La nueva Santa Engracia: peatonal, más verde y con un tributo a las víctimas de la Covid-19

Dos zetas entrelazadas en forma de lazo harán de tributo a las víctimas de la Covid-19 | Foto: Elena Albiac
photo_camera Dos zetas entrelazadas en forma de lazo harán de tributo a las víctimas de la Covid-19 | Foto: Elena Albiac

Como una continuación peatonal del Paseo Independencia, más accesible, con la basílica de Santa Engracia como protagonista y con un tributo a las víctimas de la Covid-19. Así es como luce la ya reformada plaza de Santa Engracia que comenzó su renovación el pasado mes de noviembre con un objetivo, dar prioridad a los peatones.

Esta emblemática plaza será a partir de ahora peatonal e inclusiva gracias a su plataforma continua de granito gris, sobre la que cobran especial protagonismo los elementos naturales. Además de mantener el arbolado que existía, se han ajardinado más de 380 m² con la plantación de ocho nuevos árboles de menor porte, 200 arbustos de pequeñas flores y numerosos ejemplares de otras especies, entre ellas tapizantes de baja altura. Estas ‘lágrimas de vida’ naturales que salpican el pavimento se han concebido como un recuerdo a la huerta que antiguamente ocupaba la plaza.

El área de Infraestructuras ha realizado la reforma de Santa Engracia siguiendo criterios de accesibilidad y ambientales, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. El resultado es una plaza con zonas abiertas que pueden integrar otros usos o actividades, que garantiza la operativa de los servicios de emergencia y con corredores peatonales libres de obstáculos tanto en los laterales como en la parte central.

De igual forma, se ha dotado además con bandas de señalización podotáctil fresadas sobre el granito en todos los límites de la plaza y en las zonas de cruce peatonal preferente para orientar a las personas con discapacidad visual y únicamente se permitirá la circulación de vehículos de Correos desde la calle Tomás Castellano y el paso puntual para funerales o bodas.

Así mismo se han instalado ocho bancos para que Santa Engracia sea un espacio que invite al descanso y al disfrute del entorno. Para ello se ha renovado también el alumbrado con trece columnas con tecnología led y se han colocado focos de iluminación ornamental que mejorarán la visión de la fachada de la basílica, del monumento de Joaquín Costa y el nuevo tributo a las víctimas de la covid.

La actuación ha supuesto también la renovación integral de los servicios que discurren por el subsuelo, con el cambio de las tuberías de abastecimiento de agua y de saneamiento; trabajos que se han desarrollado desde el primer momento con el seguimiento arqueológico municipal y de acuerdo con las prescripciones dictadas por el Gobierno de Aragón.

Esta intervención puso al descubierto restos del antiguo pavimento de la plaza, parte del trazado de la antigua Acequia de Santa Engracia, así como estructuras correspondientes al monasterio del mismo nombre y al cuartel que ocupó ese solar durante el siglo XIX. Además, se ha confirmado la existencia de una necrópolis de cronología medieval y moderna en el entorno de la iglesia.

De especial interés ha sido la aparición de niveles de incendio y de materiales relacionados con los Sitios de Zaragoza, y otros materiales vinculados a la vida cotidiana del monasterio. Una vez documentadas, todas estas se han conservado debidamente protegidas bajo el nuevo pavimento.

Recuerdo a las víctimas de la Covid-19 

La nueva plaza de Santa Engracia es además desde hoy un espacio de homenaje para las víctimas de la Covid-19. Dos zetas simétricas unidas en forma de lazo les recuerdan frente a la fachada del edificio de Correos. El tributo, que describe un plano inclinado, está realizado en acero inoxidable con láminas de acero corten y losetas de granito negro pulido en su parte superior.

Junto a él se puede leer la inscripción “La Muy Benéfica Ciudad de Zaragoza recuerda aquí a cuantas personas perdieron en ella la vida, víctimas de la letal enfermedad de la covid que afligió a sus habitantes, como a los del resto de Aragón y España, y de otras partes del mundo. En esta inscripción se perpetúa, conmovida, su memoria. Mayo 2021”.

El busto de Joaquín Costa ha recuperado su color original 

Además se ha dotado de mayor protagonismo al monumento dedicado a Joaquín Costa, obra del escultor de Rubielos de Mora José Gonzalvo Vives, interviniendo tanto en el busto como en pedestal. Esta actuación ha corrido a cargo de la Unidad Técnica de Restauración del Servicio de Cultura y de la Brigada de Canteros del Ayuntamiento de Zaragoza, con la colaboración de la Unidad Técnica de Patrimonio Cultural.

La escultura presentaba un acabado gris metalizado, fruto de una actuación llevada a cabo en los años 90 en la que se protegió la superficie con una pintura, modificando el color original. El tratamiento que se le ha realizado ahora al busto ha consistido en la eliminación de la pintura gris superficial (se encontraba deteriorada) y la limpieza, estabilización y protección del metal para impedir futuras reacciones de corrosión. La decisión de restituir el color marrón óxido que originariamente presentaba, se ha apoyado en las fotografías históricas de la inauguración de 1979 en las que se veía el tono original, y en el asesoramiento técnico ofrecido por la hija del artista, Ángela Gonzalvo.

Gracias a esta labor investigadora, se ha podido conocer la técnica de producción y materiales que empleaba el autor y el aspecto final que perseguía en sus obras, y así recuperar en el busto de Costa el mismo tipo de pintura de protección, consiguiendo un color marrón óxido y un acabado mate más acorde con el aspecto original. La escultura descansa sobre un sencillo pedestal revestido con losas de piedra caliza de Calatorao, que han sido limpiadas y rejuntadas.