La primera vuelta que está completando Casademont Zaragoza está siendo completamente de ensueño. Los pupilos de Porfirio Fisac han dado continuidad a un 2019 pletórico, teñido de rojillo, en el que alcanzaron las semifinales de la Liga Endesa. Lejos de tomarlo como una anécdota, los maños están siendo capaces de seguir la estela de los dos grandes del basket español, Barça y Madrid, hasta el punto de coliderar la categoría junto a ambos.
Tras vencer a Baskonia con una superioridad aplastante, impropia de lo que supuestamente dicen los presupuestos de uno y otro club, los de Fisac pudieron permitirse el lujo este domingo de estar pendientes del Clásico, disputado en el Palau Blaugrana. Allí, el Barça se imponía con contundencia a los blancos por 83-63, dibujando una clasificación histórica en la que los tres equipos, Casademont incluido, figuran en lo alto de la tabla con idénticas victorias y derrotas.
Es decir, disputadas las primeras 15 jornadas y a tan solo dos de alcanzar el ecuador de la fase regular, los aragoneses suman doce triunfos y sólo tres caídas, ante Bilbao, Valencia y Murcia. Por el camino se han “cargado” al propio Barça, Real Madrid, Baskonia este pasado fin de semana o a Unicaja, dejando un reguero de sorpresas y colocándose el atuendo de matagigantes de la Liga Endesa.
Con las doce victorias alcanzadas, Casademont Zaragoza se ha asegurado la permanencia en la categoría, prioritario objetivo siempre para Fisac y la entidad. Además, disputará la próxima edición de la Copa del Rey y lo hará, además, como cabeza de serie por primera vez. Desde su púlpito pero con los pies en el suelo observa cómo del cuarto clasificado hasta el decimotercero sólo hay dos triunfos de diferencia, ofreciendo una lucha encarnizada por estar en la cita copera.
Todo son guarismos positivos para los rojillos, que igualan además con el Real Madrid como equipo que menos tantos recibe de la competición, con 1.125 y una media de 75. Es ahí, en la defensa y en el sacrificio, donde están los cimientos de un éxito que muchos creían ver acabar hace ya semanas. Pero que Casademont está demostrando por qué los sueños, a veces, se hacen realidad.
