Caín de Saramago y Redford y Newman

Caín de Saramago

Tomando como argumento base el libro ‘Caín’ de José Saramago, la compañía zaragozana Teatro Arbolé, que gestiona  Esteban Villarocha, presentó el pasado fin de semana en el Teatro Principal su versión de la obra con el título ‘Caín de Saramago’, una simbiosis entre la acción dramática y la presencia activa de títeres, uno de los emblemas de la compañía.

El autor portugués habla de que Caín no tiene especial relevancia en la Biblia. Mata a su hermano y emprende una vida errante. Lo realza como personaje rebelado ante Dios por haber sido postergado respecto a su hermano Abel,  preferido por el Creador, pero advierte que ninguno de ellos tiene carácter histórico, sino que son invenciones de la imaginación. Aunque ateo, se confiesa deudor cultural de los valores cristianos y afirma que escribe sobre algo que respira desde la niñez.

El autor introduce el personaje Lilit, símbolo de la perversidad femenina, mítica primera esposa de Adán, jugando con el deseo sexual inherente al ser humano y desmitificando el hecho de que, por manifestarlo, la mujer deba ser considerada una prostituta.

Un conjunto de actores y titiriteros desplegó todas sus facultades para representar, unas veces de forma aislada y otras simultáneamente, algunos de los episodios de este argumento de contenido bíblico, pero al mismo tiempo mítico. Bajo la dirección de José Ignacio Juárez, al mismo tiempo adaptador del texto, Pedro Rebollo, Jaime Ocaña e Inmaculada Oliver compaginaron su actuación con los titiriteros Azucena Rodas, Pablo Girón y Julia Juárez.

La propuesta de Arbolé, siguiendo su acreditada tradición en el manejo de títeres, coloca a Saramago como personaje observador de la acción y recalca su idea de Caín como suplantador de su hermano Abel, al mismo tiempo que rebelde contra Dios. El espectáculo en su conjunto discurre por esos cauces simbólicos que hacen hincapié en la arbitrariedad y en la crueldad de los tiempos, tanto antiguos como modernos, propósito al que sirven los actores y los titiriteros en un ejercicio meritorio.

Redford y Newman

La obra ‘Redford & Newman, subtitulada ‘Dos hombres sin destino’, es una comedia producida por un consorcio empresarial del espectáculo, que el Teatro de las Esquinas ofreció el pasado fin de semana, bajo la dirección de Ángel Martín

Los actores Miki Nadal, Nerea Garmendia y Sinacio componen la trama que se desarrolla narrando el reencuentro de dos viejos amigos, compañeros de estudio, que se identifican coloquialmente con los famosos actores Robert Redford y Paul Newman, y que al cabo de veinticinco años se plantean convivir durante dos días en un pequeño apartamento, propiedad de segundo, por iniciativa del primero.

El zaragozano Miki Nadal encarna a un simpático trotamundos, el apodado Redford, que tras divorciarse de su mujer quiere rehacer su vida y recurre a Sinacio, el Newman, soltero cincuentón que controla una galería de arte, un tipo ordenado y puntilloso que ve cómo su vida se ve trastornada por la llegada de su alborotado colega.

Hay en la vecindad una mujer de talante liberal y un tanto extravagante, a la que encarna Nerea Garmendia, que aparece y desaparece de escena desencadenando una pugna entre ambos amigos por conquistarla. Ella añade salsa cómica a la acción y pone un punto de morbosidad en la trama.

Pero lo más impactante, además del robot doméstico que implica a todos con su actividad, su descontrol y hasta con sus canciones, es una antigua figura de cristal que tiene un gran valor simbólico y que se convierte de alguna forma en el eje de la trama.

Las actuaciones son ágiles, distendidas, a veces esperpénticas, hasta el punto de que los propios actores estallan en carcajadas envueltos en su propia comicidad.  El ritmo es ágil y el sentido del humor fresco y dinámico, lo que  atrae desde el principio a los espectadores y los mantiene en tensión hasta el final.