Llamamiento general a la prudencia ante la retirada de las mascarillas en las empresas

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, dejó en manos de los servicios de prevención de cada empresa su retirada o no
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Cuenta atrás para que las mascarillas dejen de ser obligatorias en espacios interiores casi dos años después de su implantación para controlar la primera ola de la pandemia, allá por mayo de 2020. Casi 700 días en los que los ciudadanos se han acostumbrado a conocer a sus más cercanos gracias a sus miradas hasta que, este miércoles, el Ministerio volverá a permitir destapar las caras incluso en espacios cerrados. No obstante, su retirada en los puestos de trabajo podría no ser inmediata, toda vez que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dejó en manos de los servicios de prevención de cada empresa su retirada o no, al mismo tiempo que dejaba la puerta abierta a retomar su uso en caso de complicaciones en la situación epidemiológica. "Nos ponemos en la previsión de cualquier escenario", declaraba. En este sentido, el vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga, ha pedido “prudencia” toda vez que “se ha demostrado que podemos trabajar con mascarillas”. “No podemos estar arriesgándonos, tal y como está la economía con la inflación y los precios de la energía, a que venga otra ola. Debemos centrarnos en recuperar la economía y hacer un pequeño esfuerzo”, ha afirmado, añadiendo que “incluso esperaría al verano” para saber cómo avanzan los posibles contagios derivados de Semana Santa. Igualmente, desde los sindicatos y las organizaciones empresariales han abogado por la cautela, al menos hasta conocer al detalle el contenido del BOE, y siempre manteniendo los principios de ventilación y distancia de seguridad. De hecho, el responsable de Salud Laboral en CCOO, Luis Clarimón, ha recordado que el cambio es la retirada de la obligatoriedad, no su prohibición. “Las personas son libres de llevarla si lo consideran oportuno porque se sienten más seguras”, ha incidido. Además, Clarimón ha aludido a la eliminación de las cuarentenas y de las bajas en caso de no sufrir síntomas de Covid19, lo que provoca que cualquier ciudadano con el virus pueda acudir a su puesto de trabajo pese a estar contagiado. “Hay que evaluar el riesgo contando con personas mayores o vulnerables a las que se les pueda contagiar, estén vacunadas o no”, ha remarcado, añadiendo que él habría esperado a ver “cómo se comporta” el virus tras las aglomeraciones propias de la Semana Santa. Una línea similar ha seguido el director general de CEOE Aragón, Jesús Arnau, quien ha apelado a la “responsabilidad individual” de cada trabajador y de cada empresa en función de sus funciones o franjas de edad de la plantilla. “Es muy difícil aplicar normas generales. Afortunadamente la pandemia está bajando su impacto, pero no está al 100% superada. Aquellas personas más proclives a sufrir una afección grave tendrán que ser más precavidas”, ha señalado. Así, desde la CEOE han recordado que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en el transporte público y centros sanitarios y sociosanitarios, así como recomendada en establecimientos comerciales donde se trabaje con multitud de clientes de forma continua. “En bares y restaurantes también tendremos que ir en una fase moderada de vuelta a la normalidad real. A nadie se le va a obligar a ponérsela, excepto lo legal, ni a quitársela, porque es un tema de precaución”, ha remarcado Arnau.