Aragón ha vivido un puente de Todos los Santos negro en sus carreteras. Tres personas han lamentablemente perdido la vida en accidentes de tráfico sucedidos a lo largo de este primer fin de semana de noviembre. El viernes, un hombre y una mujer resultaron fallecidos tras sufrir un choque frontolateral en la N-230, a la altura de Benabarre. En los turismos viajaban además otras dos personas que resultaron heridas de carácter leve.
También, este sábado a primera hora de la tarde murió un vecino de Zaragoza de 54 años después de colisionar frontalmente su vehículo con un camión, cuando ambos circulaban por la N-232, en el término municipal de Híjar (Teruel). El transportista también resultó herido.
Dos vías de alta mortalidad
Por la Comunidad de Aragón pasan algunas de las vías con mayor índice de siniestralidad de la península. Entre ellas, la N-232, que se consagra con desdicha como una de las carreteras más letales para los conductores españoles. En Aragón, con estas tres nuevas víctimas, 47 personas ya han perdido la vida en carreteras circunscritas a Aragón en lo que va de año, después de un octubre sin accidentes mortales. Son nueve personas menos que en la misma fecha que el año pasado, cuando ya habían fallecido 54 personas.
Con el accidente del viernes, la N-230 ha sumado dos nuevas víctimas más a su lista mortal (han sido la tercera y cuarta víctima de este 2019). La última se había producido en mayo, precisamente en el mismo punto en el que se ha producido este siniestro, cuando un camión arrolló a un turismo en una intersección de la vía. Los trágicos sucesos han vuelto a suscitar el debate socio-político sobre la urgencia de revitalizar la infraestructura de zonas de alto tránsito vehicular como las dos vías nacionales para frenar la mortalidad en carreteras.
