Norbert Feher descansaba con un arma bajo el cuello "cargada para disparar" en su detención

Continúa el juicio contra "Igor el Ruso" // Foto: EFE
photo_camera Continúa el juicio contra "Igor el Ruso" // Foto: EFE

En el momento de su detención, “Igor el Ruso” estaba tumbado bajo una encina con un arma bajo el cuello, otra en el cinturón y un cuchillo de grandes dimensiones debajo de su chaqueta. El arma que tenía a mano en la cabeza, tal y como pudo comprobar un agente de la Guardia Civil de Castellón, “estaba cargada para disparar”.

Este miércoles ha continuado la sesión del juicio a Norbert Feher por el triple crimen cometido en Andorra en diciembre de 2017. Esta mañana ha sido el turno para los dos guardias civiles que lo atraparon en la carretera A-226 cerca de la provincia de Castellón. Tras el descubrimiento de los tres cadáveres, las alarmas sonaron por toda la provincia e incluso el aviso cruzó a la Comunidad Valenciana.

Cuando circulaban por la carretera que une Mirambel con Cantavieja, los dos agentes vieron apostillada a un descanso del camino una furgoneta, “posiblemente accidentada”, que coincidía con la del ganadero horas antes robada. Por “coincidencia” estos dos agentes de Castellón continuaron un poco la A-226 para meterse por un camino e identificar la furgoneta, pero una vez dentro del camino, alumbrados gracias a los focos de su vehículo vieron al fondo “unos bultos o una mochila”.

Norbert Feher sigue su juicio a través de una jaula de metacrilato // Foto: EFE

Los dos agentes se bajaron del coche y vieron a un individuo “tumbado boca abajo” con una pistola de color cromado bajo el cuello. Los agentes, que han defendido esta mañana “que no le dieron tiempo a reaccionar”, descubrieron después que llevaba un cartucho dentro de esta arma “que se podía haber disparado en cualquier momento”. Tras su cacheo vieron que Feher, que coincidía con los retratos robots que habían recibido en los avisos, llevaba el equipamiento robado de los dos guardias civiles a los que anteriormente había quitado sus vidas, con su arma reglamentaria y con un cuchillo de “largas dimensiones” entre la chaqueta y el pecho.

Feher asumió el haber consumido alcohol y fue sometido a dos pruebas de alcoholemia de las que obtuvo los resultados positivos de 0,46 mg/l en la primera y 0,47 mg/l en la segunda. El agente que sometió al paramilitar a la prueba ha destacado su “mirada despierta” y cómo “observaba lo que ocurría a su alrededor”. Otra agente de la Guardia Civil ha declarado, preguntado por el abogado Jorge Piedrafita, que Feher estaba “tranquilo y relajado, como si no hubiera pasado nada”.