Viejo amigo Cicerón

El regreso de José María Pou al escenario del Teatro Principal se produce con una obra de gran calado que se estrenó en el pasado Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.

Es evidente que la especie humana ha desarrollado en los últimos 20 siglos su capacidad tecnológica, pero no ha mejorado demasiado su nivel moral y emocional. Es la primera deducción que se extrae de la obra de Ernesto Caballero, ‘Viejo amigo Cicerón’, que se mostró durante el pasado fin de semana en el Teatro Principal, con José María Pou en el papel estelar, Bernat Quintana cómo Tirón y Miranda Gas como Tulia, todos bajo la dirección de Mario Gas.

Se trata de una obra singular en la que pasado y presente se alternan imbricando la acción y la reflexión a partir de estos tres personajes de la historia romana, que fácilmente encontrarían trasuntos en la modernidad. Las aspiraciones de Marco Tulio Cicerón a la honestidad y su valoración del juicio moral son sobradamente conocidas, al mismo tiempo que se comprenden sus vacilaciones, sus contradicciones y la imperfección inscrita en cualquier actividad humana.

En una escenografía impactante, dominada por la presencia silenciosa de una gran biblioteca de investigación, los inicialmente estudiantes y profesor se van adentrando en las personalidades de los tres protagonistas históricos, solapando las situaciones, los puntos de vista, las situaciones, las reflexiones y las conclusiones sobre la realidad de antes y de ahora, bastante coincidentes en cuanto a los criterios morales y políticos.

Es la historia de Cicerón, pero también la de nuestro tiempo, por elevación cronológica. El texto está bien estructurado sobre esta figura emblemática de nuestra cultura occidental, mostrando el eterno conflicto entre la razón y el poder, la palabra y la fuerza bruta. Unos diálogos inteligentes facilitan el  juego dramático fusionando ficción y realidad, pasado y presente, en un montaje que dosifica las reflexiones y las emociones de manera consistente.

Las aportaciones videográficas de Álvaro Luna completan la presencia virtual de personajes importantes de la época, implicados en los hechos narrados, como Julio César, Catilina, Bruto, Marco Antonio y Octavio César Augusto. El espectáculo tiene una contrastada calidad avalada por la prestancia del protagonista y el buen hacer de los dos actores secundarios.