Bajo el paraguas de la comedia se pueden albergar actitudes, gestos y risas de muy diferente signo, como en los dos espectáculos reseñados.

MUNDO CRETINO

En el Teatro del Mercado se han reunido grandes cómicos de la escena aragonesa, como Encarni Corrales, Rafa Blanca, Diego Peña, Marcos Calvo, Javier Ercilla y Jorge Bicho, bajo la dirección de los dos últimos, montando un espectáculo de improvisaciones, monólogos y sketches para que el espectador se divierta y al mismo tiempo reflexione sobre la estupidez que domina nuestra vida cotidiana.

Con recursos inteligentes, gags cómicos eficaces y alguna referencia de dudosa oportunidad, como la que alude a un político aragonés, de proyección nacional, con discapacidad física, la sesión transcurrió entre risas y sonrisas.

Se propició la participación del público en diferentes ocasiones, algunas espontáneas y otras al parecer preparadas, o convenidas, como la que hizo intervenir a una pareja que reproducían gestualmente, oculto el rostro tras una careta, las palabras de dos de los actores con llamativa precisión.

Sin escenografía, con una música ambiental acorde con la dinámica del espectáculo, la sesión resultó en algún caso un tanto monótona por la repetición de esquemas. El ejercicio de improvisación, contando con otra pareja del público, demostró la capacidad imaginativa de los artistas, lo mismo que el juego de sustituciones a partir de una acción conjunta en la que se eliminan uno a uno los actores, según criterio del respetable, hasta quedar el último que debe reflejar y reproducir todas las acciones, gestos, actitudes y palabras de los eliminados.

El espectáculo de Mundo Cretino Producciones deja un buen sabor de boca –salvo la alusión comentada– y una alegría complacida.

TRES COSAS

El Teatro de la Estación ha ofrecido esta comedia de Scott Morgan, en versión de Bernabé Rico, bajo la dirección de José Pascual. Una producción de la compañía sevillana Sala Cero Teatro.

Dos intérpretes de altura, Candela Fernández y Elías Sevillano, nos plantean enfrentamientos y acercamientos alternativos en el plano emocional que constituyen el eje del argumento. Chica busca chico, chico busca chica, chica rechaza chico y chico la quiere recuperar en un sinfín de encuentros y desencuentros que concluyen de manera feliz.

Se trata de una comedia intelectual, aunque se anuncie como una historia romántica del siglo XXI, porque hay algo más que eso. Es una relación amorosa trufada de los temores que amenazan hoy día a las relaciones de pareja: el miedo al dominio del otro, el sufrimiento de la separación, el compromiso, la llegada o no de los hijos, el tema del aborto consensuado o no entre la pareja y una larga secuela de situaciones de absoluta modernidad que inducen a la reflexión y al debate.

La acción es frenética y el interés crece por parte del espectador. Entre otras razones porque no llega a definir bien la actitud emocional de cada uno de los personajes, algo hecho intencionadamente para mostrar, como se ha dicho, la inestabilidad de las relaciones en el momento presente. Dani, prototipo del hombre acomodaticio, entra en la órbita de Cris, quien añade a su propia inseguridad unas dosis di ironía constante. Hay un humor lacerante a veces, con golpes altos y bajos. De vez en cuando, un gag cómico alivia la tensión.

Entre otras excelencias,  con un montaje escueto pero eficaz, hay que destacar la extraordinaria actuación de Candela Fernández, que mantiene sin desmayo a un personaje que roza la histeria, el histrionismo y toda una serie de actitudes tan perfectamente reflejadas que llega uno a pensar si no será su proceder natural, cosa que evidentemente no es así en la vida ordinaria.

Pero es uno de los elementos fuertes de la comedia, un espejo de la situación en la que hoy se desarrollan algunas relaciones de pareja.

La música de Luis Delgado acompaña y subraya bien cada una de las situaciones.

LO MÁS VISTO

TE PUEDE INTERESAR