La luz se dispara cerca de un 40% en lo que va de febrero

Una mano encendiendo la luz
photo_camera Esta subida en términos mensuales interrumpe de nuevo la tendencia a la baja experimentada desde septiembre

El recibo de la electricidad de un hogar medio acogido al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor alcanza los 49,40 euros a pocos días de que termine febrero, lo que supone un incremento del 38,2% con respecto al mismo periodo del mes de enero, cuando alcanzó los 35,74 euros en el que fue su precio más bajo desde febrero de 2021.

Así lo refleja el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que revela que, con respecto al año pasado, la factura se reduce un 26,7% puesto que el recibo ascendió a 67,39 euros en febrero de 2022.

Esta subida en términos mensuales interrumpe de nuevo la tendencia a la baja experimentada desde septiembre, que se rompió también en diciembre con una subida cercana al 10%.

Por otro lado, en comparación con el año anterior, febrero sigue la tendencia de importantes caídas iniciada en octubre de 2021, mes que acabó con una serie de 19 meses consecutivos de ascensos interanuales que incluso en muchas ocasiones superaron el 60%, lo que explicó gran parte de los fuertes incrementos del IPC el año pasado.

Dicha evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4 kW y una demanda anual de 3.240 kilovatios hora (kWh).

En junio de 2021 entró en vigor el nuevo sistema de formación de los peajes y los costes regulados del recibo, con los tres tramos horarios de facturación. Para realizar la simulación del precio, se ha calculado un consumo del 30% en hora punta, del 25% en hora llana y del 45% restante en hora valle.

Estas oscilaciones en el precio de la electricidad se producen básicamente por las variaciones en el coste de producción, que se incrementa cuando hay poca aportación de fuentes de generación renovable como el agua y el viento y mucha de fuentes fósiles más caras, especialmente el gas o el carbón. También se ve afectado por otros factores como el precio de los derechos de emisión de CO2.