Hasta cuatro partidos han concurrido a la izquierda del PSOE de Luis Felipe en la ciudad de Huesca este 28M, agrupando el 17,88% del voto y rozando las 4.400 papeletas (4.390). De ir en una candidatura conjunta, Podemos, Equo, Cambiar Huesca y CHA se hubieran convertido en la tercera fuerza política en la capital del Alto Aragón e incluso sin contar a Chunta podrían haber superado en votos a Vox y ser la llave para un nuevo Gobierno progresista. Nada más lejos de la realidad, sumaron cero.
Es la principal queja del electorado de izquierdas en la ciudad tras las elecciones municipales, pues con casi total seguridad la popular Lorena Orduna será la nueva alcaldesa con el apoyo de Vox. Desgranando las distintas formaciones, Podemos obtuvo un 4,7% (1.149 votos) siendo la más votada a la izquierda de los socialistas. Por su parte, Cambiar Huesca, la candidatura de confluencia liderada por IU, alcanzó el 4,5% (1.098), con CHA una décima por debajo (4,4% y 1.088). Equo, que concurría en solitario tras haberlo hecho con los morados hace cuatro años, se quedó en el 4,3% (1.055).
El sistema electoral es caprichoso y penaliza concurrir cada uno por su cuenta, y lo dejan patentes estas elecciones, pues ninguna de las listas alcanzó la barrera de la representatividad, situada en el 5%. Y aunque el golpe no fue de esta magnitud en 2019, ya ocurrió algo similar entonces. Podemos, en coalición con Equo, sí entró en el consistorio con dos concejales y 2.134 votos (8,52%) mientras que los 1.119 de Cambiar Huesca les dejaron en el 4,47% y CHA cayó hasta el 3,21% con 803 apoyos.
La suma de porcentajes habría alcanzado el 16,2%, o el 12,99% sin CHA. Es decir, el sector a la izquierda del PSOE superó en intención de voto a Ciudadanos (10,79%), tercera fuerza por debajo de Luis Felipe y la entonces candidata del PP, Ana Alós.
UNA COALICIÓN SIN ÉXITO
Los lamentos de esta resaca electoral no son sino el último capítulo de una saga que viene de lejos. Según fuentes de Cambiar Huesca, Izquierda Unida intentó ponerse en contacto ya en enero con el resto de partidos para conformar una propuesta conjunta. Equo no respondió. CHA, acostumbrada a marcar perfil propio en los comicios locales y autonómicos, y confiada en volver al consistorio con «dos o tres concejales», tampoco.
Lo verdaderamente «doloroso», como lo califican desde el seno de la confluencia, es que tanto la lista municipal de Podemos como las bases de la formación sí abogaban por esa unión, e incluso se les ofreció liderar la candidatura. Finalmente, la dirección autonómica no le dio luz verde.
ZARAGOZA Y EL GOBIERNO DE ALEGRÍA QUE TAMPOCO FUE
La noche del domingo en Huesca recuerda también a lo sucedido en Zaragoza en 2019. Pilar Alegría ganó las elecciones con dos concejales de ventaja sobre Azcón, diez a ocho, pero el ahora más que probable presidente de la DGA acabó gobernando gracias al pacto con Ciudadanos y el respaldo externo de Vox. No son pocos los que han jugado a la política ficción desde entonces, pensando en qué hubiera ocurrido si Podemos y ZeC no hubieran concurrido en solitario, dividiendo en la práctica el voto de la izquierda.
Los de Fernando Rivarés obtuvieron un 6,12%, por un 9,96% de la lista de Santisteve, mientras que CHA se quedó fuera del consistorio con el 4,68%. De nuevo, las matemáticas recuerdan que los morados y ZeC coparon el 16,08% de los votos, justo por debajo de Ciudadanos en su gran noche electoral, y que añadir a CHA hubiera significado superar el 20%. Pero de nuevo, no fue.