Opel prescinde de 300 trabajadores del turno de noche y anuncia un ERTE para toda la plantilla

Con la falta de suministros, la Dirección apenas hace previsiones más allá de una semana, frenando ya la fabricación de 38.000 vehículos
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Nuevo revés para la planta de Opel en Figueruelas por la crisis de los microchips. La Dirección de la compañía ha confirmado este miércoles a los sindicatos que prescindirá del segundo turno de noche, puesto en marcha en octubre, lo que supondrá la salida de unos 300 trabajadores eventuales. Asimismo, ha anunciado la puesta en marcha de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para toda la plantilla, incluidos los de producción.

Los responsables de la factoría han trasladado estas cuestiones al Comité de Empresa en el marco de las negociaciones para el ERTE de 650 trabajadores de oficinas y administrativos, que ha sido respaldado por la mayoría sindical después de que la Dirección aceptara algunas propuestas, como el acompañamiento económico del 80% del salario, la reducción de días del ajuste de 50 a 40 o que los trabajadores de 59, 60 y 61 años pudieran acogerse voluntariamente a medidas de flexibilidad.

Ahora, en próximas fechas retomarán las conversaciones para el ERTE para el resto de la plantilla, que suma en total unos 5.500 trabajadores, así como de la salida de 300 trabajadores temporales o con contrato de obra y servicio del turno de noche de la línea 1, toda vez que la planta zaragozana vuelva a verse obligada a parar la actividad desde este jueves, apenas 36 horas después de recuperarla. “Los semiconductores que han venido no dan para abastecer a toda la capacidad productiva y tienen que prescindir de este turno de trabajo”, ha expuesto el presidente del Comité de Empresa, Rubén Alonso.

La planta comenzó este año con la ambición de dejar atrás los efectos de la pandemia y recuperar su actividad habitual, acercándose a los 470.000 vehículos que salieron de Figueruelas en 2019. Actualmente, tiene capacidad para ensamblar unas 2.100 unidades diarias, la mayoría del Corsa, tanto en su versión de combustión como eléctrico. Sin embargo, con la falta de suministros, la Dirección apenas hace previsiones más allá de una semana, frenando ya la fabricación de 38.000 vehículos.

La producción de coches volvía a Figueruelas este martes después de ocho días parados, con esperanzas de finalizar la semana, pero conscientes de que podía volver a detenerse en cualquier momento. Ello ha provocado que prácticamente hayan llenado la bolsa de horas que recogía el convenio colectivo, con 18 jornadas parados de las 25 como máximo. De hecho, si hace solo dos semanas los sindicatos descartaban el ERTE para toda la plantilla, ayer ya no veían tan lejana esa posibilidad, y este miércoles ya se ha confirmado. “Esperamos llegar a un acuerdo, como se ha intentado siempre desde la mayoría del Comité. La empresa creo que estará en la misma disposición”, ha señalado Alonso.