Naufragio y La excepción y la regla

Naufragio

La compañía zaragozana El Gato Negro ha puesto en escena durante la pasada semana la obra de Shakespeare, ‘Comedia de las equivocaciones’, en versión teatral de Carlota Pérez-Reverte en el Teatro Principal, con el título de ‘Los restos del naufragio’, que corrió a cargo de  un elenco compuesto por Rafa Blanca, Encarni Corrales, Jorge Asín, J. J. Sánchez, Angelo Crotti, Daniel Esteban y Silvia De Pé, bajo la dirección de Alberto Castrillo-Ferrer.

La trama se basa en la enemistad existente entre las ciudades de Éfeso y Siracusa, hasta tal punto que cualquier nacido en una de ellas que pisara la otra sería ejecutado o debería pagar una importante suma de dinero. Dos parejas de hermanos, señores y siervos respectivos, se encuentran casualmente en Éfeso provocando numerosas confusiones. En esta versión se acentúan los elementos cómicos y se introducen novedades acrobáticas para establecer los paréntesis que inciden en el desarrollo de la acción. Cuenta con una banda sonora de resonancias mediterráneas, particularmente griegas, detrás de las cuales se encuentra el inmenso músico que es Mikis Theodorakis.

La obra exige un importante esfuerzo a los actores, porque deben representar diferentes personajes con rápidos cambios de vestuario y acomodar la personalidad a cada uno de los protagonistas de la comedia. Esto explica que en las primeras representaciones se hayan detectado ciertos puntos de confusión y tropiezos de dicción, lo que no invalida en absoluto el esfuerzo realizado. Con un poco más de rodaje, puede constituir una oferta de calidad para realizar giras por otros escenarios, difundiendo de este modo la obra de Shakespeare en su faceta más lúdica y menos dramática, pero igualmente valiosa, lo cual, según propias manifestaciones de los gestores del espectáculo, ayudará a que el público conozca más de cerca la obra del gran dramaturgo inglés sin el temor reverencial que pueden despertar algunas de sus grandes creaciones trágicas.

El montaje es dinámico, con una clara alusión marítima y mediterránea a partir de las velas desplegadas en el escenario, que sirven al mismo tiempo para ser utilizadas como puestos del mercadillo popular, acceso a una mansión señorial y entrada a un convento, lugares en los que se desenvuelve la obra.

La excepción y la regla

El pasado viernes, día 27, el Teatro de las Esquinas ofreció un espectáculo del siempre vigente Bertold Brecht. Estuvo  a cargo de La Extraña Compañía, un grupo joven que aborda su primer montaje de envergadura, bajo la dirección de Catalina LLadó, sobre una escenografía muy alegórica, perfectamente utilizada como campo de trabajo por Alba Flores, Juan Sánchez, Belén López-Valcárcel, Null García y Sara Sanz, casi todos desempeñando un doble papel.

El propósito de la Compañía –cuatro mujeres y un hombre, lo que significa un cambio revelador del tiempo nuevo, en relación al diseño original de actores del dramaturgo alemán– es hacer un teatro para toda la gente, con una motivación social, educacional y política, que fomente el pensamiento crítico, partiendo de lo sencillo y lo cotidiano.

‘La excepción y la regla’ nos cuenta la expedición que emprende una comerciante extranjera, junto a una guía y a una porteadora locales a quienes contrata para cruzar el desierto de Mongolia, con el objetivo de contratar los derechos de explotación de unos campos petrolíferos. La carrera por llegar la primera, dejando atrás a los competidores, y la dureza del trayecto se mezclan y contrastan con las diferencias ambientales, culturales, sociales y de clase que ponen a los personajes en situaciones límite.

Bertolt Brecht no solo se dedicó a escribir textos, sino que teorizó y llevó a la práctica un nuevo sentido de la dramaturgia y de la puesta en escena. Su teatro es considerado épico, a diferencia del naturalismo de Stanislavsky y de otras tendencias de la época, en las primeras décadas del siglo XX. Su principal técnica fue el ‘distanciamiento’, que perseguía la participación activa del público. Algo que La Extraña Compañía llevó a cabo convocando un coloquio tras su precisa, colorista, dinámica, versátil y eficaz actuación, con aportaciones musicales de gran interés.

El debate suscitado por la obra, su origen, intenciones y sus alcances, así como por su validez en el tiempo actual y por los elementos interpretativos utilizados, fue prolongado y denso, con interesantes intervenciones del público que los actores agradecieron.