Un total de 324 obras de Ramón y Cajal muestran su trayectoria vital y legado en el Paraninfo

La exposición invita a hacer un viaje por la vida del Premio Nobel de Medicina
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La Universidad de Zaragoza celebra el 150 aniversario del comienzo de los estudios de Ramón y Cajal en sus instalaciones. Lo hace con una muestra que reúne más de 300 obras entre las que además de fotografías o retratos se puede apreciar su primer cuaderno de anotaciones de laboratorio o un gran atlas sobre sus investigaciones respecto al sistema nervioso central.

Una efeméride con la que el Paraninfo se ha volcado para mostrar la figura del Premio Nobel de Medicina desde una perspectiva novedosa, prestando atención a su vinculación con Zaragoza y con la Universidad. También se plasma el conjunto de su familia poniendo especial atención en los aspectos científicos y las múltiples facetas de su personalidad.

La vicerrectora de Cultura, Yolanda Polo, ha explicado que “son más de 300 obras las que hemos reunido de instituciones y particulares y es la primera vez en la que se van a ver dibujos inéditos de Cajal y obras muy relevantes de su historia”.

La muestra arranca en las salas Goya y Saura. Por ellas se realiza un recorrido por la vida de Santiago Ramón y Cajal. Su familia tiene orígenes en Larrés, una localidad oscense desde la que su padre se desplaza a Barcelona para estudiar Medicina. Una infancia y una adolescencia en la que la familia sigue los traslados profesionales de su padre por varias localidades aragonesas.

El Premio Nobel llega a Zaragoza en 1869 y en 1973 se licenció en Medicina ejerciendo como profesor de la Universidad. Es aquí donde conoce a su esposa y tiene sus primeros hijos. Tras el recorrido por la vida, la exposición muestra sus investigaciones sobre el sistema nervioso central. Cajal defendía que este sistema estaba compuesto por células individuales (neuronas), algo que iba en contra de las creencias de ese momento que defendían una red continua.

Una vez establecida sólidamente su teoría neuronal le siguen numerosos descubrimientos y el emprendimiento de una gran obra consistente en el estudio sistemático detallado de la arquitectura y organización del sistema nervioso central.

Cajal fue un virtuoso del lápiz, sus habilidades artísticas fueron decisivas en su capacidad para dibujar con todo lujo de detalles lo que veía en el microscopio. Un don que puede apreciarse en la exposición.

Para uno de los comisarios de la muestra, Alberto Jiménez, “a menudo las efemérides de Cajal son días de luto y reivindicación para la ciencia española pero este aniversario es un motivo de celebración y de enorgullecimiento para todos”. Se trata, ha dicho, de “una de las principales figuras de la ciencia mundial y se formó y perteneció a parte del claustro de profesoras de la Universidad”.

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