Los maños siguen sin perder en 2020. Foto: Real Zaragoza

Agrio sabor de boca el que dejó en las filas del Real Zaragoza el empate a un tanto cosechado en Anduva ante el Mirandés. Fueron mejor los blanquillos, notablemente superiores, pero un error de Atienza nada más salir del descanso y la falta de efectividad de cara a puerta impidieron obtener el importante botín de tres triunfos. Aunque continúa la buena dinámica de 2020.

Víctor Fernández alineaba su once más de gala posible contando con la ausencia de Suárez, ocupando Burgui su puesto en el once y Puado la punta del ataque, reservada esencialmente para el cafetero. No fue ni mucho menos el arranque más brillante entre dos escuadras que querían asumir pocos riesgos y que, sobre todo, estaban realizando unas actuaciones defensivas con nivel suficiente como para desarbolar los intentos de ataque.

Era Igbekeme el primero que probaría a disparar en los primeros minutos, en el 9, y El Yamiq de cabeza a la salida de un córner amenazaría ya en el 27 sin consecuencias. Eso sí, Cristian no sufría más allá de ver la alta presión en salida de balón que ejercía el Mirandés, complicando la fluidez de fútbol blanquilla. Pero Puado comenzaba a aparecer por zonas donde podía hacer daño y, ahí, lleva semanas de dulce. Tras una gran jugada individual del once, pase atrás para la llegada de James Igbekeme, que ponía la pelota con una sutileza sobresaliente. Gol y gracias al cielo en su celebración.

Crecido y con más espacios, Nieto probaba la individual tras una gran contra, pero su tiro lejano se marchó metros arriba de la portería de Limones. También Burgui quería sumarse a la fiesta y forzó a un defensa a despejar con la cabeza un balón que iba en la mejor dirección posible. Eran los mejores minutos visitantes de una primera parte que se marchó camino de los vestuarios con el 0-1.

Segunda parte

No podía empezar peor la segunda. Error en la salida de balón de Atienza y Matheus definía por encima de Cristian con comodidad. 1-1 y a remar. Se removió el ritmo del choque cuando el Real Zaragoza, seguro, había preparado lo contrario en el vestuario, por lo que tocaba improvisar. Y ahí, Igbekeme se inventaba un gran pase hacia Nieto, que encontraba atrás a Puado, cediendo para un Vigaray que con todo a favor disparaba fuera de la meta de Limones.

Lo cierto es que el Real Zaragoza se había recompuesto bien al gol local y el mazazo no se notaba en el juego. Acompasaba Eguaras, acompañaban Igbekeme o Burgui con criterio. El navarro, por cierto, probaba desde lejísimos pero sí ponía un aprieto en el cuerpo al arquero del Mirandés en el 67. Viendo que el ritmo había bajado unos compases, Víctor Fernández quería volver a agitar el avispero con la entrada de Álex Blanco por Soro, dejando a Burgui en el campo, en el 75.

Increíble también la que tuvo precisamente Burgui en el 79 tras una jugada a balón parado en la que Guti veía a la perfección a la nueva incorporación, que mandaba la pelota con todo a favor de nuevo cuando ya se cantaba el gol blanquillo. Era su última acción, ya que Linares entraría para la recta final. No era el día de la eficacia maña, y en otra cerca del descuento Álex Blanco se llenaba de balón para mandar la pelota fuera de Anduva cuando Puado llegaba mas cómodo por detrás y en libertad.

Era la última clara para los de Víctor Fernández, netamente superiores a su rival durante el cómputo global de los 90 minutos pero sin la efectividad suficiente como para ganar los tres puntos y abrir una brecha de cuatro con el tercer clasificado. Lo mereció por juego, pero quizás la ausencia de Suárez perjudicó en exceso a los maños. Eso sí, siguen sin perder, 1-1 y a seguir luchando.

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