fiscales por cerda de cinco millones de euros, que están aún bajo la lupa de la Agencia Tributaria para certificar si han sido completas y voluntarias. Pero estos no son los únicos frentes que tiene abiertos el rey emérito. Corina Larsen ha presentado una demanda por acoso ante el Tribunal Superior de Londres que tiene aún pendiente por resolver si se puede tramitar o si la rechaza por estar protegido por la inmunidad que arropa a los jefes del Estado, como defienden sus abogados. Con una salud visiblemente precaria, el monarca no ha dejado de mandar señales de su deseo de volver a España, pero esta decisión depende de que su horizonte judicial se despeje completamente y de los acuerdos a los que lleguen el Gobierno y el rey Felipe VI, para el que el regreso de su padre plantea no pocas complicaciones. De hecho, la relación entre ambos ha sido tensa desde el momento en que Felipe VI decidió renunciar a la herencia de su padre, justo cuando estalló el escándalo sobre la procedencia e la fortuna del Emérito, y retirarle la asignación que recibía del Estado. El monarca ha hablado con su padre por teléfono en contadas ocasiones durante estos dos años. La relación de Juan Carlos es mucho más fluida con sus hijas, Elena y Cristina, que incluso le han visitado en Abu Dabi.