Solsticio de verano en el hemisferio norte | Imagen de Observatorio Astronómico Nacional
Solsticio de verano en el hemisferio norte | Imagen de Observatorio Astronómico Nacional

El inicio del verano astronómico en España se producirá oficialmente mañana a las 16.58 horas (en la península y Baleares), según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.

La estación estival durará 93 días y 16 horas, y terminará el próximo 23 de septiembre, cuando llegará el otoño.

El comienzo del verano en el hemisferio norte está definido por el instante en que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación norte. El día en que esto sucede, el astro rey alcanza su mayor elevación sobre el horizonte al mediodía y describe en el cielo el arco más largo. Como resultado, se trata del día más soleado del año.

Además, durante varios días la altura máxima del Sol al mediodía parece no cambiar. Debido a ello, al comienzo del verano también se le llama solsticio de verano (del latín ‘solstitium’, esto es, ‘Sol quieto’). En ese instante, en el hemisferio sur se inicia el invierno.

El Observatorio Astronómico Nacional señala en un informe sobre la estación estival, recogido por Servimedia, que el comienzo del verano puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas del calendario (20, 21 o 22 de junio), aunque durante el siglo XXI sólo se producirá el 20 o el 21 de junio. El inicio más tempranero sucederá en 2096 y el más tardío ocurrió en 2003.

Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (conocida como año trópico).

El próximo 6 de julio se producirá el momento de máximo alejamiento anual entre la Tierra y el Sol, denominado afelio. Cuando eso suceda, la distancia entre el planeta y la estrella será de algo más de 152 millones de kilómetros, es decir, unos cinco millones de kilómetros más que en el momento de menor distancia (perihelio), que sucedió el 4 de enero.

Por otro lado, el verano en el hemisferio norte es la estación más larga del año, debido a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica y el periodo estival coincide con la época del año en la que la Tierra se encuentra más lejos del Sol. Cuando esto sucede, la Tierra se mueve más despacio en su órbita (según la conocida como segunda ley de Kepler) y, por tanto, necesita más tiempo para llegar al punto donde comienza la siguiente estación, que es el otoño.

Aunque el día del solsticio de verano corresponde al de mayor número de horas de Sol, la diferencia de horas entre el día y la noche depende de la latitud del lugar. Para la de Madrid, el día del solsticio de verano tendrá 15 horas y 3 minutos de Sol, por las 9 horas y 17 minutos de Sol que tuvo el día más corto (solsticio de invierno). La diferencia entre la jornada más larga y la más corta es, por tanto, de casi seis horas de Sol. Esa diferencia disminuye cuanto más cerca del ecuador, mientras que la diferencia es máxima en los polos terrestres.

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