Más de 60.000 personas firman en contra de la "destrucción" de Canal Roya

Desde la plataforma sostienen que el proyecto “destruiría irreversiblemente” un valle “de gran valor ambiental, geológico y etnográfico”
photo_camera Desde la plataforma sostienen que el proyecto “destruiría irreversiblemente” un valle “de gran valor ambiental, geológico y etnográfico”

La respuesta ciudadana y política en contra del proyecto de unión de estaciones de Astún y Formigal va a más, y ya son miles las personas que han mostrado su rechazo público a una obra que, aseguran, supondría "destruir” el valle pirenaico de Canal Roya. Si hace una semana una manifestación recorrió Jaca para defender este enclave, ahora ya son más de 60.000 personas las que han firmado a través de Change.org la petición para frenar este proyecto, financiado con 26 millones de euros de fondos europeos.

Pero la contestación social no se va a detener, ya que desde la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón han convocado a los “defensores del territorio” a formar una “gran serpiente Roya” este domingo 23 de abril, Día de Aragón, en el centro de Zaragoza. Es el paso previo a la gran manifestación que prevén realizar el 6 de mayo en la capital aragonesa, a seis días del comienzo de la campaña electoral.

Desde la plataforma sostienen que el proyecto “destruiría irreversiblemente” un valle “de gran valor ambiental, geológico y etnográfico”, con una “rica variedad de fauna y flora” y con una “geología singular por su pasado glaciar y volcánico”. Por todo ello, reclaman también su declaración como Parque Natural para preservarlo durante las próximas generaciones.

Además, lo ven como un “durísimo golpe” para el futuro sostenible de la zona y los intentos de desestacionalizar la actividad turística. “Sería un despilfarro de dinero público para construir unas instalaciones en un valle que no reúne las características necesarias para la práctica del esquí dada su baja innivación invernal y que aún será menor en los próximos años debido al cambio climático, como así apuntan todos los estudios científicos, lo que encarecería el mantenimiento de las instalaciones y haría imposible su rentabilidad”, exponen.

UN PROYECTO “REVERSIBLE”, SEGÚN ARAMÓN

Pese a las críticas, desde el Gobierno de Aragón mantienen su firme convencimiento con esta unión de estaciones que, a su juicio, es “completamente reversible” y tendrá un “impacto mínimo” sobre el medio ambiente, aunque la documentación del PIGA presentada por Aramón habla del impacto visual “severo” sobre el paisaje. Garantizan, en todo caso, que no habrá ninguna operación urbanística en el valle ni edificios anexos más allá de la estación intermedia.

Este proyecto supondrá instalar una estación en cada centro pirenaico, en Astún y Formigal, y una intermedia en pleno Canal Roya, entre el Ibón de las Lagunas Negras y el Pico Baguer, que quedará “oculta” en el paisaje. Todas ellas tendrán un recubrimiento vegetal para tratar de mimetizarse con el ambiente y reducir el impacto visual y paisajístico.

Además, se contempla la instalación de 37 pilonas entre Astún y Formigal, aunque los técnicos de Aramón sostienen que en el diseño final se podrá reducir esa cifra. Todas las torres se colocarán mediante medios aéreos, llevando el hormigón a través de helicópteros, y se garantiza que restablecerán el terreno a su estado original en todas las zonas que hayan podido quedar dañadas durante la construcción.

Asimismo, desde Aramón sostienen que la opción elegida es la que supone un menor impacto sobre Canal Roya, ya que las pilonas tendrían una altura de entre 11 y 17 metros y apenas unos centímetros de diámetro, mientras que la estación intermedia quedaría parcialmente oculta en el paisaje. Una de las posibles alternativas era la instalación de un sistema tricable o 3-S, pero ello, explican, tendría un impacto visual “muy superior”, con unas tres o cuatro torres de hasta 90 metros que “se verían hasta en Perpiñán” y que duplicarían la inversión necesaria.

LOS PLAZOS Y LAS DUDAS DE LA DIPUTACIÓN DE HUESCA

Una de las polémicas que ha centrado la atención durante esta semana ha sido los plazos, y la necesidad de que esté completada al 50% en diciembre de 2024 y finalizada al término de 2025, con un margen de seis meses, hasta junio de 2026, para justificar ante Europa la ejecución de las obras. Estos plazos son los que Aramón mostró a la DPH en su reunión del pasado miércoles, aunque, según su presidente, Miguel Gracia, no se “disiparon” las dudas que mantenía antes del encuentro.

Los responsables del proyecto han diseñado un cronograma que, de cumplirse, permitiría llegar a tiempo para finalizar la obra en diciembre de 2025, siempre que no se judicialice el proceso. En estos momentos, el Ejecutivo autonómico está tramitando el PIGA, que se espera para final de año, junto a la declaración de impacto ambiental. Mientras tanto, la DPH, como promotora del proyecto (debe ser una entidad local la que gestione estos fondos europeos), puede ir elaborando los pliegos y encargando la redacción de los trabajos, lo que se prolongaría hasta diciembre de 2023. Ya entre enero y marzo de 2024 se procedería a la licitación de los lotes, la presentación de ofertas y su adjudicación.

Con ello, tal y como está incluido en el PIGA, la fase de construcción se iniciaría en abril de 2024 y se prolongaría hasta septiembre de 2025. Entre mayo y agosto se comenzaría a cimentar el terreno y a instalar las 37 pilonas por Canal Roya, así como las obras de las tres estaciones, con las de Astún y Formigal finalizadas en noviembre de 2024, a tiempo para iniciar la temporada de esquí 2024-2025.

Será ya en abril de 2025, con el fin del periodo invernal, cuando se continuará con la construcción de la estación intermedia, con la estructura, los cerramientos, cubiertas, acondicionamientos, instalaciones y acabados, de forma que estaría terminada en septiembre de 2025. Después, se añadirían algunas medidas de restauración ambiental hasta noviembre.