Incertidumbre, tristeza y ganas de volver a casa entre los vecinos desalojados por el incendio de Ateca

Se han habilitado literas y se ha dado comida y bebida a los vecinos
photo_camera Se han habilitado literas y se ha dado comida y bebida a los vecinos
https://www.youtube.com/watch?v=aHe4dCce9Iw Los vecinos de los municipios de Moros, Villalengua, Bubierca, Contamina y Alhama de Aragón han tenido que abandonar sus casa por la proximidad del fuego. Unos 2.000 residentes han tenido que salir de sus casas casi con lo puesto. 200 de ellos han sido realojados en el recinto ferial de Calatayud, que se ha convertido en un hogar improvisado para todas estas personas. La mayoría de ellos han pasado una noche tensa donde la incertidumbre ha estado presente durante toda la jornada. De momento, ninguna infraestructura de los núcleos urbanos se hubiera visto afectadas. Pero la preocupación se ha centrado en las vegas y huertas, muy comunes en la zona, de las que algún vecino ha vaticinado "que los habían perdido, ya no solo por las llamas sino también por el calor". Los ánimos de los vecinos estaban entre el agradecimiento al dispositivo preparado en el recinto y la tensión y la preocupación que tienen sobre sus casas, huertas y, al final, de sus vidas. "Hasta las cuatro y pico no nos fuimos a las literas. Había colchones sin estrenar y almohadas, todo muy bien. A ver si nos podemos marchas pronto a nuestras casas", ha explicado una vecina de Ateca. Este último pueblo no está desalojado pero este martes se recomendó salir de allí en previsión del avance de las llamas. La mañana ha sido un ir y venir de personas. Todo el mundo estaba pendiente del móvil por si se daba alguna actualización del incendio. La tarde se ha abierto con la comida, paella y fruta, donde todos los vecinos desalojados han compartido el menú dentro de esta calma tensa. Después, muchos de ellos, han acudido al recinto con literas donde han descansado tras una noche complicada. El otro espacio, ha sido lo más parecido a una plaza de pueblo donde los niños jugaban a la pelota, los mayores leían, conversaban o jugaban a las cartas. Con el avance de las llamas, cada uno lleva la tensión como puede.