La DGA concluye una nueva campaña de control de flora exótica invasiva

Durante el 2019, las acciones se han enfocado principalmente en hacer un repaso de las áreas donde ya se había trabajado en años anteriores
photo_camera Durante el 2019, las acciones se han enfocado principalmente en hacer un repaso de las áreas donde ya se había trabajado en años anteriores

El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente ha concluido la nueva campaña de eliminación de flora exótica invasora, que ha llevado a cabo a lo largo de este año en distintos puntos de la Comunidad Autónoma.

Muchas de las especies con las que se ha trabajado están incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas, norma que prohíbe el uso y comercialización de las mismas y prioriza actuaciones de prevención, contención y control-eliminación.

Durante el 2019, las acciones se han enfocado principalmente en hacer un repaso de las áreas donde ya se había trabajado en años anteriores, ya que los métodos de eliminación utilizados en ningún caso son definitivos, ya sea por los posibles rebrotes o por el importante legado de semillas que han dejado estas plantas en su camino.

Este es el caso del lilo de verano o arbusto de las mariposas, cuyos trabajos se han realizado en tramos de río de varias localidades como Villanúa, Jaca, Castejón de Sos y Benasque, en la provincia de Huesca y en la localidad de Los Fayos, en la provincia de Zaragoza. Además, se han eliminado un total de 1.800 ejemplares plantados en ajardinamientos que constituyen los focos iniciales.

El esfuerzo también ha sido dirigido a otras especies como la hierba de la Pampa, cuya población de Sariñena se creía controlada y, sin embargo, ha vuelto a proliferar principalmente en el entorno de la Laguna y en el río Flumen. La población de esta especie en la ribera del río Cinca, en Monzón, ha logrado controlarse aunque se está extendiendo de nuevo por laderas cercanas, por lo que el control sostenido en el tiempo es fundamental para evitar una problemática mayor.

Existen casos como las poblaciones de hierba de la Pampa en la Cornisa Cantábrica o el jacinto de agua, en el río Guadiana, que conllevan grandes costes económicos como consecuencia de las extensas áreas ya invadidas. La primera dificulta el pastoreo entre otros problemas y el segundo obstruye captaciones de agua, drenajes y dificulta la circulación de agua hasta el punto que se han invertido millones de euros en su control.

La proliferación de algunas de estas especies exóticas invasoras conlleva además riesgos para la salud relativos a la toxicidad, aumento de alergias, presencia de espinas, urticarias y proliferación de poblaciones de mosquitos.