Los vecinos de Oliver plantean protestar frente a la DGA por la "insostenible" situación de su barrio

La asamblea se ha celebrado en el centro cívico Manuel Vázquez Guardiola
photo_camera La asamblea se ha celebrado en el centro cívico Manuel Vázquez Guardiola

Decenas de vecinos del zaragozano barrio Oliver se han congregado este domingo en asamblea para analizar conjuntamente la “alarmante” situación de “inseguridad” que vive la zona desde hace tiempo y plantear así estrategias de actuación para los próximos meses. Estudian, de hecho, convocar una manifestación frente a la dirección general autonómica para reclamar al gobierno una “mayor implicación” de cara a la resolución de la problemática del barrio, además de recorrer sus calles a modo “concentración” para ir señalizando los puntos más conflictivos. Se ha llegado a este punto, dicen, porque es ya el quinto año “sufriendo una oleada de robos, incivismo, suciedad y okupación” que ha vuelto la histórica convivencia del barrio “insostenible”.

Para el presidente de la Asociación de Vecinos Oliver Centenario, Antonio García Moreno, y la presidenta de la Plataforma de Vecinos Unidas Oliver, Arancha Gracia, en Oliver existe hoy en día un “caldo de cultivo” que desemboca en “casi diarios” atracos, robos, insultos, coacciones e incendios que requieren de una mano institucional y policial. Sin embargo, reprueban la “insuficiencia” de la ayuda prestada en los últimos años (en algunos casos critican la total “ausencia”), por lo que piden al Ayuntamiento y a la DGA –cada una en sus competencias- “que se pongan a trabajar”. Se trata de un “trabajo de fondo” que “nos compete a todos”, apuntan.

Los vecinos reclaman con especial empeño una intensificación de la vigilancia en la zona, así como una reorganización de las rutas policiales, ya que, arguyen, los autores de los delitos “conocen perfectamente cuándo y por dónde van a patrullar”. Además, piden un mayor seguimiento por parte de los servicios sociales, a quienes le solicitan vehementemente un desligamiento de las políticas llevadas a cabo hasta ahora, ya que, argumentan, “el buenismo no siempre va de la mano de la seguridad”.

La propia presidenta, ante los micrófonos, y dirigiéndose a todos los vecinos, ha confesado haber presenciado en primera persona actos vandálicos. Al de ella se han querido sumar testimonios de otros vecinos como el caso de Carmelo, quien, ejerciendo de portavoz, ha expresado un sentimiento de “indignación” compartido por todo un barrio hacia los políticos, porque “a problemas complejos, urgen medidas extraordinarias que seguimos sin ver”. Y, recuerda, todo el mundo “tenemos derecho a vivir con normalidad”.

Es una opinión a la que tanto Mari Carmen como Pilar se han adherido, pues afirman que en numerosas ocasiones –especialmente a determinadas horas de la tarde- se han visto obligadas a modificar sus itinerarios para “evitar” ser víctimas de “tirones de bolso, riñas o peleas”. Por todo ello, la asamblea ha pedido a todos una colaboración “con cabeza” para terminar con este “inaguantable escenario”. Continuarán “luchando”, dicen, sin perder “la esperanza”, porque el barrio “se merece” volver a ser lo que fue: un barrio humilde, pero amigable, donde la convivencia cultural ha sido por siempre ejemplar.