El Casademont Zaragoza cumple el sueño del Príncipe Felipe y arrasa con el Barcelona (89-83)

El Casademont Zaragoza ha cosechado una victoria histórica frente al Barcelona
photo_camera El Casademont Zaragoza ha cosechado una victoria histórica frente al Barcelona

Equipo y afición, que fue un sexto jugador en el Príncipe Felipe, vencieron de la mano al todopoderoso Barcelona. Los zaragozanos se impusieron con justicia: corrieron más, lucharon más y, por supuesto, jugaron mejor. Casademont Zaragoza 89 frente a los 83 de los visitantes y a dormir, de nuevo, en la segunda posición. Este equipo no conoce cuál es su techo.

Desde el principio el conjunto zaragozano trató de hacerle en todo momento al Barcelona. Comenzaba el primer cuarto con los visitantes en plena forma, pero la defensa del Casademont le hacía frente. Justiz, que finalmente pudo jugar, empezó a tope. Brussino, más de lo mismo, al igual que Barreiro. A falta de cinco minutos para el fin del primer cuarto, solo dos puntos diferenciaban a ambos equipos.

El Príncipe Felipe estaba entregado por completo, y alentaba cada milésima de segundo, peleaba como uno más cada jugada y se hacía sentir como un sexto jugador. Seguían remando los de Fisac y se pusieron por delante. Seis por encima de los catalanes. La ovación tras el primer asalto era digna de las grandes citas europeas. El acierto a la hora de atacar y defender se plasmaba en el resultado, 23-17.

Sin embargo, el Barcelona, equipo tremendamente reforzado, tenía mucho que decir. Fisac ya avisaba de que no era solo lo que iban a hacer, sino lo que te dejaban hacer. El Barça había tenido un porcentaje de acierto del 35% en tiros de campo, y había que confiar en que siguiese inmerso en la dinámica. Tarea complicada. Aun así, el Casademont Zaragoza continuaba con su actuación colosal. Krejci demostraba que no era una promesa y sí una realidad y Seeley enseñaba su mejor versión, igual que Hlinason.

No ayudaba el arbitraje, permisivo con el Barcelona y riguroso con los locales, pero tampoco impedía que el Casademont se fuese al descanso seis arriba, 46-40. Se lo creían los de casa, se lo creía el público y solo hacía falta que el marcador hiciese justicia. La hinchada disfrutaba como nunca para seguir animando como siempre. A lo mejor un poco más. Alocén, Benzing, Seeley y Barreiro superaban los 11 minutos con creces, llegando a los 15 de juego en el caso del primero.

Los seguidores del conjunto zaragozano seguían aprovechando para ovacionar al equipo. Cada canasta, cada tiempo muerto y cada fallo de los catalanes era una magnífica oportunidad para hacerlo. Aumentaron la ventaja hasta los diez puntos al final del tercer cuarto, desplegando un juego maravilloso. Todo le salía a los jugadores de la capital aragonesa. Sin embargo, había que ser muy cautos. “Todavía queda mucho” era la frase que más se oía, tanto dentro como fuera de la pista.

Se llegaba con ventaja al momento clave. El cansancio empezaba a pesar más. Seeley y Alocén rozaban los 25 minutos. El porcentaje de acierto en tiros de campo de los aragoneses era superior al 57% frente al 40% de los visitantes. En triples era aun más abrumador: 47,1% frente a 7,1%. De todas formas, de poco servían las estadísticas a falta de ocho minutos.

Once arriba y seis minutos para el ansiado final. “Sí, se puede”, retumbaba en el pabellón. Casi 10.000 asistentes llenaban cada rincón de la fiesta. Todo apuntaba a que el sueño iba a cumplirse. El Casademont iba a afianzarse en la zona alta de la clasificación. Y así fue cuando terminó el último cuarto 89-83. Una hinchada entregada vibró, ovacionó y enloqueció con lo que había visto en la pista. Una explosión de júbilo, de rabia contenida y de alegría detonó en un pabellón entregado que jugó mejor que nadie la victoria.