Las localidades fronterizas con Francia notan de forma leve el cierre parcial de la circulación

Boca de entrada del Túnel de Bielsa-Aragnouet
photo_camera Boca de entrada del Túnel de Bielsa-Aragnouet

Aragón, región fronteriza, comparte tres pasos con Francia. La mayoría de municipios circundantes no creen que el cierre “parcial” del espacio Schengen haya modificado su vida más que el estado de alerta. Aunque otros municipios como Bielsa creen que esta medida llega tarde, al estar en España confinados, y los franceses siguiendo realizando sus compras en la localidad. La Guardia Civil y la Policía Nacional se encuentran controlando las fronteras aragonesas, que según Delegación del Gobierno, se esta produciendo una gran “normalidad”.

El Gobierno de España anunció ayer el cierre de las fronteras con los países vecinos de Francia y Portugal, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que el tráfico de mercancías estaría asegurado, para asegurar el abastecimiento. La entrada de residentes españoles y trabajadores transfronterizos también está contemplada, así como aquellas personas que puedan apelar “una causa de fuerza mayor”. Los enclaves de Gibraltar y Andorra, anunció Marlaska, no tendrían controles en sus fronteras. Es la primera vez en 25 años, desde la creación del espacio Schengen, que se restablecen los controles en la frontera española de forma indefinida.

Aragón comparte con Francia tres pasos claves, Somport, Portalet y Bielsa-Aragnouet, y a las faldas de las bocas de sus túneles, las localidades de Canfranc, Sallent de Gállego y Bielsa. El alcalde de Canfranc, Fernando Sánchez, y el de Sallent de Gállego, Jesús Eugenio Gericó, coinciden en que la medida es “normal” y que el cierre de fronteras no ha cambiado el día a día del municipio, más allá de lo que lo hizo el estado de alarma. Ambos alcaldes altoaragoneses creen que su población está “concienciada y comprometida”, y creen que el país vecino pronto también se verá en una situación límite como la que vive España.

Sallent de Gállego vivió de manera doble la crisis sanitaria. Por un lado, el cierre de las pistas Aramón, y a continuación, el decreto del estado de alarma. El alcalde del municipio apela a la responsabilidad individual, y muestra su preocupación por los negocios de la localidad, que viven, en gran medida del consumo francés. Los alcaldes de Canfranc y Sallent no se sienten más seguros al cerrar la frontera, ya que la cuarentena se está encargando de ello.

El alcalde de Bielsa, Miguel Ángel Noguero, solicitó el pasado sábado, a través de la delegación del Gobierno, más control en la frontera. El alcalde afirma que durante el fin de semana la localidad se encontraba ya en cuarentena pero mientras tanto, los franceses seguían cruzando y haciendo sus compras en los negocios del municipio, “campando a sus anchas, de cinco en cinco, de seis en seis”. Noguero avisó a la Guardia Civil, que se colocó la tarde del sábado en la frontera controlando el paso, “obligando a dar la vuelta a los que no vinieran por causa mayor”. El alcalde recuerda que Lambán solicitó en la reunión con el presidente del Gobierno, un control mayor en las fronteras de estos municipios pirenaicos. En cuanto a la sensación de seguridad en Bielsa, con el cierre de fronteras, ha aumentado.

En el Consorcio de Bielsa-Aragnouet, recuerdan “la parcialidad del cierre de la frontera” al existir las excepciones de mercancías, residentes españoles y la “causa mayor”. El consorcio afirma que, tras las medidas de cierre de ambos países, la circulación ha bajado un tercio en referencia a la normal. La Guardia Civil se encuentra más abajo, antes de la llegada al túnel, para evitar atascos, “aunque con la poca circulación, no se podría producir”.