La campaña ya venía condicionada por las heladas que sufrió la Comunidad a mitad de marzo. Foto de archivo

Los productores del Bajo Cinca y de Caspe tenían todo preparado para iniciar este fin de semana la recogida de las primeras variedades tempranas de la cereza, pero unas últimas lluvias justo antes de empezar a recolectar han frenado todas las previsiones. De hecho, los fruticultores caspolinos confiaban en producir cinco millones de kilos de cereza, pero parte de estos cultivos han quedado rajados por el agua caída.

Uno de estos productores afectados es Armando Altadill, que confiaba en comenzar a recoger este fin de semana, pero que ha tenido que retrasar unos días el comienzo de su campaña. “Todo lo que tenía que haber salido al mercado esta semana en volúmenes importantes está rejada. El arranque ha sido malo, porque toda la cereza temprana se ha abierto. Habrá que esperar a ver qué ofrece el tiempo esta semana”, ha expuesto.

Y eso que esta zona esperaba un “cosechón” de cereza tras sobrevivir a las heladas de mitad de marzo, que ha provocado pérdidas de hasta el 50% en Bajo Cinca y Calatayud. “Parecía que iba a cuajar mal, pero agarró toda. Los árboles están llenos de cereza, pero las lluvias se han llevado la más temprana, que se recoge a final de abril. Son variedades cada vez más buenas y con más azúcar, pero más fáciles de abrir para la lluvia”, ha señalado Altadill, que ya cuenta con medio centenar de trabajadores para la recogida y que podrían ampliarse a 80 en próximas semanas.

Un poco de más suerte ha tenido Adrián Panillo, que ya ha podido empezar a recoger cereza en sus cinco hectáreas de campo en Caspe, aunque las lluvias también han mermado el inicio de su campaña. “He tenido que recoger menos de la prevista por el agua y el clima. Al hacer frío, la cereza no empezaba a madurar. Casi todos los años tenemos el problema con el agua”, ha añadido.

Para comenzar la recolección, Panillo ha dividido sus doce trabajadores en sus zonas de trabajo, todos conscientes de las medidas sanitarias que deben cumplir para que la campaña funcione correctamente. “Este año, por desgracia para todo el sector, la mano de obra no será un problema. Al helar tanto por toda la comarca, hay gente suficiente para trabajar”, ha lamentado.

Un “drama” que también están sufriendo los productores de albaricoque y melocotón por las heladas, que, además, podría provocar, según los datos del responsable de frutas de UAGA, Óscar Moret, una caída en la contratación de temporeros de hasta el 50%. “Hay mucha menos afluencia de temporeros. En otros momentos estaríamos en campaña fuerte, pero en el Bajo Cinca, que es la primera que empieza, se está retrasando. La presión no es la del año pasado, pero la producción es muy complicada”, ha remarcado.

La campaña ya venía condicionada por las heladas que sufrió la Comunidad a mitad de marzo, en torno al 19 y 20, con pérdidas del 50% en el Bajo Cinca y Calatayud o del 20% en La Almunia. “En todo el Bajo Cinca hay una afectación importante para el melocotón, nectarina, albaricoque o paraguayo. Llevamos unos días con peritaciones preliminares, con zonas desde Zaidín hasta Albalate, donde la media puede rondar el 70% de daño”, ha afirmado el responsable de UAGA en el Bajo Cinca, Manuel Rausa.

Unas pérdidas que tienen dos efectos directos sobre la economía. En primer lugar, si desde UAGA cifraban en 10.000 u 11.000 los temporeros que se iban a contratar, ahora podrían no llegar a los 6.000, pasando de 5.000 a 2.000 en el Bajo Cinca. Y, en segundo lugar, un daño para los sectores que apoyan a la agricultura. “El agricultor intenta cobrar el seguro, pero hay una economía que se pierde, con los transportistas, los almacenistas, las fábricas de cajas, los vendedores de filtros… Desaparece mucha economía de escala alrededor de la fruta”, ha lamentado Moret.

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