Después de las uvas, el champán, las copas y el cotillón, la ciudad de Zaragoza también ha sufrido la resaca de la fiesta con decenas de kilos de basura en sus calles. La zona del casco histórico y la plaza del Pilar han sido los dos puntos más afectados por la noche, pero a primera hora de la mañana ya estaba prácticamente todo recogido.
La labor de los servicios de limpieza ha sido muy rápida y efectiva, y antes de las diez y media de la mañana, la ciudad volvía a tener un aspecto similar al de cualquier día. Por toda Zaragoza se ha podido ver a numerosos operarios trabajando desde primera hora, cuando los más ociosos todavía seguían apurando el cierre de los locales.
A lo largo de toda la noche, miles de personas han acudido a los bares de diferentes puntos de la ciudad para celebrar el año con sus más allegados. Otros optaron por el clásico cotillón de Nochevieja, y Zaragoza cuenta con numerosos puntos para satisfacer esta demanda. La zona más céntrica del entramado urbano, como todos los años, ha tenido un éxito rotundo, y varios locales agotaron las entradas días antes de la celebración.
Sin embargo, la fiesta del Ayuntamiento de Zaragoza, en la plaza del Pilar, ha sido la más concurrida. En total se repartieron 5.000 bolsas con las tradicionales doce uvas y alrededor de 3.000 más de cotillón para saludar al año nuevo. Al finalizar las campanadas, como no podía ser de otra forma, el encendido del cartel de bienvenida 2020 y los fuegos artificiales, pusieron la guinda a una noche que todavía era muy joven.
