El peso dramático y musical de ‘West Side Story’ en el panorama de la cultura contemporánea es inmenso. Durante los más de 60 años transcurridos desde su estreno oficial en el Winter Garden Theatre de Broadway, se ha mantenido como una de las piezas emblemáticas de la vanguardia cultural de Occidente.
Desde el pasado día 3, y hasta el final de las fiestas patronales, disfrutamos en el Palacio de Congresos de la Expo de la representación escénica de esta historia de amor en brazos de la música. Es una obra que ha ocupado los primeros puestos del ranking de audiencia a lo largo del tiempo y en multitud de países. Baste recordar que durante el primer año de su exhibición en los Estados Unidos, se realizaron más de mil representaciones, y al año siguiente, 1958, se igualó este récord en Inglaterra.
A partir de entonces, toda Europa, buena parte de América y algunos países del resto del mundo pudieron apreciar el valor, la hondura y la actualidad de esta composición debida a la genial idea de Laurents, Sondheim y Robbins que actualiza el eterno drama de los amores imposibles recogido por Shakespeare en su ‘Romeo y Julieta’. Todo ello añadido a la impresionante música de Leonard Bernstein, consigue una pieza que ya está inscrita en los anales culturales del planeta.
Al margen de la película, realizada en 1961 por Robert Wise y apreciada universalmente –recibió diez Oscar de la Academia–, que ofrece algunos cambios de orden y pequeñas variaciones de contenido respecto a la obra dramática, hemos de recordar que la primera versión española llegó a Barcelona en 1996, emprendiendo posteriormente una gira por el territorio nacional con más de 400 funciones.
El espectáculo que puede contemplarse en el Palacio de Congresos de la Expo arrancó hace un año en Madrid por iniciativa de SOM Produce bajo la dirección de Federico Barrios, responsable también de la adaptación de las coreografías, con la dirección musical de Gaby Goldman y el diseño escenográfico de Ricardo Sánchez Cuerda. El equipo técnico y el elenco artístico son sobresalientes, desarrollando con acierto todos los aspectos de la obra original en una adaptación al castellano de David Serrano. Una inversión original de más de tres millones de euros punto justifica la magnificencia del espectáculo.
En junio del presente año arrancó una gira por el territorio nacional que ha llegado a Zaragoza en las fiestas del Pilar y que tiene prevista una estancia en Barcelona de casi dos meses. El nivel de artistas, músicos y técnicos es impresionante a lo largo de la obra. Podrían citarse casi todos los números, pero cabe destacar algunos cómo ‘América’, ‘La tienda de las novias’, y las peleas. En los temas amorosos despliegan los artistas todas sus facultades interpretativas.
El montaje es espectacular con la superposición de planos, la adaptación de espacios, la introducción de elementos puntuales y una dinámica de absoluta precisión. La orquesta cuenta con 18 instrumentos en directo, y hay que resaltar la perfecta sincronización con las voces, habida cuenta de que se ubica detrás del escenario, salvo en las ocasiones en las que aparece sobre una repisa elevada.
El espectáculo, que mantiene toda su actualidad temática sobre la xenofobia, el machismo, la violencia pandillera, etc., ofrece la posibilidad de completar ángulos de visión estética añadidos a los que ya ofrece la partitura a través de la película, otra obra de arte más conocida que esta representación en vivo que ha marcado un hito en la trayectoria dramático-musical de la ciudad.