El Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón mantuvo el pasado martes en el Ministerio de Transición Ecológica una reunión para abordar, entre las autoridades competentes, la controvertida problemática a la que asisten las zonas pirenaicas por la presencia del oso Goiat. Fue un encuentro entre el secretario de estado de Medio Ambiente, el consejero Joaquín Olona, su homólogo catalán y el Síndic Vall D’Aran. En palabras de Olona, era una comisión que llevaba “tiempo” fraguándose y que “yo mismo solicité”, debido a la conflictiva dimensión “económica y social” que está alcanzando esta cuestión.
Así, Olona, que este jueves se ha reunido con los alcaldes de los municipios afectados para trasladarles los “avances”, ha explicado que durante el encuentro solicitó como portavoz aragonés la necesidad de que Cataluña “se hiciera cargo del oso”, ya que fue su territorio el que llevó a cabo la introducción de esta especie de mamífero en la circunscripción pirenaica española (Francia también participó en las políticas de introducción europeas). Olona ha revelado que el martes pidió que se “reconsiderasen” dichas políticas de introducción futuras, sobre todo, porque están ocasionando “problemas, costes y preocupación”. Precisamente, por ello, tal y como ha revelado el consejero, la comisión, “sin descartar la retirada de Goiat”, decidió plantear una revisión de los protocolos de actuación de osos problemáticos, sobre todo, para que “no pase lo que ha pasado”, y para que se acorten los tiempos de intervención por parte de la administración.
Asimismo, se convocará “con carácter inmediato” al grupo de trabajo que se instituyó para este caso, pues todo movimiento relacionado con el oso, ha dicho Olona, recordando que se trata de una especie “en peligro de extinción”, necesitará asimismo de una “revisión científica”. En ese sentido, Olona ha querido manifestar una posición que, según ha aclarado, también defendió durante el encuentro, acerca de la necesidad de “agilizar y mejorar la articulación entre lo científico y lo político”. Estamos ante un problema “social y económico” que requiere de “acciones y medidas políticas”, ha apuntado.
En cuanto a la posibilidad de habilitar una partida de compensaciones a los ganaderos afectados, Olona ha expuesto que durante la reunión “quedó muy claro” que lo que “no puede ser” es que el coste de la protección de la biodiversidad “recaiga sobre el bolsillo de los ganaderos”. En ese sentido, se reconoció en la reunión que en Aragón “tenemos uno de los sistemas de ayudas más avanzados”, ya que tan solo por la presencia del oso, los ganaderos de bovino tienen derecho a cobrar una compensación económica. En ese sentido, el consejero ha actualizado información sobre la línea de ayudas convocadas este año (400.000 euros), y ha aclarado que dicha partida, que vino a cubrir sobrecostes, que no daños causados por el oso como tal, sigue, todavía, su proceso de cumplimiento.
Al ser preguntado por si Cataluña compensará a Aragón por ese coste que han tenido que asumir sus productores, Olona ha clarificado con “sinceridad” que aunque tiene “toda su lógica, yo no lo he pedido”. El consejero cree que “es momento” de “realismo”, y de asumir que, aunque “seamos sensibles con los ganaderos” y “reconozcamos que el oso no es beneficioso”, el compromiso del Gobierno aragonés con la protección de esta especie “no es incompatible”. Aun así, Olona se ha comprometido a “seguir trabajando” desde el departamento por que Cataluña “reconsidere el caso desde este nuevo punto de vista” (haciendo alusión a una posible retirada definitiva del oso). “Somos sus vecinos y esto nos afecta”, ha zanjado.
