El 85,6% de los aragoneses –o lo que es lo mismo, más de un millón de personas- asegura disponer de un espacio en su casa para depositar los envases en el cubo amarillo (envases de plástico, latas y briks). Esta es una de las conclusiones que se vislumbra del “Estudio de hábitos de reciclaje” elaborado por el Instituto Apolda para Ecoembes, que hace patente que los aragoneses cada día están más concienciados en el cuidado del medioambiente.
Los hogares aragoneses tienen una media de 3,3 cubos para poder reciclar, un dato que aumenta con respecto al año anterior, rompiendo así con el mito de que es difícil reciclar por la falta de espacio en casa. De hecho, según se desprende de este informe, los recicladores afirman que “reciclar bien los envases es motivo de orgullo como ciudadano”.
Son las personas de entre 25 y 34 años las que más reciclan, casi un 91,2% de la población. Por el contrario, son los jóvenes de entre 16 y 24 años los que menos reciclan, con un 82,1% de recicladores habituales.
Entre todos los perfiles de la Comunidad, los que más reciclan son las parejas estables. En concreto, un 100% de las parejas estables aragonesas y de los separados asegura tener en sus hogares más de un espacio en casa para separar y tirar los residuos, y uno de ellos destinado al contenedor amarillo (envases de plástico, latas y briks). Por detrás de estos grupos estarían los viudos donde esta cifra alcanza el 89%, seguidos de los solteros con un 85,1%.
Además, el estudio muestra que la sociedad aragonesa cada vez tiene menos dudas a la hora de depositar los residuos en el contenedor adecuado. Así, el 76,5% afirma asociar y tirar siempre en el contenedor amarillo las botellas, botes o garrafas de plástico y el 68,6% en el caso de los briks. Las tarrinas o vasos de yogurt de plástico (64,9%) y las bolsas, envoltorios o papel film de plástico (60,6%) son otros de los envases que más se relacionan y depositan en este contenedor. Por su parte, los aerosoles (36,8%) y las tapas metálicas de plástico (39,2%) son los que menos se asocian con el contenedor amarillo y, por tanto, los que menos se reciclan.
