La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica trabaja con los restos de los nueve republicanos del cementerio de Jaca que fueron asesinados por pistoleros en septiembre del año 1937. Después de retirar una difícil plancha de cemento que cubría la fosa han podido acceder al lugar en el que fueron enterradas estas nueve personas.
Los fusilados fueron detenidos en Biescas y estuvieron presos en el Fuerte de Rapitán y en el seminario de la capital jacetana. Allí estuvieron durante un año hasta que los fusilaron en la tapia del cementerio, donde han quedado hasta ahora.
A raíz de la publicación de la noticia en algún medio de comunicación han aparecido familiares del vecino de Biescas Agustín Villanúa Batalla, cuyo hijo de 92 años ha conocido emocionado la noticia y tiene previsto visitar la exhumación. Todavía se está tratando de localizar a la familia de Juan Artigas Martínez.
A las víctimas se las enterró en una fosa común del cementerio de Jaca y fueron inscritos en el libro de enterramiento como “Los nueve sin nombre”. Los cuerpos se llevarán al laboratorio de la asociación en Ponferrada.
