Compadezcámonos de los rajadores esquineros

Muchos de los que en pequeña o gran medida hayáis decidido ser emprendedores y exponeros a la gente que vaya más allá de tu círculo de amistades seguro que habéis experimentado alguna vez la inquita de “los rajadores esquineros” esos amargados elementos humanos que se dedican, no a verter su opinión, pues esto es muy lícito, sino a cargar y vomitar barbaridades contra una persona sin motivo personal aparente. No es raro leer comentarios, (en mi caso, el 95% del feedbak recibido en redes he de decir qué es bastante positivo y halagador), de esos carismáticos rajadores o como también dice un buen amigo mío; “tontos del twitter”, llenos de oído y malas intenciones. Pero… lejos de hacer daño, seguro que, si te has encontrado en esa tesitura, y ya estas acostumbrado a exponerte públicamente a la sociedad y por ende a sus opiniones, te ríes de la tristeza de vida que tienen. Algunos hasta sabes quienes son. La mayoría están cortados con el mismo patrón, estos pocos, pero voceros elementos, suelen ser insignificantes bravucones que detrás de un pc o teléfono quieren atacar a una persona con mayor poder social para sentirse en sí mismos algo, están todos ellos vacíos de contenido e incluso de intelecto, amargados con la vida y envidiosos, en otras ocasiones, de quienes creían inferiores a ellos. Se focalizan más en atacar a quienes no pueden superar que en tenerlos como referencia para mejorar. En otras ocasiones son individuos tan mediocres y con tan poco poder de reflexión propia, que atacan todo aquello que no entienden recibiéndolo como una amenaza. O aquellos que en su forma autocrática de ser en su vida y con los de su alrededor quisieran que el resto no fueran ni actuaran diferentes a lo que ellos hacen y piensan, y anda que esos no tienen peligro ni na’… más valía que se encerraran en un bunker para evitarse malos ratos. Y ya, si queremos rizar el rizo, nos vamos a los que están en nuestra área geográfica más cercana, con quienes tienes contactos en común, y los muy bobos, cuando te ven todavía te saludan como si no pasara nada. ¡Encima de cortos cobardes! ¡Aisss Dios mío con lo que hay que lidiar! Y suspiro porque, estas memeces lejos de generar daño producen risa, te preguntas ¿pero que habré hecho yo con ese personaje para caerle tan mal? Pero oye ni tan mal, la cuestión es no pasar desapercibido haciendo y recorriendo el camino que tú mismo quieres, no el que otros te hayan de imponer. Aun así queridos rajadores esquineros, a pesar de leeros, generáis todo lo contrario a lo que buscáis. Tanto es así que hasta nos compadecemos de vosotros. Dedicar más tiempo a luchar contra la mala leche, veréis que bien os va.

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