Los tres encausados han declarado esta mañana en la Audiencia Provincial de Zaragoza

Tres hombres quedaron en el verano del 2019 en varios municipios de la Ribera Alta del Ebro con una mujer a través de la aplicación de contactos Badoo. Atraídos por el perfil de “Dulce Ángel” acudieron a sus citas sin saber que iban a ser víctimas de violentos robos. Dos de ellos vivieron para contarlo, mientras que el último fue enterrado vivo en un terreno de esta comarca, falleciendo horas más tarde. Esta semana ha comenzado el primer procedimiento contra los miembros de esta banda, conocida como la de Badoo, que se celebrarán en los próximos meses en la Audiencia Provincial de Zaragoza. El de esta semana se encargará de buscar la verdad sobre el primer robo a un camionero de La Almunia de Doña Godina que llegó a ser agredido con una pistola Taser para hacerse con su tarjeta de crédito. La semana que viene, uno más oscuro. El que se encargará de ajusticiar a esta banda por un delito de asesinato.

Los tres encausados, Hedangeline Candy, Mohammed y José Antonio, están acusados de los delitos de robo con violencia y lesiones, detención ilegal, tenencia ilícita de armas y pertenencia a grupo criminal. Acusación particular y Fiscalía piden para ellos un total de 16 años de prisión. Años que, si se demuestra su autoría, se sumarán a los del asesinato juzgado la semana que viene. José Antonio solo se sentará como acusado en este procedimiento ya que este hombre cumplía pena en la cárcel de Castellón durante los otros robos.

Los tres compartían vivienda en la parte alta de una nave industrial en un polígono de Pedrola. Candy llegó a España, según ha explicado, en junio de 2019 y comenzó a cuidar a los hijos de Mohammed y tras unos meses, surgió el amor. El último, José Antonio, conocía a Mohammed del pueblo y también vivió y trabajó durante un mes con ellos en la nave de Pedrola.

José Antonio ha confirmado que sí que vivió con ellos pero que, en el primer ataque, el que se juzgaba esta mañana, ya había marchado a Vinaroz donde cumplía pena. Ha achacado su culpabilidad en este caso a un error durante su comparecencia en el juzgado de instrucción, a través de videollamada, en el que, según ha dicho, entendió junio y no julio. Ya que, en este último mes, concretamente el día 27, se realizó el primer robo violento al camionero de La Almunia. “La calidad de conexión era mala, no la oía claramente. Se oía fatal”. El otro varón encausado, Mohammed, que solo ha querido responder a las preguntas de su abogada, ha negado todo. Ni robo, ni agresión, ni que conociera de nada al camionero.

La supuesta cebo para los robos, Hedangeline Candy, ha confirmado que, tras ejercer de niñera de los hijos de Mohammed, comenzó una relación con él. Sin embargo, esta mujer ha declarado que vivió una situación traumática a finales de julio de ese año. La acusada ha relatado que se presentaron dos personas “que hablaban en otro idioma” que llegaron a apuntarla “a la cabeza con un arma de fuego” y que hasta le cortaron un dedo a Mohammed. Todo ello, según ha dicho, por una deuda que su pareja había contraído con estos desconocidos asaltantes.

«Me dieron con la Taser, vi como una chispa y ya no tenía energía»

Más claro ha sido el relato de la víctima sobre lo que vivió la noche del 27 de julio cuando, supuestamente, había concertado una cita con “Dulce Ángel” a las afueras de Gallur. Este hombre, un camionero rumano, ha explicado que quedó con Candy bajo un puente de la localidad ribereña y que la chica no se parecía mucho a las fotos de su perfil de Badoo. “En las fotos era más elegante. Entonces iba como medio vestida, más sexy”, ha continuado. En ese momento vio un coche Mercedes color gris, al que no le procuró mucha atención.

Una vez juntos, ella le pidió llevarle a casa de su abuela a por una chaqueta. Unos minutos después, Candy le pidió “que apagará las luces, ella salió del coche y aparecieron un hombre por la izquierda y otro por la derecha”. Es entonces cuando, estos dos varones ocultos encapuchados, “lo sacaron a la fuerza y dejó de reaccionar”. Después, según ha declarado, uno de los dos varones pidió a la chica que registrara el coche en búsqueda de la cartera. Fue entonces cuando, el camionero fue electrificado. “Uno gritó al otro: ¡Dale, dale! Y me dieron con una pistola Taser, vi como una chispa y ya no tenía energía”.

Después del shock eléctrico, el camionero ha relatado que le ataron las manos y pies con bridas, e intentaron meterlo en el maletero de su propio coche. Pero en ese momento el maletero estaba roto y lo montaron en el sitio del copiloto hasta una zona de cañas donde lo descalzaron y, cuchillo en el cuello, le exigieron el PIN de la tarjeta. Una vez los ladrones se hicieron con el dígito lo abandonaron a su suerte en un campo de Gallur. Afortunadamente, consiguió deshacerse de las bridas y acudir a una casa del municipio donde consiguió pedir ayuda.

«Como un cerdo colgado»

Otra víctima de esta banda, un vecino de Tudela, también corrió con la misma suerte que el camionero de La Almunia. Solo unos días después, este varón se citó también con “Dulce Ángel” en la estación de tren de Luceni. Una vez allí, se sorprendió que la chica lo esperase en el otro lado del arcén indicándole ella que allí estaba una amiga suya con el coche que los llevaría a su casa. Fue entrar con ella a un camino cuando apareció alguien entre las sombras. “Giré con ella hacia un camino, noté una sombra y me agredieron”, ha explicado.

“Peleamos un poco, estaba mareado y caímos a un terraplén. Allí me ataron de pies y manos con bridas como si fuera un cerdo colgado”, ha continuado. Después le robaron su cartera y pertenencias.

Los dos testigos han reconocido “al 100%” a Candy como la responsable del cebo y, después, de ser parte del robo. Este último atraco se esgrimirá en el próximo mes de junio y cerrará el proceso a la “Banda del Badoo”. Mañana continuará el procedimiento con el resto de la testifical. La semana que viene se ajusticiará el asesinato.

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