Un año del estado de alarma que cambió nuestras vidas

El Ejecutivo impuso el confinamiento domiciliario que, en distintas fases, se extendió durante tres meses
photo_camera El Ejecutivo impuso el confinamiento domiciliario que, en distintas fases, se extendió durante tres meses

365 días han pasado ya desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara la declaración del estado de alarma ante la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus en todo el territorio nacional. Una decisión que ya se preveía días atrás con el cierre de colegios o la caída de la actividad habitual, pero que provocó un cambio total de lo que el país conocía como la vida normal, para pasar a un confinamiento domiciliario que duraría tres meses y a la aceptación de restricciones prácticamente inimaginables semanas atrás.

Desde ese 14 de marzo de 2020, los ciudadanos solo podían salir a la calle para trabajar, en aquellas industrias que permanecieran abiertas, pero el peor momento llegaría durante la primera quincena de abril, con un confinamiento estricto que solo mantuvo abiertas las actividades esenciales. Fueron días que marcarán toda una vida, en la que se recordarán los aplausos a las 20.00 horas, las calles completamente vacías y la esperanza de retomar una normalidad que, un año después, todavía tiene restricciones.

La detección de estos casos derivó en diez largos días en los que las recomendaciones y las noticias daban giros de 180º en apenas minutos. Inmediatamente, un centenar de sanitarios fueron aislados tras estar expuestos a pacientes con coronavirus y, a partir del 9 de marzo, todos los hechos se acontecieron a velocidad de vértigo. Todos los eventos comenzaron a ser cancelados, las competiciones deportivas se aplazaron sine die y se cerraron los colegios y universidades, hasta que, finalmente, el Consejo de Ministros declaró el estado de alarma por 15 días, siendo el Gobierno central la autoridad competente en todos los sectores.

Todas las miradas estaban puestas en ralentizar el ritmo de contagios para evitar el colapso del sistema sanitario y de las Unidades de Cuidados Intensivos, esto es, el “aplanamiento de la curva”. Cuanto más bajo fuera el pico, más capacidad tendría la sanidad para absorber los pacientes infectados, aunque ello tuviera como consecuencia que la pandemia se alargara en el tiempo. Tras la primera semana de cuarentena, España registró el mayor número de casos en un solo día el 31 de marzo, con 9.222 positivos, y el máximo de fallecidos llegó el 2 de abril, con 950 víctimas en 24 horas.

En Aragón, el pico de contagios llegó el 29 de marzo, con 266, y el mayor número de muertes, el 8 de abril, con 37 decesos en un único día, según los datos oficiales. Para aliviar la situación de los hospitales, el Departamento de Sanidad, en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza, levantó dos hospitales de campaña en la primera semana de abril en la Sala Multiusos del Auditorio y en la Feria de Zaragoza, con un total de 500 camas que, afortunadamente, no hubo que usar en ningún momento.

Ante esta situación, el Gobierno central promovió la aplicación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para evitar que las colas del paro se llenen de trabajadores y que se reincorporen a la actividad cuando la pandemia comience a disiparse. En Aragón, se destruyeron más de 36.000 empleos durante los meses de marzo y abril, y unos 115.000 trabajadores se vieron afectados por un ERTE.

Un año después, Aragón ya ha detectado casi 110.000 casos, y cerca de 3.400 personas han perdido la vida con esta enfermedad, curándose más del 93% de los contagiados. El 27 de diciembre llegó la primera luz de esperanza, con el comienzo de la campaña de vacunación, en la que ya se han administrado más de 182.000 dosis y 60.000 personas ya están inmunizadas al recibir la segunda inyección. Así, las instituciones tienen puesta la mirada en el mes de abril, cuando se espera que lleguen vacunas de forma masiva, hablando incluso de más de 100.000 dosis a la semana, que permitiría cumplir el objetivo de tener al 70% de la población inmunizado durante el verano.