El juicio contra Glovo arranca este lunes con más de 300 repartidores llamados a declarar

La autoridad laboral estimó indicios de que la empresa estaba usando a los llamados “falsos autónomos” para llevar a cabo sus servicios en Zaragoza
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La empresa de repartos Glovo se enfrentará desde el próximo lunes a un nuevo juicio por usar a los llamados “falsos autónomos” para llevar a cabo sus servicios en Zaragoza. Será entonces cuando comenzará la vista previa del juicio, en el que participarán 324 repartidores que en algún momento tuvieron relación con Glovo.

La empresa, que opera en la capital aragonesa desde 2016, deberá hacer frente esta vez no solo a las demandas de los propios trabajadores, sino a varias infracciones detectadas por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS). Una diferencia que lleva al sindicato UGT, encargado de denunciar casos contra la empresa para el juicio, a ser más optimista con la sentencia.

“La tendencia de los jueces es reconocer la relación laboral”, ha explicado el coordinador de “Tu respuesta sindical ya” de UGT, Rubén Ranz, para quien “ya es muy difícil hacer ver que una persona con una mochila y bicicleta es un empresario”. Además, Ranz ha recordado que estos “falsos autónomos” no pueden controlar nada de su empresa, ya que dependen de la aplicación de Glovo para poder trabajar.

Una aplicación de la que el sindicato denuncia también que es “una evaluación constante” para el repartidor, donde se puntúa al trabajador en aspectos como la rapidez o la mayor disponibilidad, dando prioridad en futuros servicios a los mejor valorados. Este sistema incita a los trabajadores a “tomar riesgos” para ser más productivos, según Ranz, lo que provoca que ocurran accidentes “todos los días”.

Hasta 6.000 euros menos por ser un “falso autónomo”

UGT ha denunciado la situación de precariedad a la que se enfrentan los “falsos autónomos” de Glovo, no solo en aspectos seguridad y horarios (algunos encuestados hablan de jornadas laborales de hasta trece horas) sino también en la retribución por su trabajo. Según sus cálculos, cada uno de los trabajadores de Glovo pierde hasta 6.000 euros al año siendo autónomo en comparación con el salario que recibiría si se le aplicara el convenio colectivo del sector hostelero.

Además, las propias tasas de autónomos progresivas hacen que trabajar con Glovo no sea rentable más allá del año, según denuncian sus repartidores. Así, cada mes miles de trabajadores nuevos llegan a la plataforma y otros tantos se dan de baja en ella. “A Glovo lo comparo con una especie de puerta giratoria, donde miles entran y miles salen”, ha explicado el repartidor de Glovo Darwin Henríquez, para quien la empresa “está traficando con las necesidades de los trabajadores”.

A punto de cumplir el año como repartidos, Darwin ha confesado que estar buscando ya otras alternativas de empleo, ya que de lo contrario “pagaría por trabajar”. Según ha explicado, a la tasa de autónomos se suma el gasto en combustible para la moto con la que reparte los pedidos, lo que hace que para llegar a los mil euros de beneficios tenga que trabajar más de diez horas, “de lunes a domingo”.

Pero el sistema de “falsos autónomos” no solo repercute en los ingresos de los repartidores, sino también en el de la propia Seguridad Social. Según ha explicado Ranz, si el modelo que plantean las aplicaciones como Glovo triunfase, la pérdida de cuotas a la Seguridad Social sería “igual a la que se produjo entre 2011 y 2012”, durante el grueso de la pérdida de empleo de la crisis. “Pero esta vez lo haría sin que bajase el número de personas empleadas”, ha advertido, mostrando su preocupación.