Caspe teme un repunte tras el puente y Calatayud aplaude la prudencia de los vecinos

Notable preocupación e inquietud ante los posibles repuntes de contagios provocados por las “no fiestas” en diferentes localidades aragonesas durante el puente de la Asunción. Ciertos episodios vividos a lo largo de estos días en varios municipios, de nuevo con la gente joven como principal protagonista, hacen presagiar un aumento de casos por Covid. Las situaciones más reseñables tuvieron lugar en Caspe, donde los cuerpos policiales disolvieron una aglomeración al aire libre en la que había entre 30 y 40 personas, y en Ejea de los Caballeros, donde hasta 140 individuos fueron desalojados de dos bares por incumplir las medidas de seguridad.

El pasado día 12, alrededor de las 21.00 horas, la Policía tuvo que intervenir para despejar una acumulación de gente joven bailando y cantando sin mascarilla en la calle Mayor del municipio caspolino. En ocasiones prepandemia, las fiestas patronales se celebran entre el 12 y 16 agosto, inaugurándose con el chupinazo, continuando con la puesta del cachirulo y finalizando con el recorrido por las peñas. “Parece que se pensaban que era un año de lo más normal. Afortunadamente, el tumulto pudo deshacerse sin incidentes y el resto del puente transcurrió con normalidad”, explica la alcaldesa de Caspe, Pilar Mustieles.

Para la máxima responsable de este municipio, las “no fiestas” son “altamente peligrosas”. A pesar de que se doblaron los servicios de Guardia Civil y Policía Local para vigilar aforos -que se sobrepasaron en algún momento concreto-, “mucha gente opta por ir a los campos situados fuera de la ciudad y esto resulta casi incontrolable”. Mustieles confía en la vacunación de gran parte del colectivo joven, pero teme un posible repunte derivado de este puente. Actualmente, Caspe es la localidad con más de 10.000 habitantes que mayor tasa de incidencia acumulada presenta en Aragón, con 349,1 positivos a siete días.

Calatayud agradece el compromiso de su gente 

La otra cara se ha dado, por ejemplo, en Calatayud, cuya IA actual está por debajo de los 100 casos por cada 100.000 habitantes a siete días. Desde el Ayuntamiento agradecen a todos los bilbilitanos su compromiso y prudencia durante las “no fiestas” de San Roque. “Quiero expresar toda mi gratitud hacia la gente por su comportamiento ejemplar a lo largo del puente”, expone su alcalde, José Manuel Aranda. Y es que tan solo un bar incumplió una noche con la medida del horario de cierre, razón por la que se le amonestó y se le abrió un expediente administrativo.

A pesar de las habituales determinaciones de alcoholemia y revisiones de locales “propias de cualquier fin de semana”, no se ha producido ningún altercado ni incidente reseñable. “Lo más grave fue una cuestión de desobediencia e insultos hacia la Policía Municipal a cargo de unos ciudadanos y otra persona a la que se le pilló orinando en la calle, pero nada más allá”, remarca el primer edil. También destaca la limpieza en los espacios públicos, ya que “no ha habido una notable cantidad de residuos en zonas verdes o parques”.

Además, Calatayud ha registrado un “lleno importante” en los hoteles, pero este factor no ha conducido a grandes encuentros sociales. El único acto que se celebró tuvo lugar la jornada del lunes en honor al patrón del municipio, un evento religioso desarrollado en la iglesia de San Andrés cumpliendo “estrictamente” todas las medidas sanitarias, tal y como había advertido el Consistorio antes del inicio del puente de la Asunción.