Un Real Zaragoza poco ambicioso logra un punto en el mítico Las Gaunas (1-1)

En el cómputo global, el resultado fue justo, ya que ninguno de los dos equipos dominó los compases del duelo. Foto: Real Zaragoza
photo_camera En el cómputo global, el resultado fue justo, ya que ninguno de los dos equipos dominó los compases del duelo. Foto: Real Zaragoza

El Real Zaragoza parece abocado al sufrimiento en lo que resta de temporada. Los maños cosecharon un empate ante un rival directo en la pelea por eludir los puestos de descenso. En el cómputo global, el resultado fue justo, ya que ninguno de los dos equipos dominó los compases del duelo. Al Logroñés le valió una pena máxima para adelantarse antes del cuarto de hora en un primer tiempo en el que los blanquillos no hicieron acto de presencia. Tras la reanudación espabilaron, consiguiendo empatar la contienda alcanzada la hora de juego. A partir de ahí, poco o nada más. Una ocasión para cada conjunto que metió algo de miedo en el cuerpo de su rival, pero el electrónico no se volvería a mover.

Los aragoneses visitaban el mítico estadio de Las Gaunas para medirse a un rival directo en su particular agónica lucha por la salvación. Formaba con el once habitual, sin apenas sorpresas, en el que Cristian comandaba la portería, secundado por una defensa de cuatro conformada -de izquierda a derecha- por Chavarría, Jair, Peybernes y Vigaray. El central francés, bastante seguro durante los 90 minutos, fue finalmente el elegido en detrimento de Francés. El mediocampo estaba custodiado por el doble pivote Eguaras-Zapater, acompañados de Francho y Bermejo, que partía más tirado a la banda derecha. Arriba jugaban Narváez y Alegría. En los riojanos sobresalían nombres como Nano, Unai Medina o Andy.

Los compases iniciales arrancaban con un ritmo lento en el que ambos equipos buscaban encontrarse en el campo, con ligero dominio de los blanquillos. Ya muy temprano, el encuentro se puso en contra del cuadro dirigido por JIM. Era el minuto 14 cuando un centro desde el lateral izquierdo, que aparentemente no entrañaba peligro alguno, pillaba desprevenida a la defensa visitante. Peybernes estaba fuera de posición, mientras que Jair miraba únicamente la trayectoria del balón, pisando el pie de Nano al borde del área pequeña. González Esteban no apreció nada en primera instancia, pero recibió comunicación desde el VAR para revisar la jugada. Tras la comprobación pertinente, el colegiado decidió pitar penalti a favor de los rojiblancos en una acción con cierta polémica. Le mostró la amarilla al zaguero luso y Andy no falló desde los once metros, engañando por completo a Cristian, que se lanzó hacia el lado contrario.

Apenas se había cumplido el cuarto de hora y los de JIM ya estaban por detrás en el marcador. Se esperaba una reacción inmediata, o al menos algún que otro síntoma de querer igualar la contienda. Lo más peligroso fue un centro de Zapater que cabeceó muy desviado Narváez. Los maños se hicieron con el control del cuero, pero sin crear ocasiones claras. Poco antes del descanso, el delantero colombiano remató de nuevo con la testa un centro lateral, pero el esférico se marchó lejos de la meta defendida por Mino.

Segunda mitad

El segundo acto arrancó con una modificación en el conjunto zaragozano. Entró Tejero en sustitución de Vigaray, fruto posiblemente de ciertas molestias. El cuadro blanquillo se hizo con la posesión buscando abrir huecos en la defensa logroñesa, pero sin éxito, sin ideas, sin frescura. Llegó la hora de juego y el Real Zaragoza no había realizado ningún tiro a puerta. Pero por cosas de la vida y por la esencia del fútbol, el primer tiro entre los tres palos besó el fondo de la red. En el minuto 62, Zapater tiró de casta y coraje en una internada en el área y centró intuitivamente hacia atrás para que Narváez añadiera un nuevo tanto a su cuenta anotadora. El de Pasto enganchó el pase del capitán blanquillo sin dejar botar el esférico. El panorama cambiaba. Máxima efectividad casi sin quererlo.

El gol alentó a los aragoneses, que parecían renovados. El 1-2 estuvo muy cerca minutos después. Un centro raso de Alegría desde la izquierda en el interior del área le cayó a Bermejo, que remató a bocajarro con su pierna menos buena al centro de la portería rival topándose con el pecho del guardameta del Logroñés. No obstante, Paulino -el más activo de los locales- despertó a los suyos y metió miedo en el cuerpo de los blanquillos estrellando en el poste un tiro lejano que dejó temblando la portería de Cristian.

Para refrescar el centro del campo, el uruguayo Sanabria saltó al césped en el 74 como reemplazo de un exhausto Zapater, que lo dio todo un día más. Por su parte, en el minuto 86 Nárvaez y Alegría abandonaron el terreno de juego para dar entrada a Larrazabal y Azón. Parecía que JIM quería conservar el resultado, introduciendo además a Adrián por Bermejo. En estos últimos 15 minutos, no se dieron ocasiones reseñables por parte de ninguno de los dos equipos.

El empate pareció contentar a ambos conjuntos, que miraron con muy buenos ojos la igualada del Málaga en Cartagena a falta de diez para la conclusión. Real Zaragoza y Logroñés se mantendrán una jornada más fuera de los puestos de descenso. Los maños, con cuatro puntos ahora de colchón, necesitan corregir errores y mejorar su proyección en ataque para conseguir el ansiado objetivo de la salvación.