La votación se ha celebrado en la misma planta afectada, que ya está siendo parcialmente desmantelada

El preacuerdo que este mismo miércoles han ratificado los trabajadores de Schindler en Zaragoza arroja cierta luz a la situación que encaran desde hace semanas los 119 afectados por el ERE que notificó con rigidez la compañía a su plantilla tras anunciar el cierre de una de sus plantas de producción en la capital aragonesa. Tras largas jornadas de negociación, el Comité de Empresa no ha logrado paralizar el cierre, pero sí ha conseguido minimizar los perjuicios a los trabajadores. No deja de ser una sensación “agridulce”, asegura el presidente, José Antonio Dieste, pero, al menos, ha podido clarificarse a qué tipo de cláusulas se acogerán a partir de ahora los afectados desde el punto de vista del empleo y la prejubilación.

La votación se ha celebrado en la misma planta afectada, que ya está siendo parcialmente desmantelada. En ella han participado esta mañana 106 de los trabajadores afectados, de los que 82 se han mostrado a favor del preacuerdo, dos se han posicionado en contra y cuatro se han abstenido. Según ha informado Dieste a Aragón Digital, la compañía ha accedido a garantizar una treintena de recolocaciones, para reubicar a empleados en sus distintas plantas de producción. En concreto, se habilitarán 20 puestos en otras instalaciones que la empresa tiene en Zaragoza, un total de 9 para las plantas de Eslovaquia y dos para las de Suiza. A ello habría que sumar la posibilidad de incorporar 31 incorporaciones más a la red de mantenimiento.

Sobre las recolocaciones, Dieste lanza una reflexión: todas ellas, sin ninguna duda implicarán un esfuerzo “importante”, ya que tan solo podrán acogerse a ellas aquellos trabajadores que gocen de condiciones familiares o personales “favorables”. En cualquier caso, la empresa se ha ofrecido a garantizar una serie de ayudas para que los recolocados afronten traslados y adquisición de viviendas en sus nuevos destinos.

En cuanto al apartado de prejubilaciones, explica Dieste que serán 30 personas de más de 55 años las que podrán aspirar a un convenio especial con la Seguridad Social, a través del que la empresa se compromete a pagar la cotización de los trabajadores hasta su edad de jubilación, más una cantidad económica adicional en concepto de indemnización. En ese sentido, se aplicará la tabla vigente actualmente, fijada en los 45 días por año trabajado hasta el año 2012, y, en adelante, serían 35 días por año trabajado. Además, se ha acordado a modo bonificación dos pagas fijas de 2.500 (hasta los trabajadores de entre 45 y 50 años) y de 6.000 euros por cabeza para los mayores de 50.

Se despeja así una incógnita que mantenía en vilo a toda plantilla. Ahora, la empresa ejecutará un cierre escalonado de la fábrica –por departamentos- que concluirá definitivamente el próximo 30 de noviembre. Será entonces cuando la planta de Zaragoza cerrará sus puertas, tras más de medio siglo de historia.

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