Expertos recomiendan tener reservas de vacunas contra la viruela del mono aunque los casos sean leves

Exceptuando el caso de una mujer, todos los demás corresponden a hombres adultos jóvenes, el 91% de ellos menores de 50 años
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La directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Elena Andradas, el microbiólogo Emilio Bouza y la jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Patricia Muñoz, han recomendado esta semana "contar en España con reservas de las vacunas y de antivirales como el tecovirimat, hacer acopio de ellos en un número razonable, como así sucede en Estados Unidos”, para hacer frente a la viruela del mono, aunque de momento los casos sean leves. Así se han expresado en una mesa redonda organizada por la Fundación Ramón Areces para analizar la actual situación sanitaria provocada por el brote detectado de la viruela del mono. “Ya son 23 los países no endémicos en los que estamos detectando casos que no están vinculados con viajes a países endémicos del África central”, ha destacado Andrada, quien ha agregado que las últimas cifras en Madrid son 107 casos confirmados con pruebas de laboratorio, de los cuales todos ellos presentan erupciones cutáneas, el 61% tiene fiebre y, un 50%, mialgias, cansancio y astenia. Exceptuando el caso de una mujer, todos los demás corresponden a hombres adultos jóvenes, el 91% de ellos menores de 50 años, lo que significa que no recibieron la vacuna de la viruela humana, que dejó de administrarse en 1980. “Lo que estamos conociendo en esta Comunidad de Madrid es solo la punta del iceberg de un brote que se está produciendo como mínimo en toda la Unión Europea”, ha remarcado. En cuanto al origen del brote en España, la directora general de Salud Pública de la Comunidad de Madrid ha recordado que “la mayoría de los hombres contagiados ha declarado haber mantenido relaciones sexuales con personas del mismo sexo”. En cuanto a las medidas que hay que tomar una vez producido un contagio, ha insistido en la necesidad del aislamiento del paciente hasta que desaparezcan las lesiones cutáneas, que es la principal vía de contagio. “No se deben compartir ropas ni toallas, es necesario tener una adecuada higiene de manos y evitar el contacto con mascotas si las hubiera. También se está pidiendo al paciente que avisen a sus contactos estrechos sobre su situación para que vigilen la posible aparición de síntomas durante 21 días”, ha explicado. El microbiólogo Emilio Bouza, presidente de Consejo Científico de la Fundación Ramón Areces, que ha ejercido de moderador del encuentro, ha recordado cómo “en 1980 habíamos dado carpetazo a la viruela humana y dejamos de vacunarnos contra ella”. “Es lógico que ahora nos produzca tanto miedo una enfermedad parecida provocada por un virus semejante, porque la viruela la seguimos recordando por sus cicatrices cutáneas, por la mortalidad que provocaba y por ser una de las causas importantes de ceguera en su momento”, ha declarado. Por su parte, Patricia Muñoz, jefa del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha manifestado que la enfermedad pasó de animales a humanos en Estados Unidos tras importarse ratas gigantes que cohabitaron en una granja al sur de Texas con perritos de las praderas que se vendían como animales de compañía. “Una de estas mascotas mordió a un niño y empezó a desarrollar fiebre. Se contagiaron 47 personas, de las cuales casi la mitad, el 46%, requirió hospitalización. Todos los pacientes se curaron y desde entonces Estados Unidos prohibió la importación de estos animales”, ha recordado. Para esta experta en enfermedades infecciosas, “la transmisión a los animales autóctonos aquí en España sería un peligro”, de ahí que se recomiende a las personas infectadas evitar el contacto con sus mascotas. En cuanto a las medidas de precaución que deben adoptar los sanitarios, ha destacado que deben utilizar mascarilla FFP2, llevar protección ocular con gafas cerradas, bata y guantes. Patricia Muñoz ha subrayado que ya hay cinco hospitales madrileños en los que se está realizando prueba diagnóstica PCR para la viruela del mono y que, a la hora de tomar muestras, los restos con mayor carga viral -y también con mayor peligro de contagio- son el líquido de las heridas y las costras. Sobre el fármaco indicado para estos pacientes, el tecovirimat, ha asegurado que “en Estados Unidos lo conservan en un almacén estratégico en caso de producirse una alarma”.