La luz, un 57,5% más barata que el año pasado en el mes de marzo

una persona conecta enchufe a la electricidad
photo_camera Esta bajada en términos mensuales recupera de nuevo la tendencia a la baja que se interrumpió en febrero y que se mantiene desde septiembre. Foto: Laura Trives

El recibo de la electricidad de un hogar medio acogido al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor alcanza los 55,91 euros en marzo, lo que supone un descenso del 57,5% con respecto a idéntico mes de 2022, cuando costó 131,53 euros en el que sigue siendo el mes con el precio más alto de la electricidad en España.

Así lo refleja el simulador de la factura de la electricidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que revela que con respecto al mes de febrero la factura se reduce un 14,3%, puesto que el recibo ascendió a 65,22 euros en febrero. Teniendo en cuenta que marzo tiene tres días más, en términos diarios la rebaja fue de alrededor del 20%.

Esta bajada en términos mensuales recupera de nuevo la tendencia a la baja que se interrumpió en febrero y que se mantiene desde septiembre, aunque se paró también en diciembre.

Por otro lado, en comparación con el año anterior, marzo agudiza la tendencia de importantes caídas iniciada en octubre de 2021, mes que acabó con una serie de 19 meses consecutivos de ascensos interanuales que incluso en muchas ocasiones superaron el 60%, lo que explicó gran parte de los fuertes incrementos del IPC el año pasado.

Dicha evolución del precio de la luz se corresponde con la factura de un consumidor medio con una potencia contratada de 4 kW y una demanda anual de 3.240 kilovatios hora (kWh).

En junio de 2021 entró en vigor el nuevo sistema de formación de los peajes y los costes regulados del recibo, con los tres tramos horarios de facturación. Para realizar la simulación del precio, se ha calculado un consumo del 30% en hora punta, del 25% en hora llana y del 45% restante en hora valle.

Estas oscilaciones en el precio de la electricidad se producen básicamente por las variaciones en el coste de producción, que se incrementa cuando hay poca aportación de fuentes de generación renovable como el agua y el viento y mucha de fuentes fósiles más caras, especialmente el gas o el carbón. También se ve afectado por otros factores como el precio de los derechos de emisión de CO2.